Concept

Feudalismo

Posteriormente los historiadores con el término feudalismo han ido comprendiendo asimismo la relación social y económica que había posibilitado el nacimiento del marco jurídico-administrativo reconocido con el nombre de feudo. Las distintas posiciones historiográficas y también ideológicas que todavía circulan a comienzos del siglo XXI condicionan, sin embargo, lo que se ha de entender por feudalismo y por feudal. No faltan todavía quienes distinguen entre feudalismo y feudalidad, reservando el primer vocablo para los aspectos estrictamente de carácter socioeconómico y el segundo para referirse a las instituciones feudo-vasalláticas.

Por otra parte historiadores como Marc Bloch insisten en la conveniencia de diferenciar entre régimen señorial y régimen feudal, destacando que éste último conlleva unas relaciones específicas entre señores y vasallos, basadas en la concesión de unos señoríos muy concretos - no de otros- y que puede incluir la transferencia de cierto poder público o jurisdiccional.

En todo caso la historiografía contemporánea ha acuñado el término de "sociedad feudal" para referirse, cuando menos, a la cristiandad medieval europea, aceptando como características fundamentales de la misma las siguientes: el predominio de la agricultura y de la ganadería como actividades económicas mayoritarias, la existencia de un notable número de trabajadores del campo - labradores y campesinos - que cultivaban tierras de los señores, dedicados con frecuencia a la milicia - caballeros - y conectados con el poder regio mediante lazos vasalláticos, a quienes los primeros entregaban una renta anual en especie, en dinero o en forma de trabajo personal y cuya renta global constituye lo que se ha venido en denominar como renta feudal.

Por supuesto, esta sociedad dispuso de todo un imaginario mental, cuyos pilares se encontraron principalmente en una supuesta ideología de los tres órdenes (bellatores, oratores, laboratores) y en las ideas y valores religiosos y sociales de las líneas dominantes de la cristiandad medieval. Estos señores de la tierra y de la guerra ocasionalmente disfrutaron de ciertos monopolios o intentaron obtener el monopolio sobre molinos, ferrerías, etc. y su presencia al frente de señoríos legalmente constituidos, como los de Bizkaia, Oñati, Ayala, Llodio, Kuartango, Orozko, Baigorri, etc., o la consecución por parte de éstos de competencias de carácter jurisdiccional y político pudo ser utilizada en determinadas coyunturas como elemento disgregador de los poderes monárquicos, a pesar de las fidelidades debidas. Por tanto, poseer algún título nobiliario no es suficiente para incluir a dicha persona en el grupo de los señores feudales, entre quienes también existen interesantes diferencias.

Conforme avanza la Edad Media muchas personas alcanzaron la hidalguía por privilegio regio individual o colectivo, sin que por ello dejaran de ser labradores y normalmente nunca llegaron a tener campesinos dependientes que trabajaran desde un punto de vista señorial sus explotaciones.

Es, sin embargo, muy complejo concretar la cronología del proceso de feudalización de las sociedades de Álava, Gipuzkoa, Bizkaia, Navarra y el País Vasco francés. Ciertamente el recurso a formalismos e instituciones de carácter feudo-vasallático sería el fundamento para poder aplicar el concepto de feudal al resto de los elementos que conformaron dicha sociedad. Se trata probablemente de un fenómeno, que como en otras zonas del norte Peninsular o del sur de Francia, se inicia y sobre todo se desarrolla entre los siglos X al XII, adquiriendo nuevas formas y contenidos durante los siglos XIII al XV. En todo este proceso debieron desempeñar un papel fundamental los reyes que, en un momento u otro de su historia, ejercieron algún tipo de dominio político sobre estos territorios.

Por otra parte, resulta todavía mucho más difícil generalizar que esta feudalización se llevara a cabo desde una sociedad de "tipo antiguo", es decir, de origen esclavista, según se defiende por Juan José Larrea para el caso navarro o a partir de una organización social pre-esclavista, cuya característica definitoria sería la existencia de comunidades de valle y de aldea al menos en gran parte de Bizkaia y Gipuzkoa, en opinión de José Ángel García de Cortázar.