Mountain ranges

Sierra de Aralar

Aralar es un centro religioso prehistórico de suma importancia. El folklore vasco nos da noticias de creencias relativas a genios moradores de cuevas y simas y los estudios arqueológicos modernos dan fe de más de 40 dólmenes, sobre los cuales también nos cuenta la tradición oral un buen número de relatos legendarios. Las cuevas y simas de Putxerri, de Txindoki, de San Miguel y de Albi, según estas leyendas, servían de morada a la Dama Mari. Esta diosa vasca, forjadora de tempestades cuando viaja de una cueva a otra de cumbre a cumbre, lo hace en forma de llamas azuladas. Unos cuentan que suele estar en la puerta de la caverna peinándose con peine de oro, o bien devanando hilo. Txindokiko-Marie suele estar relacionada con una vaca roja y el caserío de Irabi, lo que recuerda a las cuevas prehistóricas con pintux'as rupestres y simultáneamente con leyendas vivas sobre toros, novillos y vacas, todos rojos, y además, habitadores de dichos antros. Amabirjiña-arrije o "peña de la Virgen" es una roca con una huella que se atribuye al pie de la Virgen cuando ésta se apareció a un pastor de Loidi.

Pago Mari es un haya enorme en la que se daban cita dos enamorados que murieron uno tras otro después de una gran tormenta de nieve. Erroldan-arria, en el valle de Ata, entre Madoz y San Miguel, es un menhir prehistórico. Según la leyenda lo lanzó Roldán contra los vascos, pero habiéndosele enredado la mano en una zarza, se le desvió y fue a caer en lugar donde hoy se encuentra. El mismo o parecido hecho se atribuye a los "jentillak" o gentiles con la piedra llamada "Saltarri". Los Joanagorris son unos seres casi enanitos, de amplias orejas plegadas hacia delante, lígeros de piernas, preguntones y enemigos de hablar de sí mismos. Se suelen ofrecer a los caminantes para orientarles en su marcha por el Aralar o extraviarlos, según sople el viento en la Sierra. Los dólmenes se suelen suponer ser el último refugio de los "jentillak" antes de su desaparición. Muchos pastores vascos, no hace muchos años, aún se descubrían al pasar junto a un dolmen en señal de respeto.

Refs. Aranzadi, T.: Los gentiles del Aralar. Bilbao, 1919; Apráiz: Sierra de Aralar y Macizo de Gorbea. Bilbao, 1950.

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