Sailkatu gabe

GIPUZKOA (CULTURA)

I- Entidades y Centros (-1936).

Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. La expresión máxima de la ciencia en Guipúzcoa se personifica en el Conde de Peñaflorida, D. Javier María de Munibe e Idiáquez, hombre de gran iniciativa y preparación intelectual. A él y su grupo de amigos se debe la fundación de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País en Vergara de donde irradia a Navarra y al resto peninsular. Desde 1749 -dice Barriola- el Conde tenía en Azcoitia, en su palacio de Insausti, una animada tertulia de amigos, preocupados especialmente por el desarrollo de las ciencias y de sus aplicaciones en el orden práctico. Las reuniones adquirieron seriedad y la ordenación de temas por días de la semana es indicio de las inquietudes que sentían. Así, los lunes se dedicaban a matemáticas, los martes a física, los miércoles a lecturas de historia y traducciones, los viernes a geografía, los sábados a asuntos de actualidad, reservándose los jueves y domingos, como entretenimiento y solaz, a la música. De estas tertulias nació el "Proyecto o plan de agricultura, ciencias y artes útiles, industria y comercio para Guipúzcoa"; obra del Conde y de quince caballeros, presenta a las Juntas Generales de la provincia, en julio de 1763. Dos hechos llaman la atención en todo este asunto: el europeísmo cultural del Conde de Peñaflorida y la aprobación por entusiasta de las Juntas. En 1770 merece la aprobación de Carlos III para convertirse aquella asociación informal en Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. El Conde de Peñaflorida había nacido en Azcoitia el 23 de octubre de 1729; fue alumno de los Jesuitas, amplió estudios en Toulouse y formó parte de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Artes de Burdeos. La corriente intelectual venía, pues, de Europa y particularmente de Francia donde a la sazón se publicaba la Enciclopedia. Se suele citar como dato muy expresivo que en Vergara, con sólo doscientas casas, hubiera once suscripciones a la Enciclopedia de Diderot. Los amigos del país tuvieron la virtud de saber asociar la investigación intelectual y la de sus aplicaciones. El movimiento francés, el siglo de las luces, se inclina al estudio y progreso de las ciencias naturales como la física, la botánica, la anatomía, la geografía, la historia natural, pero deja a un lado amplios sectores especulativos en el campo de la filosofía. Fue Director de la Real Sociedad de los Amigos del País el Conde de Peñaflorida desde su fundación hasta su fallecimiento, y secretario D. Miguel Jospeh de Olaso y Zumalabe, sucediéndole por fallecimiento D. Ramón María de Munibe, hijo de Peñaflorida. El fin de la Sociedad -dicen sus Estatutos- es el de cultivar la inclinación y el gusto de la Nación vascongada hacia las ciencias, bellas letras y artes; corregir y pulir sus costumbres; desterrar el ocio, la ignorancia y sus funestas consecuencias y estrechar más la unión de las tres provincias vascongadas. Esta limitación a sólo las tres provincias responde a una situación histórico-política de acercamiento plasmado en sus Conferencias forales. De momento la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País se limita al País Vasco Occidental solamente, y de ahí que el artículo 16 establezca "que la divisa y sello de la Sociedad será un escudo con tres manos unidas, en símbolo de la amistad, enlazadas con una cinta, en cuya parte pendiente hacia el centro se leerá este mote vascongado: Irurac-Bat, que quiere decir "las tres forman una", refiriéndose, naturalmente, a las tres provincias: Alava, Guipúzcoa y Vizcaya". La filial de Tudela completó la labor de los Amigos del País en toda Euskalerria.

Ateneo guipuzcoano. Redactó su reglamento y se inauguró en 1916 en la calle Easo de la capital. Languideció de forma considerable durante las dos dictaduras, renaciendo con la apertura política de 1976-1977.

Dos años antes, el Ayuntamiento donostiarra patrocinaba la apertura de la Academia de la lengua y declamación Euskara, cuyo primer director fuera Toribio Alzaga, escritor. Sobrevivió a la guerra llegando a ser uno de los raros focos de cultivo del euskara durante la díficil postguerra.

