Concept

Txistu

La extensión del txistu ordinario tradicional es de dos octavas. La txirula tiene los mismos límites que el txistu ordinario, pero sus notas agudas suenan más rasgadas. Su ámbito bueno es de una escala más una cuarta. Las restantes salen borrosas. El silbote suena una quinta baja: su parte más utilizable, por sonar mejor, es poco más o menos una escala. Sin embargo, abarca dos escalas completas: más una quinta más grave do a sol, que suena agradablemente cuando el instrumento es bueno. Las notas altas son algo difíciles de dar. No olvidemos que el silbote es desmontable en dos piezas. Para escribir la música destinada a este instrumento en combinación con banda, orquesta, etc., la solución es considerarlo en si natural y no en si bemol. Por lo tanto, escribiéndose el txistu en do, el silbote debe ir en sol; es decir, los tonos más próximos a estos dos instrumentos cuando van con orquesta, etc., son si y fa sostenido. La fusión con otro conjunto instrumental nunca es perfecta, pues en estos instrumentos populares la tendencia de sus betas interiores es distinta en cada uno: así, aunque todos reciban el mismo tratamiento, salen, sin embargo, distintos. Los constructores achacan, además, estas diferencias a las partes porosas de la madera. El sonido depende del aire y de la dirección que lleva cuando sale de la boquilla para que la lengüeta se encargue de cortarlo o interceptarlo. El sonido resulta más o menos amplio según las dimensiones del tubo por donde discurre el aire. El txistu de 43 cm. tiene una sonoridad dulce, agradable. Su parte baja es algo oscura, sobre todo cuando en los aires populares se toca al aire libre. Las últimas notas son algo silbantes. Su mejor registro es el central. La txirula es de menor sonido en volumen, pero más incisivo por su tesitura a la octava alta. La sonoridad del silbote es opaca, aunque agradable, y su papel en el conjunto orquéstico popular es el del bajo, lo que le reduce ordinariamente a un puesto secundario como interés musical. El txistu admite el vibrato y el trino. Hemos visto hacer el vibrato con un rápido movimiento del dedo encima del orificio que da la nota, aunque sin cerrarlo. El trino se ejecuta cerrando con rapidez el orificio inferior al que suena. El sonido del txistu, aunque dulce y no rasgado, tiene una área de extensión auditiva mayor de la que nos imaginamos. Así, nos cuenta Iztueta haber oído decir a un anciano pastor de su pueblo que, en un monte elevado de Zaldibia (pueblo de origen de Iztueta), solía bailar gustosísimo las txantxakak, ejecutadas por el tamborilero en la plaza de Ordizia, que dista dos horas de dicho lugar. El mismo Iztueta, yendo a Lazkao, oyó, desde una colina que llaman Alditxueta, las alboradas que ejecutaba el tamboril en el pueblo de Orendain: entre ambos pueblos hay hora y media de camino. La proliferación de sesiones de txistu en lugares cerrados ha inducido a los artesanos a elaborar instrumentos de sonido más dulce que los tradicionales.