La sátira y la crítica hacia las autoridades no podían faltar en las letras utilizadas por las estudiantinas y rondallas; al fin y al cabo comparsas. Éstas preparaban las canciones, el vestuario y los instrumentos musicales. Escribían los versos en unas papeletas de tal forma que se vendían para, así, sufragar los gastos del día.
La organización y creación de estos pequeños grupos espontáneos sucedía en muy determinadas poblaciones. Debían pasar una estricta censura por parte del Gobierno Civil, ya que sus letras atacaban frontalmente al poder público. Es de suponer que, en ciertas o muchas ocasiones, no entregaban la versión original que posteriormente iban a interpretar.
"Zapateros ambulantes
y amigos de trabajar,
aquí venimos pidiendo
el aumento del jornal.
Estribillo
Niñas bonitas, bellos luceros,
tener amores con los zapateros,
pues trabajando en obras finas,
buenas botinas habéis de calzar.
Con el martillo en la mano
por más que el brazo nos duela,
de nuestro ritmo al compás
vamos machacando la suela.
Estribillo
Los humildes zapateros
se despiden muy formales,
y les desean a todos
pasen bien los carnavales.!
Estribillo
(Cancion de la comparsa "Zapateros Ambulantes", de 1899)
Por desgracia, la destrucción de archivos y hemerotecas, durante la Guerra Civil de 1936 y años posteriores, nos ha recortado el escaso material existente para poder realizar estudios serios de aproximación a este mundo tan concreto como singular.
A título informativo, diremos que algunas de las comparsas que nos han dejado su impronta y sus nombres, entre 1880 y 1930, adheridos al mismo tiempo a la canción, o una de las canciones que interpretaban en Bilbo, han sido: "Los Cesantes", "Los Siete Niños de Écija", "El Sagusar", "Los Badulaques", o "Los Pierrots", entre otras muchas.
Importancia ésta, la que concierne al Carnaval de la capital vizcaína, en nada considerada por los estudios históricos realizados sobre la villa. No obstante, a pesar de la falta de información existente, no debemos olvidar los trabajos que en su día realizaron Julián Alegría y Julián de Echevarría, "Camarón", respecto de las comparsas, sus coloristas indumentarias y, sobre todo, de las curiosas letras y estereotipadas melodías de finales del siglo XIX y principios del XX.