Concepto

Lengua Oficial

El euskera no es oficial en el País Vasco francés. En Iparralde únicamente es oficial el francés (a partir de la entrada en vigor de la "Loi constitutionnelle nº 92-554", de 25 de junio de 1992, que inserta en el art. 2 de la Constitución de 4 de octubre de 1958 el siguiente precepto: "La langue de la République est le français"); si bien, cabe añadir que por primera vez en el texto constitucional, la "Loi constitutionnelle n° 2008-724", de 23 de julio de 2008, ha introducido un nuevo art. 75.1, con la siguiente redacción: "Les langues régionales appartiennent au patrimoine de la France".

¿De que derechos lingüisticos goza un euskaldun en Iparralde? En primer lugar, en materia de enseñanza, la Ley nº 75620 de 11 de julio de 1975, que regula la educación (Loi Habi) en su art. 12 determina que: "Un enseignement des langues et des cultures régionales peut être dispensé tout au long de la scolarité". Con fundamento en este precepto, bajo el principio de la voluntariedad, en el marco de la enseñanza pública se puede enseñar el y en euskera, y en tal sentido la Circular 95-086 de 7 de abril de 1995, con el objeto de preservar el patrimonio de las lenguas de Francia, establece que:

"Chaque enseignant, lorsque les activités de la classe s'y prêteront, fera découvrir à ses élèves les richesses du patrimoine culturel et linguistique, il les amènera à appréhender le fait régional non comme une opposition entre des particularismes locaux, mais comme une composante de la culture nationale".

De este modo, se permite la enseñanza de tres horas semanales de euskera (11% del alumnado en Iparralde) y también la enseñanza bilingüe cuando la demanda de los padres así lo solicite (11%). Al margen de la enseñanza pública se sitúa la enseñanza en euskera llevada a cabo por Seaska (5%), en escuelas oficialmente privadas, aunque asociadas al Estado francés mediante convenios, que pretenden reconocer su especificidad.

En el ámbito de la Administración Pública el euskera no tiene ningún reconocimiento oficial, aunque en los órganos municipales puede utilizarse el euskera y los funcionarios pueden utilizarlo en sus relaciones con los vecinos, no por supuesto como derecho, sino como simple uso o costumbre. En igual sentido puede verse la proliferación de carteles, indicaciones o denominaciones de localidades en euskera, pero no como expresión jurídica de un derecho, sino como la fuerza del mantenimiento todavía vivo de una lengua como hecho natural. Al efecto cabe recordar que la Ley de 4 de agosto de 1994 (Loi Toubon) que regula el empleo del francés en todos los ámbitos institucionales y en la publicidad, determina en su art. 21 que: "Les dispositions de la présente loi s'appliquent sans préjudice de la législation et de la réglementation relatives aux langues régionales de France et ne s'opposent pas à leur usage".

En el ámbito de la Administración de Justicia ningún texto reciente determina de modo específico al francés como lengua oficial, y por ello todavía se hace referencia como vigente a la Ordenanza de Villers-Cotterêt de 1539 que determina en su art. 110: "Nous voulons d?ores en avant que tous arrets ... et autres quelconques actes de justice ... soient prononcez, enregistrez et délivrez aux parties en langage maternel françois et non autrement".

En los medios de comunicación la Ley de 29 de julio de 1982, que ordenaba el panorama audiovisual, tuvo dos efectos relevantes para las lenguas regionales. En primer lugar, porque asignaba a los servicios públicos de radio y televisión la misión de salvaguardar la expresión en las lenguas y culturas regionales (art. 5), con lo que el efecto práctico fue su incorporación a las emisiones durante algunas horas semanales. En segundo lugar, porque rompe con el monopolio estatal en el ámbito de la radiodifusión privada, lo que permitió en Iparralde la creación de emisoras en euskera como Gure Irratia, Irulegiko Irratia o Zuberoko Boza.

Por lo demás, como se sabe, el esfuerzo jurídico mayor de apoyo al euskera en Francia, así como al resto de lenguas regionales, se produjo con la firma de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa, que tuvo lugar el 7 de mayo de 1999, y por la que Francia se comprometía a suscribir 39 de las 98 propuestas de la Parte III de la Carta. Sin embargo, de forma inmediata el "Conseil Constitutionnel" o Tribunal Constitucional en su Decisión nº 99-412 de 15 de junio de 1999 consideraba que la Carta vulneraba el principio constitucional de indivisibilidad de la República, de igualdad ante la ley y de unidad del pueblo francés, al igual que infringía el precepto constitucional de que la única lengua de las instituciones públicas fuese el francés, por lo que su proceso de ratificación se encuentra totalmente paralizado.

