Mountain ranges

Sierra de Aralar

La erección de su famoso santuario la remonta la leyenda al conocido suceso que se sitúa, también por vías de tradición, en el año 707 (veáse Goñi, Teodosio de). Del templo original erigido por este infortunado caballero navarro no se tienen noticias ciertas; un documento del s. XI demuestra su existencia en el año 1027, reinado de D. Sancho el Mayor. Este documento coloca al santuario bajo la dependencia del monasterio de Santa María de Zamarze de HuarteAraquil. Diversos documentos posteriores, entre ellos varios pontificios -años 1143, 1144, 1146, 1156, 1165, 1188 y 1191- y otros reales -1096, 1103, 1125, 1136, etc.-, dan fe de este hecho. El templo actual, aunque al parecer muy reformado, fue levantado en el s. XII, albergando en su interior restos del antiguo. Se refiere que en el año 1094 el rey D. Pedro Sánchez de Aragón y Navarra (1094-1104) "subió a pie a esta sierra del monte Aralar con unas alforjas a cuestas, cargadas de arena, cuando sanó milagrosamente una noche en la iglesia de cierta enfermedad según natura incurable". Durante este reinado tuvo lugar para algunos, en el año 1098, la consagración de esta iglesia, fecha que otros autores retrasan a 1141, reinado de García el Restaurador. En el año 1191 se sabe que el santuario albergaba a una comunidad regular de monjes con su respectivo abad-prior por una escritura de concesión de una casa para lugar de reuniones de la cofradía de San Miguel hecha por D. Pedro de París, obispo de Pamplona en esta fecha.

En esta basílica se celebraba por los años 1414 una feria anual. El rey D. Carlos III el Noble poseía en tierras de la sierra ocho bustalizas -terreno demarcado para pasto de bueyes-, que en 1423 dio en arrendamiento a Sancho de Lodosa y a varios otros caballeros suyos. Durante el reinado de Leonor I de Foix, los términos, prados, pastos, bustalizas y heredamientos de Aralar, así como el molino de Huarte-Araquil, pasaron, por donación real, a manos de Martín Ibáñez, señor de Eraso. En el s. XVI las tierras de Aralar se amojonaron; ya con anterioridad había habido roces entre guipuzcoanos y navarros por los respectivos ganados que traspasaban los términos de cada uno. En 1519 se celebraron concordias que fueron aprobadas por el Consejo de Nav. en 1520 y fueron ratificadas por Carlos V en 1525. El amojonamiento definitivo tuvo lugar en 1526. Gozaban de estos prados por parte navarra, el valle de Aráiz, Araquil, Ergoyena y Burunda, y por el lado guipuzcoano las uniones de Bozué Mayor y Menor, con sus respectivos pueblos. Este primer amojonamiento no pareció arreglar las diferencias, ya que en los años 1654 y 1662 hubo nuevos amojonamientos -monte Alleko y aledaños-, así como en 1761, 1786 y 1790. El santuario, que gozaba de fama de ser rico en ornamentos y joyas, no se vio libre de la codicia de los ladrones que en 1620 y 1689 saquearon sus dependencias. Entre los años 1734, 1737 y 1742, la real chancillería de Valladolld ordenó; que D. Juan Raimundo de Arteaga y Lazcano, marques de Valmediano y señor de Lazcano, participara de los montes que correspondían a Ataun en la parte cercana a Echarri-Aranaz.

Las relaciones entre guipuzcoanos y navarros, seguían entre tanto enturbiadas por sus intereses ganaderos. Amézqueta, compró ciertas tierras de Aralar al monasterio de Roncesvalles y haciendo caso omiso de la concordia de 1519 exigió 16 reales de vellón por cada cabeza de ganado navarro que entrara en su amojonamiento. Como es natural, los pueblos navarros reaccionaron airados e impusieron, en las ordenanzas particulares de 1770, la misma pena a los animales guipuzcoanos que entraran en sus tierras. Al finalizar este siglo, mientras ganaderos dc una y otra provincia no acababan de ponerse de acuerdo, tuvo lugar, en 1797, el más sonado de los robos que haya conocido el santuario. Joyas, imágenes, ornamentos, etc., fueron sustraídos por medios violentos por nueve ladrones procedentes de Bidarray, Vaicarlos, Lugoso, etc. Algo más tarde fueron atrapados en las cercanías de Aldudes (B. Nav.), logrando recuperarse el San Miguel, aunque decapitado. Todos ellos, menos dos, fueron condenados a muerte y sus manos cortadas. La proclamación de San Miguel de Aralar, como patrono del País Vasco, tuvo lugar el 10 de octubre de 1909.

Para consultar datos específicos sobre el santuario de Aralar, su historia, tradición y arte Ver también San Miguel.

IEZ