Concepto

Literatura vasca clásica: siglo XVII

Hasta el siglo XVIII la mayoría de autores vascos habían nacido o residido en Ipar Euskal Herria. Dicho de otra forma, con pocas salvedades (pueden mencionarse la colección Refranes y sentencias, el manuscrito de Lazarraga, el Modo breve de Mikoleta, la doctrina de Betolaza y la de Kapanaga) la mayoría de los autores vascos que llegaron a imprimir en los siglos XVI y XVII habían nacido o vivido en Lapurdi, Nafarroa Beherea o Zuberoa. Tras el poemario de Etxepare aparecieron las traducciones de Leizarraga, y ya en el siglo XVII, bajo el impulso de la Contrarreforma católica, floreció y se estableció la literatura clásica labortana: Materre, Etxeberri Ziburukoa, Axular, Gazteluzar, Argaignaratz, Haranburu, etcétera. La obra de más valor literario en aquella época (Oten gaztaroa neurtitzetan), igualmente, fue escrita por el suletino Oihenart. Por decirlo de alguna forma, los primeros pasos dados por las letras impresas vascas en el siglo XVI florecieron y se robustecieron en el XVII.

Al sur del Bidasoa, sin embargo, la situación fue diametralmente opuesta: apenas se publicó nada en el siglo XVII y no existe uniformidad entre los trabajos producidos. La mayoría de ellos son obras de corte religioso y carecen de valor literario alguno.

Para poder entender el lugar y la fuerza que la religión tuvo en la literatura vasca clásica, es necesario comprender la evolución que los debates religiosos vivieron a lo largo de los siglos XVI y XVII. Se trató de dos siglos conflictivos y llenos de sangre, en los que apareció una nueva forma de mirar e interpretar la religión cristiana, rompiendo la ortodoxia vivida hasta el momento: el protestantismo. Ante los excesos de las autoridades ortodoxas, surgió un nuevo punto de vista en torno a la doctrina cristiana, un punto de vista no tan hermético que los protestantes defendieron siguiendo a Lutero. Lutero había creado una versión sencilla e inteligible de la Biblia (el Nuevo Testamento en 1521 y el Viejo Testamento en 1534) que, además de propagar el punto de vista protestante, también se convirtió en modelo lingüístico alemán. En cuanto a la distribución, no cabe duda de que la imprenta, recién inventada, ayudó enormemente a la hora de expandir las ideas de Lutero y sus seguidores, por lo que las ideas protestantes se expandieron rápidamente por Europa. El objetivo, además, fue intentar llegar al número máximo de personas posibles, propósito que también tuvo reflejo en Euskal Herria cuando la reina navarra Joana III de Albret encomendó la tarea de traducir la Biblia calvinista a Leizarraga.

Frente a la reforma protestante, los católicos ortodoxos respondieron con una campaña larga de represión feroz, censura y duros castigos que sirvieron para mantener su ideología, detener a sus "enemigos ideológicos" y deshacer sus propuestas. En España venció la apuesta por la ortodoxia más firme, se multiplicaron las obras censuradas y las personas condenadas por la Inquisición llegando, finalmente, a hacer desaparecer todos los rastros de protestantismo. Los más ortodoxos encabezaron la Contrarreforma absolutista buscando recuperar cuanto antes el terreno perdido. Tras el largo Concilio de Trento, la ortodoxia se reforzó aun más y las autoridades optaron por utilizar los mismos métodos e instrumentos que habían empleado los reformistas: apostaron por hacer llegar las ideas ortodoxas al mayor número de gente posible y, para ello, prepararon y utilizaron numerosos materiales en las escuelas y en las iglesias de cada pueblo.

Respecto a Euskal Herria, prácticamente todas las obras publicadas a partir de finales del siglo XVI resultaron ser instrumentos de la Contrarreforma: las doctrinas de Betolaza, Kapanaga y Beriain, el catecismo anónimo Viva Jesús!, las obras de Axular, Etxeberri Ziburukoa o Tartas, etcétera. El propósito principal de todas ellas fue único: la expansión de la doctrina cristiana.

En Hego Euskal Herria, las obras impresas en euskara fueron muy escasas, incluidas las religiosas. Aun así, destacan dos autores de la época: el vizcaíno Martin Otxoa Kapanaga y el navarro Juan Beriain.

