Recuerdos de la vida en plena naturaleza. Una gran parte de las prácticas, creencias, leyendas populares de sabor remoto se refiere a la piedra y al agua, a las fuentes y pozos, a las plantas y árboles y, en fin, a los animales. Su preocupación y contacto con el mundo vegetal supera frecuentemente al de muchos pueblos agricultores. Los vascos han sido preponderantemente pastores hasta los albores de la historia. Del cúmulo de leyendas vascas, se pueden entresacar algunas, que hablan de un mundo paradisíaco, de una edad de oro de la humanidad. El hombre sería, como en el paraíso bíblico, el centro de la creación y todo estaría a su servicio. Cosas y seres vivos de todas las especies hablaban y se ponían al servicio del hombre. La leña venía sola a la morada de aquellos felices hombres hasta que una mujer, y subrayamos que se trata de una mujer, enredándose entre el ramaje dijo: etorriko ez bali obea leike, 'mejor fuera que no viniese'. Desde ese momento no vinieron más. Por otra parte los animales más antagónicos de hoy convivían amigablemente. Los animales también convivían entre sí, el lobo y la oveja, hasta que se desencadenó la guerra entre ellos tal como lo relata este fragmento:
PIXTIYUN GERRA
Bein batin sorun belarra jaten ai zela kakalardua ankapin artu izandu men-tzun zaldiyak eo kamelluk eo olako beste azinda aundi batek.
"Ai! Ai! Ilko nakela!... Kentzak ank'ori ortik!"-eju itten ementziyon kakalarduk azindari, ta azindak kasoik ez.
"Bai?..." -esan emen-zun kakalarduk; eta ankapetik atea zenin, joten da, ta azeiyatik bettiko pixtiyo guziyak biIlu ta azeiyatik gottiko guziyai gerra deklaatu men-tziyoten.
Juntatu men-tzin, ba, aundiyak meruli batin ta ttikiyak bestin, alkarrei beikiz, aurkez aurke, ta aundiyak azeiya biali men-tzuten irpi, kontrayuk zenbat-tsu ta nolakuk zin ikustea. Jon emen-tzen, ba, gue azeiyoi ta... ikusi ute ttikiyak?... enperratzen zizka erlik eta eltxük ayeka guzitatik, eta... ark eman tzittun saltuk noski berriz e lengo lekura! Auntzakun isarsa ttentte baldin ba' zun e, bueltakun eerki bettittua men-tzâman!...
-Ta? -galdetu men-tziyoten beretatuk- Ta?...
Mutillak! Tikiyak! biño, bai pixkorrak!
LA GUERRA DE LOS ANIMALES
Dicen que una vez, comiendo yerba en un prado el caballo o el camello o un ganado de los mayores pisó a un escarabajo.
¡Ay! ¡Ay! -gritaba el escarabajo-. ¡Que me vas a matar! ¡Quita de ahí ese pie! -pero el ganado no le hacía caso.
-¿Sí?... -dijo el escarabajo; y salió de debajo del pie, se fue y reunió a todos los bichos menores que el zorro y declararon la guerra a todos los mayores que el zorro.
Juntáronse, pues, los grandes en un monte y los pequeños en otro, mirándose frente a frente, y los grandes enviaron al zorro de espía, a ver como cuántos y de qué calidad eran los contrarios. Y se fue nuestro zorro y... apenas lo vieron los pequeños, se le echaron encima las abejas y los mosquitos por todas partes y... ¡no fueron saltos los que dio de vuelta al sitio de antes! Si bien tiesito llevaba el rabo al ir, bien rebajado lo trajo al volver!...
-¿Y? -le preguntaron los suyos-. ¿Y?... [¿Qué tal?].
-¡Chicos! ¡Pequeños; pero qué àgiles!
[Comunicado en 1928 por D. Manuel de Lekuona, de Olartzun. J. Mi. de B.: "E. M. e. l. M. P. V.", t. II, p. 158].
