Toponimoak

TUDELA (HISTORIA)

Tudela a lo largo del siglo XIX. El verdadero desarrollo urbano extramural de la ciudad data del siglo XIX; se inicia en la otra orilla del Queiles y se amplia hacia el siglo en nuestros días. La revolución agrícola del siglo XIX dotó a la ciudad de una estación de ferrocarril y de industria local agroalimentaria. Al comenzar el siglo XIX la mayor parte de los vecinos se ocupa en la agricultura. El terreno es muy fértil, y recibe riego del Ebro, Queiles y del río de las Minas, llamado así por la que se abrió para conducir hasta él las aguas del río Alhama. Se obtienen al año 27.940 robos de trigo, 11.940 de cebada, habas, alubias, 67.100 cántaros de vino de renombre, gran cantidad de aceite, cáñamo, frutas y hortalizas. Posee gran cantidad de ganado lanar en los Montes del Cierzo y las Bardenas Reales, donde se crían anualmente 7.000 corderos. En Murillo de las Limas hay una famosa ganadería de reses bravas, propiedad de D. Xavier de Guenduláin, vecino de la ciudad. La industria tiene importancia: el gremio de pelaires, en aumento, elabora bayetas y paños de buena calidad. Para su servicio hay un batán y tintorería. Seis fábricas de jabón utilizan aceite de la cosecha local y hierbas salobres de la parte de Murillo de las Limas. Hay también tejerías, fábricas de cerámica, 24 trujales, dos molinos harineros, uno de ellos, demuelas, construido a orillas del Ebro en 1602. Subsiste la fábrica de vidrio, pero han desaparecido muchas herrerías que utilizaban las aguas del Queiles para templar el acero. Trabajan también tres tenerías para el servicio de pergamineros y guanteros. Cien años más tarde, sin haber disminuido en importancia la agricultura, la ciudad va haciéndose más industrial y comerciante: hay una importante azucarera, y varias fábricas de harinas, embutidos, regaliz, alcoholes, conservas vegetales, aguardientes, alpargatas, textiles, productos químicos, tejerías, lejías y jabones, cal, serrerías y diversos talleres. Trabajan varias sucursales bancarias y la estación del Norte, que enlaza con el ferrocarril a Tarazona, tiene mucho movimiento, aunque se perdió la oportunidad de haber obtenido el empalme de la línea de Miranda con la de Pamplona, que se realizó en Castejón por razones extraeconómicas.