Lexikoa

CISMA

El Concilio de Pisa. Carlos III efectuaría en estos años varios viajes a Francia, a fin de aclarar la situación de la Iglesia. En marzo de 1398 se entrevistaría en Reims con Wenceslao de Bohemia, rey de Romanos. En otro de sus viajes, en 1408, visitaría a Benedicto XIII en Perpiñán. Por ello no es de extrañar que el rey de Navarra, el obispo de Pamplona y los demás prelados del reino fuesen invitados al Concilio de Pisa. Sin embargo, no acudieron a la asamblea. «Entre tanto, Carlos III, bajo la influencia del ambiente que le rodeaba en Francia, prometió entrar en la vía de la neutralidad, enviar una embajada a Pisa y reconocer al candidato que eligiesen los cardenales. Pero cuando llegó el momento de retirar la obediencia a Benedicto XIII, tuvo buen cuidado de indicar que obraba no como rey de Navarra, sino como duque de Nemours y vasallo del rey de Francia (23 marzo 1409). En su testamento se excusa de haber dado este paso, confesando que actuó de buena fe como simple seglar (23 septiembre 1412) [Goñi Gaztambide: Los obispos de Pamplona del siglo XV y los navarros en los concilios de Constanza y Basilea, en «Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón», vol. VII, pp. 381-382]. Como rey de Navarra siguió fiel a Benedicto XIII, fracasando todo intento del nuevo papa Juan XXIII para atraer a Navarra a su jurisdicción eclesial.