La actividad sacrificial constituye, junto con la oración, el medio de comunicación principal de los humanos con los sobrenaturales. Incluso podría decirse que es el único medio, si consideramos a la oración como la ofrenda de las propias palabras y pensamientos.
La premisa ideológica común subyacente a toda actividad sacrificial es el hecho de que los seres sobrenaturales son siempre más fuertes y poderosos que los humanos, y por ello éstos les ofrecen sacrificios. Sin embargo ahí se acaba el aspecto común. Más allá de esta premisa, la actividad sacrificial que conocemos en nuestro ámbito y en su entorno próximo puede basarse en tres fundamentos ideológicos radicalmente distintos. Puede basarse en el sometimiento a los dioses, puede basarse en la reciprocidad o puede tratarse de un sacrificio-cebo. Habrá posiblemente casos que no puedan encajarse exactamente en alguno de estos tres tipos, pero puede considerarse que dichos tres tipos constituyen los ingredientes básicos, cuya combinación puede dar cuenta de cualquier práctica sacrificial.