Martin Otxoa Kapanaga nació en Mañaria (Bizkaia) y fue párroco y profesor en su pueblo natal. En 1656 publicó la obra Exposición breve de la doctrina christiana en Bilbao, la traducción adaptada del jesuita Jerónimo de Ripalda. El trabajo tiene 155 páginas y cada una de ellas está dividida en dos columnas: en la izquierda aparece el texto en español y en la derecha la traducción al euskara. Parece que el trabajo pasó bastante inadvertido hasta el siglo XIX, época en la que Dodgson preparó una nueva edición (1893). Ya en el siglo XX, algunos filólogos han destacado el valor que la obra posee desde el punto de vista lingüístico (ha de tenerse en cuenta, asimismo, la extensión de la obra frente a todos los textos anteriores conocidos).

Juan Beriain, por su parte, fue cura de Uterga y preparó dos libros: Tratado de cómo se ha de oir Misa, escrito en romance y vascuence, lenguajes de este obispado de Pamplona (Pamplona, 1621) y Doctrina Christiana (Pamplona, 1626). Como en el caso de Kapanaga, el navarro ofreció el texto de ambas obras en español y euskara, y ahí reside, en la lengua, el mayor valor de la obra, teniendo en cuenta que en dialecto navarro no se ha escrito tanto como otros dialectos vascos.

A comienzos del siglo XVII se organizaron algunos certámenes poéticos en Pamplona, en época festiva. De aquellos certámenes han llegado dos composiciones hasta nuestros días, una de 1609 y otra de 1610, cuyas ediciones más fiables son las recogidas por Mitxelena en su Textos arcaicos vascos. El anuncio de los certámenes rezaba lo siguiente: "Y porque celebrandose en este Reyno de Nauarra la solemnidad de esta fiesta, no es razon que la lengua matriz del Reyno quede desfauorecida, se en este certamen un romance de doze coplas en Bascuence, que lleue un estribillo de tres á tres coplas". En 1609 se otorgaron tres premios (a Pedro Ezkurra, Migel Aldaz y Joan Elizalde) a otros tantos textos de corte religioso: "Aldarêco Gorpûtz Sanduâri" [=Al cuerpo santo del altar], "Gorputç Sanduari" [=Al cuerpo santo] y "Gorputç Sanduari". Un año después, el día del Corpus Christi, se organizó un nuevo certamen, cuyas bases resultaron ser más libres en cuanto a la forma: "Al que mejor Poesia Bascongada hiziere, en qualquier genero de metro". Aquel año, sin embargo, debido a la baja calidad de los textos, se dio un único premio que ganó Martin Portal con el trabajo "Romance del Santissimo Sacramento en Bascuence"; es decir, un romance cuyo eje volvió a ser la religión. En cuanto a la calidad, se escribió la siguiente nota: "No huvo mas de un Romance bueno en bascuence, y no me espanto, que es propio de esta lengua faltar en Romance".

Algunos otros trabajos religiosos de la época son los versos escritos a la Virgen por Juan de Huarte, el catecismo Viva Jesús! (de autor anónimo y datado a mediados del siglo XVII) y las doctrinas de Juan Bautista Armilleta (1678) y Zubia-Lezamiz (1691-1699).

Rafael Mikoleta nació en una familia acaudalada bilbaína, ciudad en la que ocupó algunos cargos importantes. Escribió una única obra conocida a mediados del siglo XVII: Modo breve de aprender la lengua vizcayna (1653); sin embargo, el trabajo no fue publicado hasta el siglo XIX.

Se desconoce si el objetivo de Mikoleta era publicar su obra, pero parece que fue redactado a modo de guía rápida para alguien que no conocía la lengua vasca. Fue publicado por Sampere y Miquel en la Revista de ciencias históricas (1880) de Barcelona, pero se trata de una edición modesta repleta de errores. Diecisiete años después Dodgson preparó una nueva edición, más cuidada. Ya en la segunda mitad del siglo XX fue publicada tanto por partes (Mitxelena y Sarasola) como completamente (Zelaieta).

