Municipios

OLAZTI/OLAZAGUTÍA


Urbanismo y construcciones civiles

El casco urbano se extiende al sur del río y, dada su ubicación en llano, el caserío se distribuye creando amplias plazas y espacios libres, como las de la Iglesia, San Miguel, plaza Primero de Mayo, plaza Vicente Argomaniz o plaza Sarasate. En su casco urbano no faltan las casas de amplio desarrollo horizontal y tejado a dos aguas, que también hemos visto en otros núcleos del valle, así como otras casitas de sabor popular y menor tamaño, que suelen aparecer alineadas formando calle, no faltando edificios de género rústico levantados en lo que se llamó "estilo neovasco" o "neoeuskaldun". En cualquier caso, la llegada de la industria ha tenido como consecuencia un rápido crecimiento demográfico en las últimas décadas, acompañado de la consiguiente expansión del núcleo urbano y la proliferación de casas modernas e incluso no pocos bloques de pisos, que han desfigurado considerablemente el aspecto original del núcleo urbano.

En la amplia plaza que se abre bajo la iglesia se entremezclan casas de muy diferente formato, algunas de ellas reformadas y muy cuidadas. En una esquina se levanta una casita muy restaurada, en la que llama la atención su arco de entrada, de perfil mixtilíneo y raigambre conopial. Su rosca va ricamente moldurada y en la clave lleva un escudo con el anagrama de Cristo I.H.S. Tras la restauración, el edificio va en tres alturas, de las cuales la primera lleva una ventana, segundo piso con ventana y balcón, y ático con dos ventanitas. Salvo la puerta, el resto de los vanos son modernos. Entre las dos ventanas superiores, un escudo entre leones portantes y con yelmo por timbre. El campo va cuartelado, primero con águila explayada, segundo torre con dos perros, tercero león rampante y cuarto con un gallardete. Debajo, una inscripción reza: ARMAS DE LOPEZ DE GOICOECHEA.

Al otro lado de la carretera, la plaza de San Miguel es un compendio del caserío de Olazti/ Olazagutia, pues se mezclan edificios muy modernos con otros antiguos, algunos de los cuales han sido intensamente reformados. En torno al kiosko podemos ver un caserón de ciertas pretensiones, con un pórtico aterrazado que avanza hacia la plaza. Enfrente, un edificio de desarrollo horizontal y cubierto por un gran tejado a dos aguas. La fachada va enlucida, con cadenas de sillar en las esquinas y en los vanos, que son ventanitas rectangulares. Lleva bien marcado su eje central, con un arco de acceso de medio punto y rosca moldurada. Sus dovelas van hoy cortadas por un balcón sobre ménsulas avolutadas. Por encima un balcón de menor tamaño, escudo y ático con tragaluz. El motivo heráldico repite las armas de López de Goicoechea y la fecha de 1819. En un lateral de la plaza se puede ver una casa reformada, en la que aún se abre un arco de medio punto y trece dovelas, rosca moldurada y escudo con anagrama de Cristo en la clave. Junto a este inmueble, otra casa moderna luce, una vez más, el escudo de la familia López de Goicoechea.

Cerca, en la plaza Sarasate, la actual Casa de Cultura, con fachada de sillar y tres alturas más ático, repite el tipo, tan abundante en todo el valle, de caserón cúbico con tejado a dos aguas. La contigua plaza Vicente Argomaniz, muy cuidada, lleva una fuente moderna con "aska" y escultura de metal que reproduce un águila sobre orbe.

En la calle de Roncesvalles hay otra gran casa de desarrollo horizontal y tejado a doble vertiente, con fachada de mampostería, acceso mediante arco de medio punto y ventanas cuadrangulares. En su tercer nivel campea un escudo con yelmo por timbre, partido y medio cortado, primero con ocho flores de lis, segundo con león rampante y tercero con una torre, que es asaltada por un hombre. Lleva inscripción: ARMAS DE MIQUELEZ DE MENDILUCE. AÑO 1816.

Ermitas

Existieron seis ermitas en su término, Nuestra Señora de Belén, San Sebastián, San Adrián, San Esteban, San Martín y San Pedro. San Adrián estaba ya derruida para 1575, y también se han perdido San Martín, San Pedro y San Esteban, con cuyas piedras se construyó la casa parroquial. Nuestra Señora de Belén fue demolida en 1971 y su imagen se trasladó a la ermita de San Sebastián..

La ermita de San Sebastián consta de una única nave con cabecera poligonal de tres lados. Los muros van en sillarejo, que al exterior va enlucido, con cadenas de sillar en los ángulos. El acceso se abre a los pies, y lleva además seis tragaluces. Se cubre con cielo raso con viguería, y tejado a dos aguas al exterior, culminado por una espadaña.

Como se ha señalado, en la actualidad es la imagen de la Virgen de Belén la que hoy preside esta ermita. Se trata de una talla gótica del primer tercio del siglo XV, y al parecer sigue modelos germánicos, no descartándose que pueda proceder de algún taller de la propia Alemania. María se representa de pie, con el Niño en su brazo izquierdo y un ramo de flores en el derecho. Los rasgos del rostro son los propios de este género de escultura en el norte de Europa, pequeños y menudos. Hay también una hermosa talla de San Antón, con el jabalí a sus pies, sin policromar y de adscripción claramente romanista, como demuestra, bien a las claras, su cabeza miguelangelesca, que deriva del "Moisés" de San Pietro in Vincoli..

