Musikakoak

Niño, niña (canción infantil)

Segundo Elemento: Melodía Música. Si en el elemento movimiento es muy exigente la Canción Infantil, quizás lo es más en la Música. Pero, de la Música, quizá más en el elemento «Ritmo» que en el elemento «Melodía». Al niño le encanta sobre todo el Ritmo. Lo que acabamos de decir de la Danza, confirma esta nuestra observación. Al niño le encanta el movimiento medido: el Ritmo, la marcha... Por lo demás, del elemento Melodía, hay una verdadera riqueza de preciosos ejemplares entre los Cantos de la infancia. Tanto en lo vasco, como en lo castellano. «Mambrú se fue a la guerra» es un ejemplar del género, bastante clásico en la materia. Lo mismo que el antes citado «¿Papá, si me dejas ir?»; e igual, el ejemplar donostiarra de «En la Calle Garibai-bai-bai»... Melodías de gran sabor, muchas veces sabor antiguo, como de romance, como la del caso que acabamos de citar, de «¿Papá: si me dejas ir?» melodía bimembre, de dos partes que se repiten continuamente. Como riqueza melódica, son muy notables los ejemplares vascos recogidos por el P. Donosti en el Baztán de Navarra, tales como el que hemos citado arriba, de «Doran-donian-don» o el «Ni ez naiz zomorroa» o el «Baxakaran beltxa». Estas tres melodías, tan sugestivas, nos sirvieron a nosotros antes de la guerra, para hacer tres ejemplares de Juegos Infantiles con su correspondiente acción: de imitación del oficio de modista en el caso de «Ni ez naiz zomorroa» hice un «Al-alimón» de diálogo entre madre e hija, cuando ésta se marcha a la Misión de China; lo mismo que, por contrapartida, con «Baxakaran beltxa» bajo la letra de «Agur, Xabiertxo» monté otra despedida de un hijo único, que marcha soldado, dejando a sus padres solos en el caserío... De melodías -y hablando de antes de la guerra recordamos nosotros, que trabajamos por entonces aún sobre músicas y melodías no vascas, de finalidades pedagógicas, entonces de moda, tales como las de un Dalcroce, de uno de cuyos Cantares, el exquisito artista que era el Sacerdote D. José de Markiegui, natural de Deva y Coadjutor de Mondragón y fusilado en Oyartzun, hizo un número que por entonces se hizo célebre, el número «An urrin, etxe poxpola, ola-ola, tximinitik gora kea dariola, ola-ola...» pieza que los niños más pequeños mimetizaban por entonces, haciendo graciosos gestos en aquellos «ola, ola» que dice el texto de la Canción. Con el nombre de «Jesús! au poxa nerea!» también yo hube de hacer un número sobre melodía del propio Dalcroce, número que venía a ser una apología gráfica de la gona gorri de las mujeres, que igual sirve para lucir en una Romería, como para enjugar las lágrimas en una pena, o para ampararse contra la lluvia, cubriéndose la cabeza con la falda trasera de la roja prenda... Pero, volvemos a insistir, donde la exigencia musical se extrema mucho es en la cuestión del Ritmo. La Canción Infantil es eminentemente rítmica, ritmo que es un elemento esencial a la Danza, que es la parte de la Canción que acabamos de estudiar.