Las Diligencias. Tienen su origen en el monopolio por 25 años que los catalanes Buenaventura Roca y Cía. obtuvieron en 1771 de Carlos III en los recorridos Madrid-Barcelona, Madrid-Cádiz y Madrid-Bayona por Alava y Gipuzkoa. Estas Reales Diligencias escapaban al monopolio de los carruajes, arrieros, coches de colleras, calesas, sillas volantes, carros y otros medios de transportar personas y géneros que estuviesen en uso. La diligencia Madrid-Bayona era semanal y transportaba 6 pasajeros y alguna mercancía; la Bayona-Madrid salía a la misma hora. El trayecto, que era muy caro, duraba 7 días en verano y 9 en invierno; su itinerario (comida y/o pernocta), con cambio de caballos en Bribiesca y Bergara y paso de gabarra en Behobia, era: Madrid, Guadarrama, Villacastín, Martín Muñoz, Montajo, Olmedo, Valladolid, Cabezón, Villa Rodrigo, Burgos, Bribiesca, Santa María de Riva, Miranda de Ebro, Vitoria, Bergara, Alegia, Oiartzun y Bayona. Luego las diligencias se fueron generalizando. Del Bilbao de mediados de s. XIX salían dos diligencias grandes a Burgos por Balmaseda, una a Vitoria por Durango, dos a Donostia por Bergara y una por Azpeitia. Las de Pamplona salían de la Plaza del Castillo; la diligencia de «El Progreso Roncalés» comenzó a funcionar un año después de haberse abierto la carretera del valle de Roncal en 1883 hasta 1914 en que fue sustituida por el autobús.