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VILLA (INSTITUCIÓN)

No nos referiremos en este apartado a las villae o villas romanas y al auge urbanístico alcanzado en las áreas vascas del Ebro y del Adur en la era romana -para lo cual remitimos a la voz ROMANIZACION -, sino a la revolución poblacional que, al socaire de un nuevo clima de mayor seguridad en Europa, se inicia en el s. XI. En Vasconia, país de economía rural, ganadera y agrícola, a partir de los ss. XI-XII, se inicia una transformación de gran alcance que había de revolucionar la vida económica, social y política. Sobre la "tierra", el "valle"", aparecen unas instituciones de carácter local que se gobernarán de un modo diferente, pero, al mismo tiempo, semejante, al de los habitantes de las tierras de infanzonado. El proceso no es simultáneo en todas sus tierras; se pueden distinguir distintos grados, según las zonas, y diferentes etapas. El movimiento más temprano tiene lugar en Navarra (s. XI) y en Gascuña. Luego es Araba la que despierta al fenómeno de la fundación de villas (s. XII). Gipuzkoa y Bizkaia (por este orden) lo conocen entre los ss. XIII-XIV. La creación de villas nuevas (Ver IRIBERRI), se efectúa a la vera de los grandes ejes comunicacionales: Camino de Santiago a través de la Alta y Baja Navarra hacia la Rioja, el eje E-O entre Castilla, llanada alavesa y Navarra, el eje N-S entre la meseta castellana y la costa: salida al mar y al comercio norteuropeo. Tanto la Corona castellana como la navarra, o el poder señorial, persiguen con la fundación de villas asegurar sus tierras de las ambiciones de otros monarcas (ej. Sancho el Sabio de Navarra fundando Laguardia, Vitoria y San Sebastián) y librarla del dominio de los parientes mayores y jefes de banderías, así como también la reactivación de la vida económica.