En concreto señalaba de forma contundente el "Conseil Constitutionnel" inconstitucional la Carta considerando que:

""confère des droits spécifiques à des "groupes" de locuteurs de langues régionales ou minoritaires, à l'intérieur de "territoires" dans lesquels ces langues sont pratiquées, porte atteinte aux principes constitutionnels d'indivisibilité de la République, d'égalité devant la loi et d'unicité du peuple français; considérant que ces dispositions sont également contraires au premier alinéa de l'article 2 de la Constitution en ce qu'elles tendent à reconnaître un droit à pratiquer une langue autre que le français non seulement dans la "vie privée" mais également dans la "vie publique", à laquelle la Charte rattache la justice et les autorités administratives et services publics"".

Con posterioridad el a la sazón Primer Ministro, Lionel Jospin, propuso al entonces Presidente de la República, Jacques Chirac, la modificación de la Constitución para que se permitiese la ratificación de la Carta. El proceso no prosperó hasta la nueva modificación de la Constitución llevada a cabo en julio de 2008, y que por primera vez introduce, como ya se ha indicado, la protección de las lenguas regionales como patrimonio de Francia. ¿Permitiría ello la ratificación ahora de la Carta desde el punto de vista constitucional? No parece que la respuesta positiva sea todavía posible, desde la perspectiva de los argumentos del "Conseil Constitutionnel" y desde las ideas expresadas por el actual Presidente Sarkozy, en Caen el 9 de marzo de 2007, cuando indicaba a este propósito:

""Si je suis élu, je ne serai pas favorable à la Charte européenne des langues régionales, non pas parce que je conteste les langues régionales, qu'au contraire je veux soutenir et développer, mais parce que je ne veux pas que demain un juge européen ayant une expérience historique du problème des minorités différente de la nôtre puisse décider qu'une langue régionale doit être considérée comme langue de la République au même titre que le français. Car au-delà de la lettre des textes il y a la dynamique des interprétations et des jurisprudences, qui peut aller très loin. J'ai la conviction qu'en France, terre de liberté, aucune minorité n'est opprimée et qu'il n'est donc pas nécessaire de donner à des juges européens le droit de se prononcer sur un sujet qui est consubstantiel à notre pacte national et n'a absolument rien à voir avec la construction de l'Europe"".

No obstante, como último dato quisiera destacar que, por ejemplo, el "Conseil Constitutionnel" no ha visto problemas jurídicos para declarar conforme a la Constitución el art. 57 de la Ley Orgánica nº 2004-192, de 27 de febrero de 2004, por el que se aprueba el estatuto de autonomía de la Polinesia francesa. En concreto el citado precepto dispone literalmente que:

"Le français est la langue officielle de la Polynésie française. Son usage s'impose aux personnes morales de droit public et aux personnes de droit privé dans l'exercice d'une mission de service public ainsi qu'aux usagers dans leurs relations avec les administrations et services publics.

La langue tahitienne est un élément fondamental de l'identité culturelle : ciment de cohésion sociale, moyen de communication quotidien, elle est reconnue et doit être préservée, de même que les autres langues polynésiennes, aux côtés de la langue de la République, afin de garantir la diversité culturelle qui fait la richesse de la Polynésie française. Le français, le tahitien, le marquisien, le paumotu et le mangarevien sont les langues de la Polynésie française. Les personnes physiques et morales de droit privé en usent librement dans leurs actes et conventions ; ceux-ci n'encourent aucune nullité au motif qu'ils ne sont pas rédigés dans la langue officielle.

La langue tahitienne est une matière enseignée dans le cadre de l'horaire normal des écoles maternelles et primaires, dans les établissements du second degré et dans les établissements d'enseignement supérieur. Sur décision de l'assemblée de la Polynésie française, la langue tahitienne peut être remplacée dans certaines écoles ou établissements par l'une des autres langues polynésiennes. L'étude et la pédagogie de la langue et de la culture tahitiennes sont enseignées dans les établissements de formation des personnels enseignants".