El contenido de la obra lo resume el propio título: se trata de una guía para aprender euskara partiendo del español. En el primer capítulo se recogen algunas aclaraciones gramaticales y en el segundo un diccionario que recoge unos 700 términos. En el tercero aparecen algunas explicaciones interesantes desde el punto de vista literario: por un lado, el bilbaíno presentó una serie de conversaciones a modo de uso práctico de lo anteriormente expuesto. Por otro lado, Mikoleta también escribió algunas líneas teóricas sobre la poesía vasca, a las que hay que sumar algunos ejemplos prácticos del propio autor. Se trata de testimonios muy interesantes, ya que con ellos podemos lograr aproximarnos al tipo de poesía que se hacía en Hego Euskal Herria en el siglo XVII.

El capítulo de los diálogos lleva ese el mismo título ("Diálogos"), y hoy en día ya sabemos que no se trata de conversaciones originales: Jon Minsheuk publicó las obras A Dictionary in Spanish and Enlgish y Pleasant and Delighfull Dialogues in Spanish como métodos de aprendizaje de la lengua española a comienzos del siglo XVII en Inglaterra, y parece ser que Mikoleta utilizó como modelo los diálogos de Minsheu. Las conversaciones son presentadas en dos columnas (la izquierda en español y la derecha en euskara) y se trata de diálogos de gran viveza expuestos con un claro objetivo didáctico: más allá de las explicaciones gramaticales, el bilbaíno quiso también dar testimonio de la lengua viva.

El capítulo "Modo de la vizcayna poesia y sus versos" es, como su propio nombre indica, más interesante desde el punto de vista literario. En él, Mikoleta explicó que existían diversos modelos poéticos: los del tipo Lelori, Lelori, que suelen cantar las mujeres en las festividades y que no entran en la "graue poesía vascongada" (es decir, en la mejor poesía); el modelo común o "Vasquense", similar al romance castellano, con distintas métricas (7-6a-7-6a y 10-8a-10-8a), a pesar de haber diferencias entre sílabas. Finalmente, se hallan los modelos que también existían en otras literaturas mayores: "dezimas, lyras y sonetos en Vasquenze con los mismos acçentos y consonantes que suelen tener en Romançe". Sin embargo, parece que ese último tipo no resultó exitoso, ya que los vascos no los dominaban completamente.

Mikoleta también dio ejemplo práctico de los dos tipos de versos vascos principales a través de dos textos amorosos creados por él mismo. Sin embargo, a causa de la brevedad de las explicaciones y de la falta de otros ejemplos, es difícil determinar hasta qué punto eran reales esos "modelos poéticos vascos".

Se ha repetido en más de una ocasión que durante el siglo XVII apenas se publicó nada en euskara en Hego Euskal Herria. Junto a los escasos pero importantes autores anteriormente mencionados, cabe hablar de algunos textos sueltos publicados en distintos lugares y fichas que fueron finalmente recopilados conjuntamente en obras como Textos arcaicos vascos de Koldo Mitxelena.

Dejando de lado las frases y textos breves en euskara intercalados en obras escritas en otras lenguas (sirva como ejemplo el trabajo Los ramilletes de Madrid de Lope de Vega), por ser puramente anecdóticos, hablando del siglo XVII solo pueden mencionarse algunos escritos en verso como la canción de amor hallada por Jaime Kerexeta en el archivo eclesiástico de Elorrio, los pasquines repartidos en Tolosa en 1620, las cuartetas en favor del príncipe Felipe (1658), las coplas escritas en memoria del fallecido Felipe IV (1666) o la secuencia de versos editados por Lakarra en la década de 1980 bajo el título Bertso bizkaitarrak [=Versos vizcaínos] cuyo origen se remonta al año 1688. Suscita gran interés lingüístico, asimismo, el texto Eguiaren kanta [=La canción de Eguia]: escrito allá por 1638 y publicado a finales del siglo XX, es el primer bertso-paper hallado hasta el momento.

  • ALDEKOA, Iñaki. Euskal literaturaren historia. Donostia: Erein, 2008.
  • DODGSON, Edward Spencer (edit.). Modo Breve de aprender la lengua Vizcayna. Compuesto por el l.do Rafael Micoleta, presbyt.o de la muy leal y noble Villa de Bilbao. 1653. Sevilla: F. de P. Díaz, [1653] 1897.
  • LAKARRA, Joseba Andoni. "Bertso bizkaitarrak (1688)". ASJU, 1984, 18-2, 89-184.
  • MICHELENA, Luis. Textos arcaicos vascos. Madrid: Minotauro, 1964.
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  • VILLASANTE, Luis. Historia de la literatura vasca. Oñati: Sendo, 1961.
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