Villes

Viana

La Parroquia de Santa María, fastuoso monumento de la Merindad, se construye en su mayor parte hacia fines del siglo XIII y a comienzos del XIV en estilo gótico. La obra arranca de fines del siglo XIII o principios del XIV, aunque la fábrica se irá completando en los siglos XVI, XVII y XVIII. Su planta original gótica consta de tres naves, divididas en cuatro tramos, más capillas laterales y una cabecera poligonal. En alzado se estructura con pilares cruciformes y se cubre con bóvedas de crucería. A los pies de la nave hay un coro alto, sobre el cual arranca una galería alta que se prolonga por encima de las calles laterales y que se abre mediante arcos polilobulados de tracería gótica.

A este plan original en el siglo XVI se añade la torre, la escalera de acceso al coro y la portada, las dos últimas obra de Juan de Ochoa Arranotegui. Entre 1693 y 1717 se levanta la girola, según traza de Santiago Raón, perfectamente integrada en la obra gótica, aunque antes, en el XVI, se había levantado la capilla axial, con planta de cruz griega y cubierta por una cúpula sobre pechinas. Ya en el siglo XVIII se van a añadir una serie de dependencias como la sacristía, sobre la que voltea una cúpula sobre pechinas, la sala del aguamanil y la sala capitular, y en el solar del antiguo cementerio se construye la capilla de San Juan del Ramo, con cúpula dotada de linterna.

Destacan por su importancia las pinturas murales ejecutadas al temple por el artista madrileño Luis de Paret y Alcázar (1747-1799). A la entrada pueden verse El Anuncio del ángel a Zacarías y la Anunciación. En la cúpula San Juan Niño en el desierto, La Predicación del Bautista, El Prendimiento y He aquí el Cordero de Dios. En las pechinas, por último, pinta alegorías de la Castidad, la Constancia, la Santidad y la Sabiduría.

En el muro de los pies se abre una puerta gótica del siglo XIV, apuntada y con tres arquivoltas, y en el tímpano se representa a la Virgen con el Niño entre dos ángeles. La gran portada principal es una obra renacentista del siglo XVI, planteada como un retablo, con zócalo con frentes cajeados, cuerpo dividido en tres calles por columnas corintias, en cuyo centro se abre la puerta, de medio punto y con profusa decoración. La portada culmina en alto con un arco de medio punto sobre pilastras cajeadas que genera una bóveda de cuarto de naranja decorada con casetones. El conjunto va cubierto con relieves figurativos, grutescos y motivos de los denominados "a candelieri". La torre, por su parte, consta de alto fuste y cuerpo de campanas prismático articulado por pilastras y abierto mediante ventanas en los frentes.

Al interior y en el lado del Evangelio hay una pila bautismal de mediados del XVI y un lienzo manierista que figura el Bautismo de Cristo. En la capilla de San Juan del Ramo hay tres retablos neoclásicos, de los cuales el central alberga una gótica talla realizada por el artista borgoñón Jehanin Lome. En otra capilla vemos el retablo manierista de Santa Catalina, de Juan Bazcardo y Diego Jiménez II, que realizaron también el cercano retablo de Santiago. El retablo mayor del templo es barroco, de Pedro Margotedo y con esculturas de Bernardo de Elcaraeta, discípulo del gran Gregorio Fernández, cuya influencia se deja notar. En la capilla axial de la girola hay una Magdalena Penitente, realizada por Roque Solano siguiendo modelos de Pedro de Mena. En otra capilla figura una Virgen del Rosario del XVI, traída de la iglesia de San Pedro.

En el coro puede verse una sillería rococó y dos lienzos dieciochescos sobre la vida de San Pedro, y en la sacristía un retablo con una talla del Crucificado de la primera mitad del XVII. Se custodian asimismo otras tallas, y diversas piezas de orfebrería, entre las que destacaremos una cruz procesional de Luis de Paret, del año 1798, y un relicario de Santa Catalina de hacia 1600, ambos de plata.

