Lexique

SOCIEDADES POPULARES

Gestión y administración peculiares. Uno de los rasgos que se presenta como típico y característico de la sociedad es su gestión y administración. La práctica en común descansa en un autocontrol -frecuentemente respetado por la propia identificación con la «sociedad» -del gasto realizado: la sociedad está equipada de bodega y despensa, además de los servicios, a la manera de un bar-restaurante-casino; cada socio aporta además de una cantidad inicial- que supone la financiación de las obras de instalación y acondicionamiento, -una cuota mensual- gastos de entretenimiento -y abona en el acto de ser consumido el coste de las consumiciones de bebida o complementos de la comida o merienda (el café «completo», latas de conserva), puesto que la materia de la comida es aportada por los propios socios; este pago se realiza normalmente a «prorrateo», depositando en un buzón al efecto un sobre en el que se introduce el metálico y se especifica el importe de lo consumido, de acuerdo con la lista de precios fijada por la propia sociedad. Periódicamente la directiva, elegida por los socios, a través de un administrador, hace el arqueo de los ingresos en el buzón y de los materiales consumidos; el bodeguero se encarga de su reposición y se comunica a los socios las «derivas», la parte que corresponde a cada uno pagar (siempre igualitaria) sobre los posibles déficits (roturas, pérdidas, errores, impagos, etc.). Lo característico es que toda la organización y administración se lleva con gran seriedad y práctica (como de «oficio») pero sin admitir la profesionalización como principio ordenador. La conciencia de que en esta práctica está la clave de la comunidad, y por tanto del espíritu de sociedad, ha ritualizado esta forma de afrontar los costes con fórmulas que se ejercitan en el propio seno de la cuadrilla