Concepto

Pan

El alimento por antonomasia es el pan; alimento material y, como en el ritual cristiano, también espiritual. En el misterio de la eucaristía y en las tradicionales ofrendas a la iglesia consistentes en pan fino de harina de trigo, la dicotomía cuerpo-alma se diluye en una misma sustancia: el pan.

Cuando se hacía pan en una casa era usual llevar un bollo al cura y a la iglesia, pan que se llamaba "el pan de las ánimas".

En muchos lugares, y hasta hace muy pocos años, el día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre) cada familia ofrecía al sacerdote una torta de pan. El sacerdote, tras retirar una parte para sí, el resto lo regalaba a la tarde a los chavales.

Al pan se le consideraba bendito, por ello si se caía al suelo había que cogerlo rápidamente y darle un beso antes de volver a ponerlo en la mesa.

En la comida, antes de repartir el pan, el padre de familia, que era quien lo cortaba, hacía con la punta del cuchillo una cruz sobre él (sin herirlo).

En la noche de Navidad, el cabeza de familia, a la hora de repartir el pan cortaba un trozo que guardaba hasta el año siguiente, ya que se consideraba que tenía virtudes especiales. Si alguno de la familia se ponía enfermo se le daba un trozo de este pan. Por su sentido sagrado, al final del año no se podía tirar a la basura, por lo que se le daba al ganado. Nos contaron que no se "canecía" (no le salía moho).

Cuando el consumo de pan de trigo se hizo norma, para el día de San Blas (3 de febrero) se confeccionaban unos panes especiales enriquecidos de manteca, miel o huevos que se llevaban a bendecir a la iglesia. En algunas localidades, para este fin se confeccionaban unas rosquillas de pan. Era costumbre guardar un poco para dar a quien se pusiera enfermo. Al año siguiente se quemaba el pan viejo que se sustituía por otro trozo nuevo.

En muchos pueblos se hacían roscos pequeños de pan que se colocaban en los ramos que se llevaban a bendecir a la iglesia el Domingo de Ramos, roscos que se repartían entre los de la familia.