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MAGISTERIO

Las oposiciones y el magisterio vasco. Una de las cuestiones que determina más específicamente la pertenencia a un cuerpo de funcionarios es el sistema de oposiciones, que clasifica y jerarquiza a sus miembros a través de los escalafones. El hecho de que a partir de 1888 las oposiciones hubieran de celebrarse en las capitales de los distritos universitarios y no en las capitales de provincia sería un aspecto que incidía desfavorablemente para los maestros vascos, pues tenían que competir, muchas veces en inferioridad de condiciones, con otros maestros del distrito universitario. Por otra parte, también este hecho favorecía la llegada de maestros foráneos al obtener la propiedad de una plaza en las escuelas situadas en Euskal Herria. Para la Comisión de Fomento de la diputación de Guipúzcoa, a principios del siglo XX, este tema sería constante, a fin de solicitar del poder central el que la celebración de oposiciones fuese en las capitales de provincia, a fin de evitar el traslado a Valladolid para obtener escuelas vacantes de la provincia. En el mismo sentido se expresarían las asociaciones del magisterio vizcaíno. No obstante, esta demanda no llegaría nunca a obtenerse, ya que el sistema de oposiciones se iba afianzando dentro del magisterio, de forma que en los estatutos del magisterio de 1917 y 1918 se fijaba como único medio de acceso al magisterio nacional el sistema de oposiciones, y los ejercicios de oposición habían de celebrarse en la capital del distrito universitario. La elaboración del primer escalafón general del magisterio en 1912, que venía a sustituir a los escalafones provinciales, que desde 1877 se iban realizando, nos muestra un dato, a partir del cual pudiera afirmarse la presencia importante de maestros foráneos, al margen de las acusaciones contra el maestro maketo por parte del nacionalismo. La imagen, si bien estereotipada en cuanto a su formulación, de un maestro que, desconocedor de las tradiciones y la lengua del País, imbuye ideas perniciosas a los niños y marginado por su foraneidad resultará habitual en los pueblos de Euskal Herria. Así, desde un análisis de dichos escalafones, entre 1912-1930, podemos observar que un porcentaje altísimo de maestros había nacido fuera de las cuatro provincias vascas (en el escalafón de 1912, el porcentaje es del 61,8 %). Comparados estos datos con los maestros que ejercían en Cataluña y Galicia, cuyas características respecto a la lengua pudieran ser similares, se observa que en estas comunidades los porcentajes son mucho más pequeños (Cataluña, 19,5 %, y Galicia, 18,7 %). Datos indicativos de la presencia de maestros nacidos fuera del País Vasco y que ejercían la profesión en este País. La explicación de este fenómeno pudiera residir en el escaso interés por el magisterio como profesión entre el alumnado vasco, y también a la celebración de oposiciones en capitales de distrito. En Vizcaya y Guipúzcoa es evidente que los muchachos eran encaminados bien hacia los institutos, en las ciudades y entre la burguesía industrial, o bien hacia el sacerdocio entre la población rural. La inexistencia, durante largos períodos, de escuelas normales masculinas también es síntoma de la elección profesional. Respecto a las oposiciones, los no poseedores de la lengua vasca, salían con más ventajas a la hora de los ejercicios de oposición, con lo cual se facilitaba la obtención de escuelas a los castellano-parlantes. De esta forma la mayoría de ese profesorado era procedente de las provincias limítrofes del País Vasco, pues además pertenecían al mismo distrito universitario. Este fenómeno no es, pues, reciente y, a nuestro entender, el hecho de que las oposiciones se celebrasen en Valladolid sería un elemento añadido a la introducción en el País Vasco de un maestro foráneo. En cuanto a la evolución del número y clase de maestros y maestras, éstas se corresponden con los diferentes tipos de escuelas (mixtas, elementales, superiores, y que a partir de 1910 cambiarían de denominación para llamarse «escuelas nacionales», además de las municipales, de patronato, privadas, de órdenes religiosas, etc.). El perfil del magisterio en el período entre 1857 y 1930, podría caracterizarse por los siguientes rasgos globales, según provincias: Alava presenta un magisterio predominantemente masculino que ejerce el magisterio en escuelas públicas y nacionales. En Guipúzcoa y Vizcaya el magisterio femenino es mayor, y son muchos los maestros y maestras que ejercen en escuelas privadas. En Navarra, el magisterio es más homogéneo y ejerce en escuelas públicas en su gran mayoría.