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Getaria

Primera carlistada. Pese al desmantelamiento aludido, el 1 de noviembre de 1834, debido a las necesidades de la guerra y la amenaza carlista, es repuesta en Guetaria la guarnición militar. El abastecimiento se efectúa por mar desde San Sebastián. El mismo alcalde ordena el incendio del arrabal de Herrerieta para impedir sea utilizado por los carlistas, el 15 de diciembre de 1835. El 1 de enero del año entrante, los carlistas consiguieron irrumpir en el recinto y desalojar a los defensores encerrados en la iglesia que fue incendiada ardiendo la sillería del coro, obra de 1565 labrada por Andrés de Araoz, y el retablo mayor de 1603-9 montado por Martín de Basabe. Ardió también la villa, salvándose sólo 15 casas. Perecieron el archivo, la escribanía de número y 104 casas intramurales. Fue grande la ruina, asimismo, en el exterior, donde quedaron destruidos 51 caseríos rurales. La guarnición resistió hasta 1838 en que la ocupación del monte Gárate por los isabelinos conllevó la ruptura del bloqueo. Guetaria entre ambas guerras. Gorosábel nos describe la villa de esta forma: "Tiene varias calles regularmente empedradas, una casa concejil decente, plaza que sirve de juego de pelota y para las diversiones públicas, y en ella una fuente de agua abundante. La poblacion se halla circundada por todas partes con respetables murallas antiguas; y sólo se puede entrar en ella por cuatro portales abiertos en las mismas murallas. Para la defensa del puerto tiene además el monte llamado San Antón, entre el cual y la villa sólo existe el paso del muelle y un arco corrido, conocido con el nombre de Catrapona. A pesar de todas estas obras de defensa, la plaza se halla abandonada y sin guarnición de tropa; porque los montes inmediatos la dominan, y no es capaz de resistir a un ataque de artillería." El faro del monte San Antón es erigido en 1862.