Lexikoa

CISMA

La figura del cardenal Zalba. A petición de Carlos III, el 23 de julio de 1390 el papa Clemente VII elevó al cardenalato al obispo de Pamplona, Martín de Zalba, que se mantendría siempre fiel al papado de Aviñón. Tras la elección de Benedicto XIII reafirmará su postura, sobre todo cuando a aquél le faltó el apoyo de la corte francesa. En efecto, los duques de Berry, Borgoña y Orleáns invitaron a Benedicto XIII a que renunciase a la tiara. Este se negó y propuso entenderse directamente con su competidor. Ante esta actitud los cardenales le abandonaron, a excepción del cardenal Zalba, que expuso dos soluciones: el empleo de la fuerza contra el papa de Roma y una entrevista personal entre los jefes de ambas obediencias. Entre tanto, la corte francesa decidida en sus propósitos trataba de ganar adeptos a su causa; para ello, en el mes de mayo de 1396 llegaron a Navarra, concretamente a Estella, los embajadores franceses, entre los que destacaba Simón de Cramaud, patriarca de Alejandría (cfr. Jesús María Arraiza: Simón de Cramaud, Revista "Príncipe de Viana", n.° LXIX, Pamplona, 1957, pp. 497-517). Las conversaciones de Estella no condujeron a ningún resultado positivo, a pesar de la esplendidez y el boato con que se trató a tal embajada. Un memorial de fines de mayo de 1398 pide a Carlos III que trabaje con el cardenal de Pamplona para que acepte la vía de cesión. Si éste se mantiene obstinado en su idea, que se le prive de las temporalidades de la iglesia de Pamplona. El cardenal se mostraría firme en sus ideas. Mientras esto ocurría, el rey de Francia, Carlos VI, reúne al clero francés a fin de poner fin al Cisma. Benedicto XIII envía a París a dos de sus legados, uno de ellos el Cardenal Zalba, que no fue admitido en la asamblea, acusado de parcialidad. La postura de la corona francesa se radicaliza cada vez más. El cardenal de Pamplona es expulsado de Aviñón y su casa saqueada. Sin embargo, colaboraría en la espectacular huida de Aviñón del papa Luna. En una barca preparada por el cardenal conseguiría llegar a Chateaurenard, donde le esperaba su fiel amigo. Este sería el último episodio en el que intervino, ya que muere en Salon el 27 de octubre de 1403, recibiendo sepultura en el monasterio cartujano de Bonpas.