Festivales-Eventos

La Tamborrada de San Sebastián (versión de 1998)

No se conocen con exactitud los orígenes de esta celebración, lo cual no obsta para que diferentes autores, como Martín de Anguiozar, José Berruezo, José L. Valentín, J. M.ª Arozamena, José María Salaverría, etc. hayan reiterado versiones, más o menos fidedignas, al respecto. Digamos que la más extendida es la que coloca el nacimiento de la tamborrada en una improvisada parada burlesca celebrada al coincidir aguadoras, soldados de la guarnición y diferentes ociosos -panaderos, menestrales-en torno de una de las tres fuentes de la ciudad cuando ésta se hallaba amurallada, es decir, antes de 1863. Las herradas de las mujeres y los barriles de los militares habrían servido de improvisados tambores a una marcha que no tardó en convertirse en el primer acto de unas precoces fiestas de carnaval que no daban fin hasta la celebración del Entierro de la Sardina. Los participantes irían disfrazados de manera anárquica y saldrían a las 3.30, tras la cena, de la sociedad "La Fraternal", situada en la subida al histórico castillo de la Mota, recorrerían las calles del casco amurallado hasta las ocho de la mañana, hora en que se detenían en la esquina de las calles Iñigo y Narrica en espera de la "sokamuturra". Posibles músicas serían Urra papito, Pastelero e Iriyarena, y desde 1868, una marcha-zortziko del maestro Santesteban. Acompañaría a la que aún era barrilada un txistulari (El Vizcaíno, Cirilo Latierro o Marcelino Galatas). La guerra carlista suspendió su celebración en 1874-1876. La fusión de "La Fraternal" y la naciente "Unión Artesana" en 1879 impulsaría nuevamente la misma que, según relata Anguiozar (1944), se dotó en 1881 con los tambores que yacían en el parque de artillería abandonados por los ingleses, en el asalto de 1813 (otros serían de la Legión británica y del ejército español).