Danza

Maskaradak

Se trata sin duda de unas de las celebraciones más estudiadas. Esto lo demuestran los diferentes trabajos realizados por Georges Hérélle, Violet Alford, Julio Caro Baroja, Jean-Michel. Guilcher y, sobre todo, Kepa Fernández de Larrinoa. Desde el aspecto histórico, pasando por el coreográfico y finalizando en el antropológico-etnográfico, los investigadores nos han dado, no sólo diferentes perspectivas, sino lo que es más importante, información escrita y visual de gran valor social y cultural.

Las representaciones que se originan a finales del siglo XX tienen una composición algo diferente a las referidas por los estudiosos de principios de dicho siglo. Y es que debe tenerse en cuenta que tras las guerras europeas y hasta los años setenta la organización de las Mascaradas entró en una profunda crisis.

No es hasta la década de los noventa de dicho siglo cuando, debido a una impresionante revitalización, surgen una serie de cambios significativos destacando entre las innovaciones acaecidas las siguientes: se festejan en domingo y traspasan el tiempo de Carnaval para invadir el de la Cuaresma; el número de localidades que se visitan se amplía; la distancia a la que se encuentran las localidades visitadas aumenta; las mujeres comienzan a desempeñar papeles muy activos y prestigiosos como protagonistas y dantzaris (danzantes).

Existen, sin duda, unas características compartidas con otras fiestas del invierno fuera de Zuberoa, con las que forman parte de un amplio grupo de festivales rituales celebrados en dicha época del año por grupos humanos residentes en áreas rurales de Europa y el Mediterráneo en general. De esta forma, las Mascaradas se conforman como una manifestación local de una tipología de comportamiento ritual que se extiende a lo largo de una amplia área geográfica. Las características generales de la representación son las siguientes:

  1. Universo agrícola y campesino. Estas fiestas son cíclicas y estacionales, pues están directamente relacionadas con los ritmos biológicos de la naturaleza y con la periodicidad de las actividades agrícolas y pastoriles del mundo campesino..
  2. Máscaras y disfraces zoomórficos. Se advierte en ellas una utilización importante de disfraces y máscaras con componente animal. Animales, por lo demás, que deben ser cazados, domesticados o sacrificados. En definitiva, dominados y controlados..
  3. Época de Carnaval. Se desarrollan en torno a los días de Carnaval en su forma más antigua..
  4. Teatralidad y ritualidad. Las fiestas de invierno poseen un claro sentido escénico, simbólico y social. Su alta teatralidad proyecta temas socialmente relevantes, ya que dramatizan ritos de paso y de socialización en la comunidad rural celebrante..
  5. Sociabilidad y comensalidad. La reunión alrededor de una mesa y el acopio de bebidas y alimentos por parte de algún sector de la población, mediante el establecimiento de rondas con postulación, son elementos repetidos a lo largo de la geografía en estas fiestas. Esto es así debido a que, no sólo la danza, el canto, la máscara y el disfraz son importantes en las Mascaradas, sino a que la comida y la bebida juegan igualmente un papel preponderante, e incluso central. En conclusión, las fiestas de invierno en general, y las Mascaradas en particular, conllevan un alto contenido social y simbólico..
  6. Cortejos y procesiones. Se aprecia igualmente en que sus componentes se ordenan en cortejos y procesiones, que ordenan a sus componentes en jerarquías y categorías, entre los que se encuentran: grupos de gitanos; el grupo de dantzaris expertos; las representaciones de animales del bosque y la montaña; el canto y las coplas de cuestación; tropas de turcos, árabes, judíos, húngaros, diablos, caldereros y oficios varios..
  7. Personajes, danzas y melodías. Estas representaciones poseen elementos que las relacionan con otras áreas culturales. Si nos fijamos en los personajes (gitanos, caldereros, castradores, afiladores, centauros, abanderados, osos, etc.), se advierte que éstos están presentes en otros Carnavales, en otras festividades, en diferentes zonas del país, pirenaicas, europeas y norteafricanas. Las melodías que se interpretan están emparentadas con las utilizadas en otras festividades del Pirineo u otros lugares. Igualmente se aprecia que los instrumentos musicales empleados coinciden con los que se usan en zonas colindantes. Otro tanto puede decirse de las danzas..

A pesar de estas coincidencias, ofrecen una personalidad propia, que, al ser representadas por los jóvenes de los pueblos de esta comarca, reciben similares nombres en los idiomas de los agentes que las utilizan o en los ámbitos en las que son conocidas: Zuberoko Maska(ra)dak, Mascarades souletines o Mascaradas suletinas.