Llama la atención la velocidad con la que la atención se desplaza del asunto de la sal hacia una multitud de otros problemas y demandas locales: acusación a las élites de no defender los Fueros lo suficiente, complicidad de algunos vizcaínos con Madrid, enriquecimiento ilegal, acceso fraudulento al poder municipal y provincial, desigualdad social, monopolio del tratamiento reverencial, introducción de funciones y oficios antiforales.
De ello se pueden extraer varias conclusiones tales como la existencia de un agudo conflicto social, el difícil papel de la Diputación acusada de formar parte del bando enemigo, el reagrupamiento ya en octubre de los notables vizcaínos amenazados tras la radicalización acaecida y su colocación en el campo del orden, y la futura posición de éstos, atrincherados en torno al poder central, a fin de defender su supremacía social y política.