Concept

Sacrificio en la Mitología Vasca

Según este modelo, que es el preponderante, entre otras, en la culturas indoeuropeas, los seres humanos son deudores de los dioses y están sometidos a ellos, y los sacrificios que les dedican son la expresión de su deuda y su sometimiento. Vamos a ilustrar esta afirmación con un par de textos de la mitología escandinava y con otro más de la mitología védica de la India. Empecemos con el que nos habla de los festivales de Upsala:

"Según se desprende de la mayoría de las fuentes, fueron instituidas por Othin. En efecto, es fama que tras adueñarse del territorio, erigió un templo y sacrificó en él al modo de los Ases (dioses)" (Hartsuaga, 2004) (Traducción adaptada del euskera).

Según precisa el siguiente texto, las gentes le pagaban los impuestos para lograr que les fuera propicio y les concediera buenas cosechas:

"Othin hizo leyes para su pueblo, leyes que consiguió de los Ases. Al inicio del invierno había que realizar sacrificios para que el año fuera bueno, a mediados del invierno para lograr buena cosecha, y en la primavera para que triunfaran las campañas militares diseñadas. Cada nariz (sic) a lo largo y ancho del país le pagaba el impuesto para que protegiera al pueblo en tiempo de guerra y para que les asegurara un buen año" (Hartsuaga, 2004) (Traducción adaptada del euskera).

Los textos no precisan qué es eso de sacrificar al modo de los Ases, pero conociendo las características restantes de esta actividad sacrificial, después de compararla con la basada en la reciprocidad, surgirá alguna proposición que pueda explicar su significado. En cualquier caso, llama poderosamente la atención el uso indistinto que se hace de los términos sacrificio e impuesto, que son tratados como sinónimos. No es casualidad. En efecto, la ley que promulga el sacrificio es impuesta por Othin como consecuencia de la conquista. Se trata de una actividad obligatoria impuesta por la fuerza. A cambio los que sacrifican obtendrán la protección de la armada y un clima propicio, causado por Othin, en concordancia con la idea indoeuropea de que queda en manos de los dioses provocar la esterilidad de la Naturaleza en caso de que los humanos se rebelen contra ellos.

El siguiente texto de la mitología védica nos muestra, a su vez, que la obligación de los humanos de sacrificar a los dioses procede del origen mismo de los seres humanos:

"El Vivasvat védico se define por una contradicción: a la vez hombre, antepasado de la humanidad, y dios, el octavo y último de los Aditya o dioses soberanos. Este segundo estado civil al que hace alusión RV, X, 72, 8 y 9, se desarrolla en varios Brahmana y se explica por una suerte de pecado original de su madre Aditi, madre de los Aditya. Ella había dado a luz por parejas a los seis Aditya propiamente dichos,- Mitra y Varuna y seguidamente los dos asistentes de cada uno de ellos-, comiendo pía y humildemente los restos de un puchero ofrecido previamente a los dioses primordiales, los Sadhya. Pero la cuarta vez, comió ella en primer lugar antes de servir a los dioses, esperando obtener un provecho mayor. El resultado fue que uno de los dos niños, Indra,se elevó orgullosamente hacia el Cielo y se unió a los Aditya (él será el séptimo Aditya), mientras que el otro cayó en forma de "huevo muerto", Martanda. Tuvieron que intervenir los Aditya para darle vida y forma: este fue Vivasvat. Pero le prestaron socorro a condición de que él mismo y toda su descendencia les pertenecerían, les ofrecerían sacrificios" (Hartsuaga, 2004) (Traducción adaptada del euskera).

En esta versión el hecho que obliga eternamente a los humanos a ofrecer sacrificios a los dioses no es un hecho de conquista, sino un suceso primigenio en el cual los dioses devolvieron a la vida al ancestro de los seres humanos, Vivasvat el rey medio humano, medio divino. Más allá de este desacuerdo narrativo, la base ideológica común de la tradición indoeuropea establece que un suceso primordial del pasado mítico obliga y somete eternamente a la humanidad. Por otra parte, y aunque estos textos no nos hablan de ello, hay que comentar también que en este tipo de actividad sacrificial interviene siempre una casta especializada en la intermediación religiosa, que asegura que los sacrificios se realicen de acuerdo a los rituales apropiados, y que lógicamente participa del disfrute de las ofrendas en pago a su intervención.