Parroquia de San Miguel

Se trata de una iglesia fortaleza del siglo XVI, edificada aún en estilo gótico, y de cuyo carácter defensivo dan clara muestra los matacanes defensivos que coronan su fábrica. Se terminó para 1575, fecha en la que se pagaba al veedor de obras del obispado por la tasación de la cantería y la pintura de la capilla mayor.

La planta consta de una única nave, dividida en cinco tramos, y una cabecera poligonal de cinco lados. Se distinguen así mismo dos capillitas a ambos lados del presbiterio, la sacristía cuadrada en el lado del Evangelio y el gran pórtico situado ante la puerta, en el lado de la Epístola.

Los muros despiezan en hermosos sillares color crema, y se perforan por dos vanos situados en la cabecera, apuntados y geminados, que llevan tracerías góticas y van cobijados por arcos que cabalgan entre los contrafuertes. Hay también un rosetón de amplio derrame exterior en el lado de la Epístola, una ventanita geminada de arcos de medio punto y sabor civil, y otra ventana a los pies del templo. El acceso, como se ha dicho, va en el lado de la Epístola, y a los pies del templo se levanta un coro sobre arco rebajado, al que se accede mediante escalera de caracol. Lleva balaustrada de piedra calada con cuadrilóbulos inscritos en rombos, y se decora además con bolas típicas del XVI.

En cuanto a las cubiertas, la nave llevaba primitivamente bóveda de crucería de tradición gótica, de la que quedan aún los arcos fajones, que apean sobre ménsulas. Por lo demás, esta cubierta fue sustituida en época posterior por la actual bóveda de cañón apuntado. El tramo de los pies conserva su bóveda de crucería con terceletes, que apea en ménsulas, así como el presbiterio, con una bóveda estrellada cuyos nervios descansan sobre ménsulas que representan cabezas. El sotocoro lleva también terceletes de tradición gótica, y las claves llevan talladas, respectivamente, la imagen de Dios Padre y del Tetramorfos.

Al exterior, como se ha dicho al principio, llaman la atención las defensas amatacanadas de su remate, hoy inutilizadas pero que, sin duda, constituyeron en su día un adarve con su paseo de ronda. Llevan modillones de triple bocel en retroceso, y entre ellos arquillos conopiales. La torre tiene cuatro cuerpos de superficie decreciente. En el primero se abre el acceso al pórtico, el segundo es ciego, así como el tercero, en donde se ubica el reloj. Encima se levanta el cuerpo de campanas, con pilastras cajeadas. El pórtico se cubre con tejado sobre vistosa viguería de madera, salvo el tramo central, comunicado mediante arcos de medio punto, y que luce una hermosa bóveda de crucería con terceletes que apean sobre ménsulas, mientras que las claves van decoradas con florones, alguno toscamente desfigurado. La puerta se abre mediante arco de medio punto, con dos arquivoltas sobre columnitas con capiteles muy esquemáticos. En el muro contrario, hacia el norte, otra puerta con arco de medio punto sin decoración, de sabor civil, daba tal vez salida al cementerio.

El retablo mayor data del siglo XVII (1621), pertenece al protobarroco y fue ejecutado por los ensambladores Martín Barrena y Pedro García de Iriarte, así como el escultor Diego de Mayora. Tiene planta ochavada para adecuarse a la cabecera y está dedicado a San Miguel. Consta de banco, dos pisos de cinco calles y ático. El banco lleva relieves de la Pasión (Santo Entierro y Última Cena), alternando con las imágenes de los Cuatro Evangelistas. Encima, un friso con los Padres de la Iglesia y las figuraciones de la Fortaleza, la Esperanza, la Caridad, la Templanza, la Justicia y la Fe. El primer piso ostenta la imagen en bulto del Arcángel San Miguel titular, San Pedro y San Pablo, así como dos escenas de los milagros de San Miguel en el monte Gárgano. La talla de San Miguel es de gran calidad y parece que sigue el estilo de Gregorio Fernández. El segundo cuerpo figura un relieve de la Anunciación, bulto de San Juan Bautista, bulto de la Asunción entre angelotes, bulto de San Esteban y relieve de la Natividad. En el ático aparece un Calvario y dos obispos. El sagrario es obra moderna. Parte de los relieves deben proceder de reaprovechamiento del anterior retablo, de estilo romanista y obra de Miguel y Esteban de Elizalde y Juan de Gastaminza. Son de mayor calidad que el resto.

En el lado del Evangelio se distingue el retablo barroco de Santa Catalina, con planta ochavada, banco y dos cuerpos de tres calles cada uno, separadas por columnas salomónicas. Remata mediante frontón triangular sobre el Calvario. Contrasta esta mazonería barroca con las tallas, de estilo romanista y buena calidad. Destacaremos algunos relieves con las Virtudes, así como la talla titular de bulto.

En el lado de la Epístola se aprecia otro retablo, dedicado a la Virgen del Rosario, de mazonería idéntica al anterior. Alterna tallas romanistas con la Virgen del Rosario titular, que es de estilo barroco.

En el primer tramo de la nave y bajo el Coro, hay un Crucificado de estilo gótico hispanoflamenco. Va en tamaño natural, lleva tres clavos y representa a Cristo moribundo, con melena larga, corona de clavos y expresión serena. Destaca el volumen cilíndrico del torso, y los miembros largos y delgados.

Joseba ASIRON SAEZ (2006)