Capitulación. Relata Yanguas: En 10 de agosto de 1512 la villa de Lumbier recibió un trompeta del duque de Alba, intimándola que se sometiese a su obediencia pues de lo contrario le haría guerra a fuego y sangre. Reunido el concejo envió cuatro diputados, con sus poderes, al duque; ellos le manifestaron que viéndose el pueblo en la extrema necesidad y con poco remedio para su defensa y conservación, había determinado uniformemente prestar la obediencia siendo forzados y constreñidos de necesidad sin remedio; pero que suplicaban al duque se hiciese alguna concordia o capitulación, en lo cual convino. A su virtud se capituló el día 16 la entrega bajo las condiciones siguientes. Que los pleitos de los vecinos de Lumbier y de los pueblos de su jurisdicción no saliesen del reino. Que se les guardase todos sus privilegios, usos y costumbres, mercados, ferias y mercedes que tenían de los reyes anteriores. Que se conservasen sus bienes y haciendas a todos los vecinos y a los que vivían fuera de Lumbier; pero a esto añadió el duque que se entendiese estando los vecinos en servicio del rey y no de otra manera. Que la artillería propia de la villa se la dejase para su defensa por estar en frontera.