Concepto

Mutil-dantzak de Baztan

Como ocurre con la mayor parte de las danzas tradicionales, no contamos con noticias sobre su origen o su desarrollo histórico. Azkue recoge varias mutil-dantzak en su Cancionero Popular Vasco (publicado a partir de 1915), recogidas de informadores diversos, entre los que se encuentra Antonio Elizalde (Billantziko, Txorienak, Xoxoaina), txistulari de Amaiur en esos momentos y que terminará siendo referencial.

A partir de 1911, el padre Donostia comienza su investigación del folklore baztandarra y entre 1918 y 1925 coincide en Lekaroz con el Padre Olazaran. Parece que son esos los años en los que José Telletxea (txistulari de Erratzu) y Antonio Elizalde (txistulari de Amaiur) recogen las diferentes mutil-dantzak (y otras manifestaciones músico-coreográficas del folklore baztandarra) e inician un proceso de recuperación y revitalización. Es lo que nos dice Mariano Izeta:

"Bi txistulari hauen denboran nabari da baztandar dantzen pizkundea batez ere mutil-dantzetan. Gure haur denboran eta gero ere Antonio-ri Amaiur-ko txistularia deitzen zioten. Gero Arizkun-go egin zen. Antoniok eta Joxek berpiztu zuten mutil-dantza. Antoniok bildu zituen han-hemenka Baztan guzia arakatuz, galduak eta erdi atzenduak aurkitzen ziren mutil-dantzak, dantzaris zaharretaik eta txistulari zaharretaik ere ikasiak. Badakigu Jose Telletxeak, "Xamar"enganik ikasi zituela zenbait mutil-dantza eta holaxe bien artean bildu zituzten Baztan-go dantza guztiak, han-hemenka barreiaturak zaudenak (Izeta, 1991; 26)

Es evidente que a comienzos del siglo XX las mutil-dantzas se encuentran inmersas en un proceso de decadencia que la presencia de los músicos capuchinos, en colaboración con los txistularis baztandarras consigue revertir.

Además, y coincidiendo con esa presencia, las mutil-dantzak de Baztan fueron mostradas en los actos festivos realizados con motivo de la fundación de Euskaltzaindia, en 1918 en Oñati. Para ello se unificó el estilo de baile de la mutil-dantza, que a partir de entonces pierde su diversidad interna. Este proceso de unificación se consolida con la presencia de los mutildantzaris baztandarras en la Exposición internacional de Barcelona de 1929, pero sobre todo por la focalización de la transmisión, tanto musical como coreográfica en la familia Elizalde (Antonio y Maurizio, hijo del anterior).

Como se ha comentado, las primeras partituras de las mutil-dantzak las debemos a Hilario Olazaran y al Padre Donostia, que publicará algunas de ellas en el Euskal Eres Sorta (1921). Sin embargo, las primeras descripciones de los pasos de las mutil-dantzak (con un cierto nivel de sistematización) unidas a sus partituras se los debemos a Bernardo de Zaldua, quien las recoge entre 1932 y 1933 de Joxe Telletxea. Estos manuscritos permanecerán inéditos hasta su publicación por la RSVAP (Ver Bibliografía). En 1943 será el Ayuntamiento de Baztan quien encargue a Maurizio Elizalde la confección de un cuaderno con las músicas de las principales piezas del folklore baztanés, entre las que se encuentran las mutil-dantzak, así como la irri-dantzak o danzas juego y otras danzas más.

J.M. Guilcher (con la ayuda de Maurizio Elizalde) publicará a partir de 1975 en una serie de artículos las descripciones las mutil-danzas, apoyándose para ello en su conocimiento de los jauziak y de su sistemática coreográfica y musical. De hecho, la aplicará a los pasos baztaneses, ahondando en lo anteriormente realizado por Zaldua. Posteriores publicaciones redundarán en lo realizado por estos autores.

Pero la tradición de danza se encuentra depositada, al menos desde los años 50 y hasta su muerte, en la figura de Maurizio Elizalde, que enseñará las mutil-dantzak y grabará la melodía de las mismas. Maurizio fue guía y depositario de una tradición. Ello tuvo sus efectos en algunos aspectos, como es el de la participación de las mujeres en la mutil-dantza.

La participación de la mujer en la mutildantza ha sido vivida tradicionalmente como problemática en Baztan. La lectura estricta que Maurizio Elizalde realizó históricamente de esta tradición de danza, impidió que las mujeres accedieran a la plaza a bailar la mutil-dantza. Cuando una mujer se sumaba al corro de dantzaris, Maurizio cesaba la música hasta que la o las mujeres lo abandonaban. Quizá la postura de Maurizio no habría sido la única causa de la expulsión de las mujeres, pero hemos de tener en cuenta que Maurizio era la autoridad en de las mutil-dantzak. La negativa a la participación de mujeres está llevando, en este segundo decenio del siglo XXI, a la suspensión de los bailes.

Esta visión "ortodoxa" de la tradición ha sido superada históricamente con la aceptación de grupos sociales que no se corresponden con la denominación de "mutil-dantza" (danza de jóvenes solteros), admitiendo la participación de cualquier elemento masculino e incluso cediendo el primer puesto al de más edad.