Sailkatu gabe

GIPUZKOA (DEPORTE)

Deportes marciales.

En la primera década del presente siglo ya se practica el boxeo en Bilbao y San Sebastián, aunque sin salir del recinto de los gimnasios. En San Sebastián la primera pelea tiene lugar en el Cine Bellas Artes, tras la proyección de una película con victoria del canadiense Anderson sobre el vizcaíno Mendizábal. Al principio de los "felices veinte" surge la gran figura del boxeo vasco, el regiltarra Paulino Uzcudun, un peso pesado prodigioso, formidable encajador, que será campeón de Europa y se medirá con los grandes del ring, desde Schmelling a Joe Louis. El primer combate lo celebra cumplidos ya los veinticuatro años frente al gigante ucraniano Touroff que ha prometido acabar con el vasco en los primeros asaltos. El que cae es el gigante en el primero, en el segundo y en el tercer asalto, para no levantarse. Sigue una carrera fulminante que declina cuando en 1935 le enfrentan al fabuloso Joe Louis, quince años más joven que Paulino. Se presume que una vez más el moreno vencerá por KO pues viene tumbando sucesivamente a Carnera, Levinski, Max Baer. Uzcudun hace una brava pelea, deteniendo el árbitro el combate tras una caída de Uzcudun por la cuenta de siete, aunque el guipuzcoano se pone en pie y trata de continuar la pelea. Entre Touroff y Joe Louis vivió Paulino Uzcudun la azarosa vida del boxeo con sus inevitables personajes turbios y sus bien tejidas intrigas. La fabulosa trayectoria de Paulino y su enorme popularidad sirven de estimulo para que encuentre seguidores en el Pais Vasco y especialmene en Guipúzcoa. Es el caso de Isidoro Gaztañaga, un morrosko de Ibarra que apunta excelentes cualidades para triunfar entre los máximos pesos. Emprende con éxito la aventura americana alcanzando gran popularidad en la Cuba del general Batista. Luego de una accidentada carrera pugilística y una vida un tanto disipada, acabará trágicamente, siendo muerto a tiros en una reyerta callejera en la ciudad chilena de Quiaca. Otras dos grandes figuras de esta época son el irundarra Juanito Olaguibel y Mateo de la Osa, que alcanzan un aceptable nivel. Ignacio Ara, aragonés de nacimiento y donostiarra de adopción, hijo de vasca, será quien más años perdurará sobre el cuadrilátero, alcanzando en su veteranía buenos triunfos sobre los jóvenes valores del pugilismo español. Será campeón de Europa y en múltiples ocasiones conseguirá hacerse con el campeonato de España de los semipesados y pesados e incluso disputará a Marcel Thill, el formidable púgil francés, el campeonato del mundo. "Fillo" Echeverría fue un gran estilista triunfador al otro lado del Atlántico donde se asentaría al terminar su vida profesional, luego de haberse enfrentado con éxito a los mejores boxeadores del mundo. Tras la conflagración de 1936 empieza una etapa si no tan brillante como la de la preguerra al menos con evidente "gancho" de cara al aficionado guipuzcoano. Perico Llorente es uno de los ídolos locales, al que seguirían los Mendicute y Ramón Martínez, ambos campeones de España... La figura más importante no obstante es el renteriano Paco Bueno, campeón de España de los pesos fuertes, que disputa el título europeo sin alcanzarlo. Es la última gran figura del boxeo guipuzcoano. Después, tras los éxitos de Ramón Martínez, llegan Aguerci y "Kid Zanahoria", pintoresco nombre de guerra del guipuzcoano Santaeulalia, que conquistará el campeonato de España de los pesados, aunque lo perdería poco tiempo después. Luego de bastantes años de languidez surge el "fenómeno" Urtain, polémico, discutido, con un historial de 80 victorias controvertidas, campeón de España y de Europa, que alcanzará las más altas cotas de la popularidad a nivel nacional. Apagada la estrella de Urtain se oscurece el cielo del boxeo guipuzcoano en la que lucen fugazmente otros nombres como los de Gorostidi di y Gorriti. Así se acaba de momento, al comienzo de los años ochenta, la historia del boxeo guipuzcoano, que por diversas circunstancias será muy difícil vuelva a conquistar las altas cotas del pasado.

El tiro ha sido un deporte muy practicado en Guipúzcoa, debido fundamentalmente a su acreditada industria armera, radicada fundamentalmente en Eibar. Inicialmente se practica el "tiro al blanco" y proliferan los concursos, que se convierten en número obligado de festejos en pueblos y barrios. En 1920 se funda en San Sebastián la Sociedad de Tiro ubicada en terrenos de Bidebieta, el mismo lugar que ocupa en los años ochenta. Otro polígono con solera es el del Banco de Pruebas de Eibar. Si repasamos los resultados de los campeonatos de España en sus diversas especialidades veremos que el hombre más importante es el de José Manuel Andoain, farero en la Isla de Santa Clara, vencedor en numerosas competiciones e incluso olímpico en Roma.

Una especialidad de gran arraigo en Guipúzcoa es la de tiro de pichón, con magníficas instalaciones como la de Gudamendi, en la que se han celebrado varios campeonatos del mundo. Uno de los mejores tiradores ha sido Víctor Sarasqueta con un magnífico historial, campeón de España, tercero y sexto en el Campeonato del Mundo y vencedor en múltiples ocasiones del Gran Premio de la Costa del Sol y de los torneos de Madrid, Barcelona, Valencia, etc. Formó en diversas ocasiones en el equipo nacional al igual que Antonio Vega, campeón de España de Skeet y olímpico. Pero la gran figura es sin duda el oriotarra Esteban Azcue, campeón de España y del mundo, olímpico y vencedor en las importantes competiciones mundiales de la especialidad.

Las artes marciales se inician con la práctica del judo al principio de los años cuarenta, siendo Martínez Gomendio su principal impulsor. Las primeras lecciones fueron impartidas por Enrique Cuchi y Juan García Pozo y el primer campeón de Guipúzcoa fue Pedro Gómez Eizaguirre, que alcanzaría también el título de España, conquistando el subcampeonato de Europa. Otras dos figuras del judo guipuzcoano son Fernando Murillo y José Antonio Arruza, ambos campeones de España en diversas ocasiones. Es el mismo caso de la irundarra Juncal de la Fuente.

Poco a poco se van introduciendo otras artes marciales tales como el karate, Aikido y Kendo, siendo el donostiarra Enrique Arévalo el primer maestro de España con título conseguido en Japón.