Sailkatu gabe

GIPUZKOA (DEPORTE)

Deportes de pelota o balón.

Está bien claro que el fútbol es el deporte rey, no sólo en este apartado sino a nivel general. En esta especialidad, como en tantas otras, el pueblo vasco es uno de los primeros en practicarlo. Y si Huelva es el primer punto de la península en el que se practica, gracias a los técnicos ingleses que trabajan en sus minas, Bilbao sigue sus pasos poco después. En San Sebastián, cuando muere el siglo XIX, un grupo de jóvenes se inician en Ondarreta en los rudimentos del "sport" que hace furor en Inglaterra. En la primera década del nuevo siglo nacen el Recreation el San Sebastián, el Club Ciclista, todo ellos de la capital, y el Racing y el Sporting de Irún, que serán duros adversarios de los donostiarras. El Club Ciclista se proclama en 1909 campeón de España y poco más tarde surge la Sociedad de Fútbol que meses después recibirá el titulo de Real. Se funden los Racing y Sporting surgiendo el Real Unión de Irún, lo que supone el nacimiento de una rivalidad entre San Sebastián e Irún, que rebasará en muchas ocasiones los limites estrictamente deportivos. Esta competencia se prolongará a lo largo de muchos años, alcanzando su máxima intensidad entre los años 1925 y 1935. En esta etapa los iruneses conquistan en tres ocasiones el campeonato de Copa, alzándose también en múltiples ocasiones con el titulo regional. La llegada del profesionalismo al fútbol español incidirá de modo decisivo en la trayectoria del club irunés y en cierta medida en la del donostiarra, si bien éste logrará recuperar el nivel de los primeros años del Campeonato de Liga, iniciado en la temporada 1928-29. Luego de muchos años de incierto caminar, la Real Sociedad reingresa en la División de Honor al finalizar la temporada 1966-67, iniciando la más brillante etapa de su historial que culminará tras conseguir el sub-campeonato en Liga 79-80, alcanzando el máximo titulo en las temporadas 80-81 y 81-82 y llegando a la semifinal del campeonato de Europa en 1983. Es obligado destacar dos aspectos singulares del fútbol guipuzcoano. Por una parte la fecundidad de su cantera lo que ha permitido alimentar a su primer club, la Real Sociedad, inflexible en su ejemplar principio de nutrirse de guipuzcoanos, entendiendo como tales a los nacidos en la provincia o los deportivamente formados en la misma. Y otra peculiaridad es la extraordinaria cantidad y calidad de sus guardametas. Dos ejemplos bien ilustrativos los constituyen el hecho de que los dos jugadores con máxima presencia en la selección sean dos porteros guipuzcoanos, Iríbar y Arconada, y que en las temporadas 82-83 y 83-84, diez porteros guipuzcoanos defiendan los portales de equipos de Primera División. Sólo la Real Sociedad y el Real Unión han participado en el Campeonato de Liga de Primera División. Otros equipos guipuzcoanos destacados, aunque a nivel más modesto, son la Sociedad Deportiva Eibar, fundada en 1940, y el Tolosa, que en los años heroicos llegó a competir con la Real Sociedad y el Real Unión. También merece una especial mención el popular "Sanse" (San Sebastián C. de F.), filial realista, de cuyas filas ha surgido la práctica totalidad de los jugadores del primer equipo guipuzcoano, la Real Sociedad.

El baloncesto empieza a practicarse en la postguerra, siendo sus primeras practicantes las jóvenes de la Sección Femenina que consiguen apuntarse grandes éxitos a nivel nacional. Poco a poco, en la década de los cuarenta se va extendiendo su práctica, si bien sin alcanzar la popularidad de otras prácticas deportivas. Durante las décadas siguientes son también las mujeres quienes alcanzan las más altas metas gracias al Medina. La Real Sociedad y el Atlético San Sebastián se convierten en los más firmes puntales del baloncesto guipuzcoano y en la década de los setenta son Askatuak en categoría masculina y Juven en femenina los más calificados representantes en el deporte de la canasta. Es obligado hacer referencia en este apartado a José Antonio Gasca, prematuramente desaparecido, uno de los técnicos más calificados del baloncesto nacional e impulsor del guipuzcoano, dirigiendo al Atlético San Sebastián primero y al Askatuak más tarde.

También el balonmano arranca en la postguerra, en los años cuarenta. Se juega inicialmente en la especialidad de a once sobre terrenos de hierba o tierra, de idéntica medida a los del fútbol e incluso con las mismas porterías. Los equipos guipuzcoanos figuran entre los mejores, destacando Amaikak Bat y Esperanza, que consiguen títulos nacionales. Atraviesa una crisis esta especialidad hasta la llegada de la modalidad de sala, más rápida y espectacular, con la presencia de equipos como el Carmelo, Salleko, Eguía, Arrate... En categoría femenina hay que señalar al Medina y ya en los años setenta y ochenta hay que destacar entre las féminas al Aiete que llega a participar en competiciones europeas. Por su parte el Bidasoa compite en la División de Honor mientras Arrate y Oarso lo hacen en Primera. Otros equipos destacados en la historia del balonmano guipuzcoano son el Donibane, Allerru y Oarso, que junto al Arrate y al Salleko participan en el Campeonato de Primera en la temporada 1981-82, dentro de la categoría masculina, mientras que Salleko y Aiete lo hacen en la misma División femenina. A destacar que en balonmano a once la Selección Guipuzcoana se proclamó varias veces campeona de España en las categorías masculina y femenina y que el Jaizkibel de San Sebastián y el Medina consiguieron sendos campeonatos nacionales. En categoría juvenil Mundaiz y Loyola se proclamaron también campeones de España.

