Alrededor de los años 1098 y 1099 la frontera de Huesca era escenario de combates y la conquista se dirigía hacia Barbastro. Mientras, en la zona de la Ribera de Navarra se mantenía a Tudela rodeada de plazas pamplonesas bien guarnecidas. Estos lugares eran Funes, Falces, Peralta, Arlas, Caparroso, Ujué, Rada y Arguedas. En el año 1098 Pedro I estableció un puesto militar en la atalaya de Milagro para vigilar Tudela, y levantó en las proximidades de esta ciudad otra fortificación llamada "Pueyo de Sancho". El valle de Funes era una zona conflictiva, principalmente por la proximidad de Tudela, y el peligro en él aumentaba a medida que esta ciudad se iba fortaleciendo. En la zona desértica de la Bardena los vecinos de Marcilla levantaron una torre de vigilancia. El cordón defensivo se completó con el incremento de la población de Caparroso y Santacara, lugares a los que el rey otorgó fueros en 1102.