Concepto

Hermenéutica de la danza

En primer lugar necesitamos de descripciones verídicas y verificables del hecho a estudiar. Es imprescindible para la labor del hermeneuta tener datos fiables sobre las danzas que trata (a poder ser debe tratarse de un trabajo de campo sobre las mismas).

A continuación, las reseñas históricas y la bibliografía ayudan a tener una visión de conjunto del dato a tratar. Muchas veces, dichos datos no se adquieren de un modo directo, sino por comparación con otros estudios realizados sobre otras danzas o eventos colaterales.

En tercer lugar, analizamos la estructura de la danza o coreografía, y la comparamos con otras estructuras similares que pudieran comprobarse en entornos próximos o, cada vez más alejados. Para ello es interesante utilizar el método estructuralista de la antropología.

A su vez incluiremos las referencias necesarias para comprender la estructura socio-económica que le ha dado origen. El análisis marxista puede sernos de utilidad a tal efecto.

Por último, la creación de un mapa coreográfico puede ser imprescindible a la hora de situar las diferentes coreografías, y de gran utilidad a la hora de establecer las correspondientes relaciones. Junto a él debería configurarse un calendario de actuaciones, y el significado de las mismas (es imprescindible la utilización de La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine, u otro similar).

Una vez establecido el marco general, podemos adentrarnos en los pormenores.

El análisis del emisor entraña dificultades de difícil solución. Sus sentimientos, deseos, ansias y miedos le pertenecen a él, y es difícil su acercamiento. Para ello quizás sea interesante adentrarse en el estudio psicológico y, más concretamente, en los estudios psicoanalíticos de Sigmund Freud y su discípulo Carl Gustav Jung, quien muestra algún caso de pacientes que materializan sus neurosis mediante la danza.

En el caso del receptor, las posibilidades se multiplican y, si bien en ocasiones quedan suficientemente marcadas (bodas, bautizos y otras celebraciones), existen otras en que se solapan (caso de las festividades religiosas relacionadas con eventos naturales o puramente religiosos).

El análisis del canal de transmisión no parece, a primera vista, revestir demasiadas dificultades: se trata de describir el movimiento o su carencia en el desarrollo coreográfico. Sin embargo, qué se entiende por danza y qué no lo es sí presenta un grave problema a la hora de su estudio.

El código sí que presenta grandes dificultades. Por el momento no parece posible establecer un diccionario individual o colectivo sobre los diferentes movimientos. Flora Davis8 lo ha intentado, lo mismo que Desmond Morris, pero sus investigaciones, aparte de darnos algunas indicaciones, no han sido de ningún modo concluyentes. Violet Alford y Lucile Armstrong tampoco han podido ofrecernos una visión decisiva, aunque han ayudado a su conclusión.

Por último, el mensaje que se quiere transmitir a través de la danza (tradicional o no), deberá tener en cuenta las circunstancias en las que se realiza: históricas, económicas, culturales, religiosas, etc.

Si logramos dilucidar cada uno e dichos elementos, conseguiremos entender el por qué de su significado.

8DAVIS, Flora, (1976) La comunicación no verbal, Alianza, Madrid. Ver tambien PEASE, Allan (1994), El lenguaje del cuerpo, Altaya, Barcelona.