El grupo de arqueólogos. A fines del siglo pasado, a partir de 1887, año en que se funda el Museo de Historia Natural de Madrid, comienza a interersarse D. Telesforo de Aranzadi por los estudios de Antropología, que luego iba a cultivar durante toda su vida. Telesforo de Aranzadi había nacido en Vergara, la sede de los Amigos del País, en 1860. Su bibliografía referente a Etnología, Etnografía, Historia Natural, Antropología y Arqueología es inmensa y pueden consultarse en Eusko-Bibliographia de esta Enciclopedia. En 1891 obtiene el premio extraordinario de la Sociedad Antropológica de París por su estudio El pueblo euskalduna. En 1895 logra la cátedra de Mineralogía y Zoología de la Universidad de Granada, y más tarde la de Botánica de Barcelona. Fue miembro de las más renombradas sociedades científicas europeas. En 1917 establece contacto con otro guipuzcoano extraordinario, D. José Miguel de Barandiarán, comenzando juntos y con la colaboración del alavés D. Enrique de Eguren las exploraciones arqueológicas del País Vasco. Estos trabajos fueron subvencionados por las Diputaciones de Guipúzcoa y de Vizcaya, la Sociedad de Estudios Vascos y la Comisión de Monumentos de Navarra. Como resultado de estos trabajos, que duraron más de 20 años, se llegó a la fundación del Anuario de Eusko Folklore en 1921. Las cuatro diputaciones habían convocado un Congreso de Estudios Vascos en Oñate en 1818 que iba a iniciar una nueva etapa en los estudios referentes al país. Aranzadi y Barandiarán se incorporaron a las labores de la Nueva Sociedad desde el primer momento. Es de destacar que tanto Telesforo de Aranzadi como José Miguel de Barandiarán se entregaron durante toda su vida a los estudios de tema vasco y sobre todo a las exploraciones prehistóricas. En 1920 fue nombrado Aranzadi catedrático de Antropología de la Universidad de Barcelona, hasta su jubilación en 1931. Sin embargo, le sorprendió la guerra de 1936 en plena exploración arqueológica en Guipúzcoa. Fallecido Aranzadi en 1945 continúa Barandiarán y sus antiguos y nuevos colaboradores la labor emprendida por aquél hasta 1982 en que es nombrado hijo predilecto de Guipúzcoa.

En el terreno de la música destaca la creación del Gran Casino de San Sebastián, en 1887, por su irradiación artística.

Sociedad de Estudios Vascos. Eusko-Ikaskuntza. Ante la esterilidad de todos los esfuerzos por conseguir una Universidad vasca se convocó en 1918 un Congreso de Estudios Vascos en Oñate que sirviera de base a un movimiento en pro de un resurgimiento cultural. En este famoso Congreso nació la Sociedad de Estudios Vascos que tanto impacto había de causar en la historia de Euskalerria. Adoptó el lema "Asmoz ta Jakitez", "Por el Ingenio y el Saber". En su Primer Congreso figuraban, como Presidente de honor, S. M. el rey D. Alfonso XIII, como presidente honorario D. Arturo Campión, y como presidente efectivo el guipuzcoano D. Julián Elorza. Promocionó la sociedad toda clase de iniciativas, cursos de verano y excursiones culturales, investigaciones, federaciones de entidades euskeristas; bilingüismo, autonomía, etc., mediante lecciones y conferencias. Tuvo su sede social en el Palacio de la Diputación Foral de Guipúzcoa en San Sebastián. Desapareció en 1936 para volver a funcionar en 1978. En su nueva junta directiva figuraron los guipuzcoanos José Miguel de Barandiarán, como presidente, y D. Manuel de Lekuona, como vicepresidente, y Agustín Zumalabe como secretario gestor. Antes de la guerra había celebrado dos Congresos en Guipúzcoa, el de Oñate de 1918 y el de Vergara de 1930. Fue el motor autonomista del país desde su fundación hasta la redacción por una Comisión surgida de su seno de un Estatuto de Autonomía que, tras pocas enmiendas, fue aprobado por todos los Ayuntamientos vascos del Estado español reunidos en Estella en 1931. Tras su renacer, la SEV celebró del 19 al 23 de enero de 1981 un Congreso en San Sebastián dedicado al Fuero de esta ciudad y a su época, además de actos menores como las Jornadas de Folklore, etc.