Monarkia eta noblezia

Eudon El Grande

(725). Cinco años demoró en vengarse el nuevo y flamante emir Ambiza. Como hombre inteligente que era, preparó la expedición con calma y teniendo en cuenta los menores detalles. No sólo la venganza de las armas musulmanas derrotadas animaba a este caudillo. Era, además, muy piadoso y creía que debía realizarla por el más completo triunfo de su fe sobre la de los "perros" cristianos. De nuevo van a enfrentarse el caudillo africano y el duque Eudón. Era ya el año 725 cuando llegaba a Carcasona el nuevo ejército invasor repitiéndose las escenas todavía vivas de la entrada anterior. Y no se contentan con sólo eso; el Ródano vio cruzar sus aguas por primera vez a los musulmanes en correría por toda la rica región provenzal.

De nuevo Eudón debe correr presuroso con sus milicias vascón-aquitanas de una a otra parte de su territorio nacional. Esta vez debe proceder con cautela y prudencia ante la importancia de las fuerzas empeñadas en la ocupación de la costa gala. Al fin se libra la batalla, equilibrada, desesperante, incierta y dudosa, hasta tal punto, que no se sabe, una vez terminada, su verdadero resultado. La retirada de los árabes repasando el Ródano indica que les fue desfavorable y peligrosa, pero permanecieron en la Septimania que consideran siempre como parte del reino godo conquistado. Ambiza va entre sus huestes mortalmente herido. De resultas de estas expediciones se estableció un peligro permanente en esa parte de la frontera. Ambasa Ibn Suham murió a principios del año 726. Relatan sus incursiones la "Crónica de Moissac", e Ibn al-Athir.