En hockey hierba también se han apuntado grandes éxitos los guipuzcoanos, que ya lo practican en 1916, siendo la Real Sociedad el equipo más representativo de esta primera etapa. En 1919, los realistas se proclaman campeones de España, compitiendo en la fase final con el Athletic de Madrid y el Polo. Luego de un evidente descenso de juego, en 1928 vuelve la Real á conquistar la Copa Vasca, llegando a la semifinal del Campeonato de España. Nuevamente en 1930 los blanquiazules se proclaman campeones de España, venciendo al Tarrasa en la final por 1-0. Desaparece el equipo en 1935 para resurgir en 1939, volviendo a llegar a la semifinal del Torneo copero. Otro equipo de singular relieve es el Atlético San Sebastián que compite con brillantez en diversas especialidades deportivas y que a lo largo de muchas temporadas viene siendo el único representante del hockey guipuzcoano en la División de Honor. Otros equipos destacados en esta especialidad son el R. C. de Tenis y el Amaikak Bat, que mantienen reñida competencia en los años cuarenta y cincuenta. El Gaviria de San Sebastián consigue grandes éxitos en los años 57, 58 y 59 proclamándose campeón de España en Hockey Sala, subcampeón en la misma especialidad y Campeones de la Liga de Honor. En 1964 se crea el Lagunak cuya mejor clasificación es un segundo puesto en la Liga Centro-Norte en 1974. Si el historial de los equipos masculinos puede ser considerado como brillante no le van a la zaga los femeninos. En la postguerra, años cuarenta, son las chicas de la Sección Femenina las que consiguen notables éxitos a nivel nacional. Tras un período en el que prácticamente se abandona la especialidad, en 1970 la Real Sociedad crea su equipo femenino que competirá a partir de ese momento en las especialidades de hierba y sala, consiguiendo varios campeonatos y subcampeonatos nacionales, aportando un crecido número de jugadoras a la selección nacional. Un caso singular es el equipo juvenil de la Real, también en categoría femenina, que tanto en sala como en hierba ha copado todos los títulos a nivel nacional durante varias temporadas consecutivas.

No ha sido muy brillante el historial de Guipúzcoa en la especialidad del hockey sobre ruedas. Su práctica se reduce prácticamente a la capital, jugándose preferentemente en los desaparecidos Frontón Gros y Gran Kursaal, siendo sus máximos representantes Real Sociedad y Esperanza, junto al Amaikak Bat. A partir de 1970, con la aparición del hockey sobre hielo, desaparece prácticamente esta especialidad cuya práctica queda reducida a nivel escolar.

Pese a sus características, tan apropiadas para el deportista vasco, ha tardado muchos años el rugby en afincarse en Guipúzcoa, contrastando con el arraigo que este viril deporte ha alcanzado al otro lado del Bidasoa. El equipo más representativo del rugby guipuzcoano es el Atlético de San Sebastián que al igual que el Hernani compite en la máxima categoría del rugby nacional. De sus filas han salido varios internacionales.

Si el tenis guipuzcoano no cuenta en la actualidad -años ochenta- con figuras de primera fila a nivel nacional, si las tuvo en los años heroicos de este deporte. En el brillante San Sebastián de la "belle epoque" los encuentros de tenis constituían un número importante en el programa veraniego y por las pistas de Ondarreta desfilaron las mejores raquetas del mundo. Pero limitada la práctica de este deporte a lo que dio en llamarse la "buena sociedad" no llegó a popularizarse, siendo contadas las pistas para su práctica en el resto de la provincia. Al hablar de figuras en tiempo pasado nos referimos a los hermanos José y Manuel Alonso Areizaga, que en diversas ocasiones representan a España en la Copa Davis, consiguiendo el segundo de ellos los campeonatos nacionales de los años 1915, 1919 y 1920.

Idénticas características concurren en el golf donde el número de practicantes, por razones obvias, queda reducido a un sector muy pequeño. Como ha sido característico en este deporte muchas de las figuras surgen entre los "caddies" y tal es el caso de dos grandes campeones guipuzcoanos, uno de los años veinte y otro de los ochenta. Hay que hacer constar en primer lugar que ya en 1908 se juega al golf en Ategorrieta y que en 1914 se construye el magnífico campo de golf de Lasarte que con el de Zarauz serán los que centran la actividad de este deporte hasta que desaparece Lasarte para crearse el Club de Golf de Fuenterrabía, en un emplazamiento incomparable, al pie del Jaizkibel. Refiriéndonos a los dos grandes campeones, el primero de ellos es Nicasio Sagardía, fallecido en 1982 y que fue Campeón de España de Profesionales a lo largo de varias temporadas. Y ya en los años setenta surge un joven campeón, José María Olazabal, campeón de España, que alcanzó el Campeonato del Mundo en categoría Junior. Junto a ellos hay que destacar como amateur a Luis Alvaro Rezola, campeón de España y vencedor en el Campeonato de Francia, venciendo en cinco ocasiones en la Copa Puerta de Hierro, una de las pruebas más importantes del calendario nacional.