Concept

Agricultura Vasca

Los condicionantes bioclimáticos que configuran el País Vasco son variados y de fuerte contraste. La parte norte (Gipuzkoa, Bizkaia, valles cantábricos alaveses, mitad septentrional de Navarra así como Laburdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea) se inscribe dentro del clima oceánico, suave y lluvioso. Los rasgos que afectan al sector agropecuario pueden sistematizarse en cuatro aspectos:

  1. Escasez de horas de insolación que dificulta la maduración de algunos cultivos, como es el caso de la vid.
  2. Exceso de humedad que resulta negativo para algunos cultivos, como por ejemplo el trigo.
  3. Relieve accidentado con abundancia de tierras en pendiente.
  4. Suelos de componente ácido y con poco espesor de las capas, por lo cual el peligro de agotamiento aumenta. Este medio físico, donde abundan los pastos naturales, se dirige naturalmente hacia la explotación ganadera.

La parte sur (Rioja alavesa, mitad meridional de la Navarra Media Occidental, Navarra Media Oriental y Ribera) pertenece al clima mediterráneo. Éste se caracteriza por fuertes contrastes térmicos, mayores horas de insolación y por la escasez de agua. Esta aridez estival debe ser corregida por medio del riego, para determinados cultivos. El relieve es más llano a partir del surco intrapirenaico y los suelos resultan más espesos por efecto de una antigua sedimentación lacustre. Este medio se especializa naturalmente para la dedicación puramente agraria.

La evolución histórica experimentada por el sector agropecuario en el País Vasco demuestra como los condicionantes bioclimáticos tienen que ser forzados por imperativos económicos.

La organización del espacio agrario se hace eco de las diferencias bioclimáticas anteriormente esbozadas. A grandes rasgos la organización tradicional es la siguiente:

  1. El medio oceánico presenta una organización individual y minifundista, con hábitat disperso y un paisaje agrario mixto con campos abiertos y cerrados, siendo estos últimos originados por el desarrollo ganadero. Los sistemas de cultivo son todos de secano, es decir, que no reciben más que el agua de la lluvia para su desarrollo. El caserío se encuentra adaptado perfectamente al medio geográfico en el que se inscribe: cubierta a doble vertiente, grandes aleros,... Las tierras se distribuyen en sistema de coto redondo , es decir, que la dedicación agraria toma como base la proximidad a la vivienda: las huertas se encuentran al lado del caserío; a continuación viene la tierra de arada ocupada por maíz y forrajeras; después se sitúan las praderas naturales, tradicionalmente asociadas a manzanales y castañales; por último aparecen los bosques y las landas.
  2. En el medio mediterráneo la primera distinción necesaria se establece entre el secano y el regadío. Este último sistema exige la colaboración de varios agricultores dada la envergadura de los trabajos necesarios para la preparación de las tierras que se van a poner en regadío. Este factor sirve como explicación parcial de la generalización del hábitat concentrado. La organización del regadío distingue tradicionalmente tres sectores: huertas cercadas dedicadas al autoabastecimiento, próximas al pueblo; vega de regadío y sotos o pastos comunales junto al cauce del río y por tanto incultivables antiguamente por temor a las crecidas. Por otro lado, el secano fue tradicionalmente comunal y estaba dividido en lotes o corralizas, en torno a un corral, ya que se dedicaba, principalmente a pastos. Ambas propiedades comunales, sotos y corralizas, han sido repartidas y roturadas durante los dos últimos siglos.