El Convento de San Francisco o de San Juan del Ramo data de mediados del siglo XVII y engloba: la iglesia, el claustro y otras dependencias. La iglesia, tiene planta de cruz latina con cabecera cuadrada. Cubierta de bóveda de medio cañón con lunetos articulada por arcos fajones en la nave, brazos del crucero y capilla mayor; una cúpula decorada con dobles fajas radiales y florón central en el crucero y bóveda de aristas en las capillas laterales a excepción de las dos que anteceden al crucero que cubren con pequeñas cúpulas con linterna. El interior decorado con yeserías a lo largo de la cornisa, y pinturas, logra un efecto ilusionista. En el exterior, de mampostería con sillar en los ángulos, destaca la fachada de tipo conventual con dos cuerpos rematados por frontón triangular con óculo central. En el inferior, cuatro pilastras adosadas sobre plintos, sirven de apoyo a una cornisa corrida, sobre la que se colocan sus remates con bolas.

El claustro, de planta cuadrada, tiene dos cuerpos, uno de sillar y el segundo de ladrillo. En las capillas de los colaterales hay pinturas efectistas imitando retablos a las que posteriormente se adosaron retablos de madera procedentes de la iglesia de San Pedro, los cuales rebajan la exhuberancia ilusionista de la pintura plenamente barroca. Sobresale entre ellos, uno de ágil traza de comienzos del siglo XVIII con gran hornacina trilobulada que cobija un Crucificado barroco, de aceptable calidad. En la capilla mayor queda patente el alarde pictórico barroco en muros y bóvedas. Se completa el aspecto decorativo de la cabecera con dos grandes lienzos en los muros laterales, que representan el Bautismo de Cristo y la Predicación de San Juan Bautista. El retablo mayor de estilo neoclásico, posee una gigantesca talla barroca de San Pedro sedente. El coro tiene sillería barroca de tableros lisos separados por columnillas decoradas. En la sacristía, una cajonería barroca con fina labra de roleos decorativos, sobre la que se coloca una talla de la segunda mitad del XVIII, de San Juan del Ramo.

Hospital de Santa María de Gracia o Basílica de la Soledad. Se emplaza en medio del casco urbano y funcionó como hospital desde fines del siglo XV cuando se erige, hasta 1576. La iglesia, si bien tiene un origen gótico, conservándose de este momento, la traza, la cubierta de la cabecera, un arco gótico muy robusto en uno de los lados y una de las fachadas; se transforma en el siglo XVI, construyéndose sobre ésta una sala columnaria, de juntas para los miembros de la cofradía de la Vera Cruz; un añadido de ladrillo en la portada que cuenta con dos balcones adintelados y bóvedas rebajadas de casetones y rosetas precediendo la capilla mayor. El resto de la nave, se cubre con bóveda barroca rebajada de medio cañón con lunetos. Del lado del Evangelio se halla la urna del Santo Entierro, barroca ricamente decorada. Guarda un Cristo yacente del XVII, articulado, de gran dramatismo. Presidiendo un retablo, el relieve de la Trinidad, del taller de los Jiménez. Del otro lado, se encuentra en la hornacina del crucero, un retablo rococó de traza quebrada. Las tallas de los titulares, San Roque y San Juan, son del siglo XVI. Se custodian distintos pasos procesionales. Centra el presbiterio un retablo neoclásico y se cuelgan de los lados, dos lienzos de la primera mitad del siglo XVII. En la sala de juntas, se encuentran varias tallas de Crucificados.

Situada al sur de la población, en la ruta jacobea, se emplaza la Ermita de Santa María de Cuevas documentada en el siglo XIV, aunque el edificio actual es barroco y consta de nave de seis tramos con hornacinas en el lado del Evangelio y cabecera cuadrada cubierta por una cúpula con linterna sobre pechinas. Junto a la iglesia, la sala de juntas y sacristía, que aprovecha en parte la estructura de la medieval. Del lado del Evangelio, aparece una Magdalena y San Pedro y San Pablode la primera mitad del siglo XVII, relacionados estos últimos con el taller de los Jiménez. En el retablo de San Martín aparece en la hornacina central, éste a caballo partiendo la capa con el pobre. Este grupo escultórico no es de la época barroca como el retablo, sino de comienzos del XVI con influencias hispano-flamencas. Presidiendo el pequeño retablo baldaquino del presbiterio, se encuentra la Virgen de las Cuevas, de estilo gótico de finales del XIV.

La Ermita de San Martín de Tidón, hoy en ruinas, era un edificio románico tardío reformado en el XVII en la cubierta. En el exterior de buenos sillares, se conservan grue-sos contrafuertes que ciñen la cabecera, en el centro de la cual se abre una ventana. Y la puerta, de arco de medio punto baquetonado con arquivolta decorada en reticula.

