Los anhelos de incorporación del vascuence como lengua instrumental a la enseñanza primaria del país fueron frecuentes en el siglo XVIII, pero apenas cristalizaron en realidades concretas hasta finales del XIX. En la primera mitad de este siglo destaca la figura de Agustín de Iturriaga que, además de ejercer la docencia, escribió libros de texto en vascuence para niños y ofreció interesantísimas reflexiones sobre los problemas de la enseñanza vasca a las autoridades del país. En 1897 Sabino Arana Goiri publicó Umiaren lenengo aizkidia, librito destinado a los niños, cuyo valor es más simbólico, por lo que entraña de proyecto, que propiamente pedagógico. Hacia 1896-1897 Resurrección María de Azkue fundó en Bilbao el Colegio Ikastechea, de enseñanza primaria y exclusivamente masculino, para el aprendizaje y el desarrollo del vascuence entre los niños. Sin embargo parece que no se impartía la enseñanza en vascuence sino la enseñanza del vascuence, tanto con los alumnos vascófonos como castellanófonos. El Colegio Ikastechea duró sólo hasta 1899 y no tuvo continuidad hasta 1903. Azkue, sin embargo, estaba firmemente convencido de la necesidad de vasquizar la enseñanza. En 1905 y 1914, siguiendo el camino emprendido por Azkue, dos escuelas vascas más fueron inauguradas en Bilbao, pero como la mayoría de los alumnos sólo hablaban castellano se decidió que la enseñanza se realizara en esa lengua y que el vascuence recibiese tratamiento de asignatura.
El año 1914 representa una fecha clave en la historia de la ikastola. Ese año Miguel de Muñoa fundó en San Sebastián la escuela denominada Koru'ko Andre Maria'ren Ikastetxea en la cual toda la enseñanza, tanto en parvulario como en primaria, se impartía en vascuence. El éxito acompañó a Muñoa en la realización de su proyecto, y fue tal la aceptación obtenida por su escuela que en 1916 decidió comprar un edificio para poder ampliarla. En 1918, en el Primer Congreso de Estudios Vascos celebrado en Oñate, la labor de Muñoa mereció el elogio de los asistentes. En el mismo Congreso Luis de Elizalde, Eduardo de Landeta, Leoncio Urabayen y Adelina Méndez de Torre fueron los ponentes encargados de la Sección de Enseñanza. Todos ellos pusieron el acento sobre los problemas que afectaban a la enseñanza vasca, subrayando especialmente los derivados de la situación lingüística. Eleizalde, en la conferencia titulada El problema de la enseñanza en el País Vasco, lanzó la idea de que fueran las propias gentes del país quienes crearan escuelas euskéricas (sic) al estilo de las Matitse Skolska de los checos, ideadas para preservar la lengua propia del alemán oficial. Una de las conclusiones de este Congreso se refiere justamente a la necesidad de crear parvularios para la enseñanza en vascuence en las zonas vascófonas.
En 1920 la Excma. Diputación de Vizcaya puso en marcha las Escuelas de Barriada, entre cuyos inspiradores destacan Eleizalde y Landeta. Con la creación de estos centros se quería servir a la educación e instrucción de los pueblos y barrios peor comunicados, con una atención especialísima a las características lingüísticas de la provincia. Sin embargo los objetivos iniciales se frustraron al cabo de algunos años y en 1931 la Sociedad de Estudios Vascos denunciaba que las Escuelas de Barriada se habían convertido en el medio más eficaz de la destrucción definitiva del vascuence.
MGL