Esta leyenda da explicación parcial al origen del actual estado de cosas en que todo ser lucha por su existencia en la naturaleza apoyándose en otros y viviendo a costa de otros que aniquila o destruye. Casi la totalidad de las leyendas y cuentos vascos de sabor arcaico tienen por tema animales y plantas además del hombre mismo: Vemos entre otros, éstos: zorro, cuervo, burro, carnero, serpiente, paloma, piojo, buitre, toro, lobo, tordo, macho, oveja, culebra, hormiga, pulga, pato, vaca, perro, gallo, caballo,. cabra, pulpo, libélula, ratón, reyezuelo, novillo. Todo este cúmulo legendario delata al hombre en estrecho contacto con la naturaleza y, hasta tal punto, que en uno de ellos se presenta a un criado tendido en tierra y ocupado en 'oír' el ruido del trigo al germinar.
Bein batin sorun belarra jaten ai zela kakalardua ankapin artu izandu men-tzun zaldiyak eo kamelluk eo olako beste azinda aundi batek.
"Ai! Ai! Ilko nakela!... Kentzak ank'ori ortik!"-eju itten ementziyon kakalarduk azindari, ta azindak kasoik ez.
"Bai?..." -esan emen-zun kakalarduk; eta ankapetik atea zenin, joten da, ta azeiyatik bettiko pixtiyo guziyak biIlu ta azeiyatik gottiko guziyai gerra deklaatu men-tziyoten.
Juntatu men-tzin, ba, aundiyak meruli batin ta ttikiyak bestin, alkarrei beikiz, aurkez aurke, ta aundiyak azeiya biali men-tzuten irpi, kontrayuk zenbat-tsu ta nolakuk zin ikustea. Jon emen-tzen, ba, gue azeiyoi ta... ikusi ute ttikiyak?... enperratzen zizka erlik eta eltxük ayeka guzitatik, eta... ark eman tzittun saltuk noski berriz e lengo lekura! Auntzakun isarsa ttentte baldin ba' zun e, bueltakun eerki bettittua men-tzâman!...
-Ta? -galdetu men-tziyoten beretatuk- Ta?...
Mutillak! Tikiyak! biño, bai pixkorrak!
Dicen que una vez, comiendo yerba en un prado el caballo o el camello o un ganado de los mayores pisó a un escarabajo.
¡Ay! ¡Ay! -gritaba el escarabajo-. ¡Que me vas a matar! ¡Quita de ahí ese pie! -pero el ganado no le hacía caso.
-¿Sí?... -dijo el escarabajo; y salió de debajo del pie, se fue y reunió a todos los bichos menores que el zorro y declararon la guerra a todos los mayores que el zorro.
Juntáronse, pues, los grandes en un monte y los pequeños en otro, mirándose frente a frente, y los grandes enviaron al zorro de espía, a ver como cuántos y de qué calidad eran los contrarios. Y se fue nuestro zorro y... apenas lo vieron los pequeños, se le echaron encima las abejas y los mosquitos por todas partes y... ¡no fueron saltos los que dio de vuelta al sitio de antes! Si bien tiesito llevaba el rabo al ir, bien rebajado lo trajo al volver!...
-¿Y? -le preguntaron los suyos-. ¿Y?... [¿Qué tal?].
-¡Chicos! ¡Pequeños; pero qué àgiles!
[Comunicado en 1928 por D. Manuel de Lekuona, de Olartzun. J. Mi. de B.: "E. M. e. l. M. P. V.", t. II, p. 158].
Esta leyenda da explicación parcial al origen del actual estado de cosas en que todo ser lucha por su existencia en la naturaleza apoyándose en otros y viviendo a costa de otros que aniquila o destruye. Casi la totalidad de las leyendas y cuentos vascos de sabor arcaico tienen por tema animales y plantas además del hombre mismo: Vemos entre otros, éstos: zorro, cuervo, burro, carnero, serpiente, paloma, piojo, buitre, toro, lobo, tordo, macho, oveja, culebra, hormiga, pulga, pato, vaca, perro, gallo, caballo,. cabra, pulpo, libélula, ratón, reyezuelo, novillo. Todo este cúmulo legendario delata al hombre en estrecho contacto con la naturaleza y, hasta tal punto, que en uno de ellos se presenta a un criado tendido en tierra y ocupado en 'oír' el ruido del trigo al germinar.