Quedan restos de la Ermita de la Trinidad de Cuevas, obra del siglo XIII de planta rectangular y cabecera poligonal, formó parte del camino de Santiago y fue encomienda de la Colegiata de Roncesvalles a partir de 1303. Junto a ella existían algunas dependencias de sillar y sillarejo, que tenían como entrada un portalón de medio punto del siglo XVI. En la Capilla del Cementerio, del lado del Evangelio, la talla de porte clasicista y académico de la Magdalena y presidiendo la estancia un Crucificado y una Dolorosa renacentista de comienzos del siglo XVII relacionables con el taller de Bascardo, enmarcadas por columnas salomónicas. En el colateral, un lienzo del Cristo de Burgos. Además de las mencionadas, existían otras ermitas, la mayoría de origen medieval, que fueron iglesias de las aldeas que constituían el núcleo urbano de la ciudad, como: San Andrés de Perizuelas, San Miguel, San Lorenzo y, en estado ruinoso, la de San Andrés de Longar.

Se rodeaba de un cinturón de murallas de sillería, con fosos a su alrededor y cuatro barbacanas en el centro de cada uno de los flancos, conservándose en pie la de San Pedro. Desempeñaba una función especial defensiva el castillo, de planta trapezoidal, con parte de sus muros en la propia muralla. A partir de finales del siglo XIX el castillo se fue destruyendo, aprovechándose sus solares en casas e inmuebles, en cuyas partes bajas se conservan todavía restos. El Portal de Estella hoy es un lienzo de sillería abierto en arco de medio punto con marcadas dovelas, observándose en la parte superior un blasón sobre águila bicéfala y corona abierta en el timbre, con cuatro cuarteles en su campo. El Portal de la Trinidad, enlucido por continuos arreglos, es una obra del siglo XVII, abierto en arco rebajado de sillería. La casa nº 10 de la c/ Algarrada consta de un cuerpo de sillar y otros de ladrillo, del siglo XVIII, con un portal de medio punto, muy arreglado. Las casas nos 14, 16 y 18 presentan el mismo esquema, conservando la primera herrajes en la puerta del siglo XVI. El nº 20 exhibe un blasón del siglo XVII sobre cartela de cueros retorcidos, con sirenas tenantes, que lo soportan al tiempo que cogen unas flores de lis, y yelmo por timbre.

Al final de esta calle se sitúa otra, combinando sillería y ladrillo, con balcón de forja antigua en el segundo cuerpo y alero de madera en el remate. A su lado, un muro de sillar del siglo XVI con arco de medio punto. En una calleja trasera se conserva una portada de la primera mitad del siglo XVII, con vano recto con enmarque de moldura, entre pilastras toscanas de fuste cajeado con altos pedestales que sostienen un frontón triangular. Está adosada a un muro de grandes sillares sobre el que montan dos cuerpos y un ático de ladrillo, con una ventana que posee reja del siglo XVI, de tradición gótica. El Balcón de Toros del Municipio, en la plaza del Coso, es un edificio de sillería, de dos cuerpos, cada uno de ellos abierto en nueve arquerías de medio punto sobre pilares. Sus extremos se articulan por pilastras toscanas, superponiéndose de fuste liso y acanalado, que soportan vistosos frisos, en el segundo cuerpo con triglifos, culminándose el conjunto con un doble alero de madera provisto de ménsulas talladas y pinjantes con rica decoración de hojarascas carnosas, de los últimos años del siglo XVII. Sobre los ángulos se alzan pequeñas torres cuadradas de ladrillo, abiertas en balcones de medio punto. Preside el edifico un pequeño blasón con las armas de la ciudad, cinco barras, en cartela de cueros retorcidos y timbrado en corona abierta.

El nº 6 de la plaza es un edificio barroco, del siglo XVIII, con tres cuerpos y ático de sillería, con balcones corridos con vanos de enmarques de orejetas en el segundo y tercero. A su lado estaba el Balcón del Clero, desaparecido en 1965. Sigue un largo muro, de sillarejo, con un primer cuerpo de sillería con puertas y vanos rectos con enmarques planos de orejetas. Los nºs 14 y 16 constan de un primer cuerpo de sillar y otros dos y ático de ladrillo. En el sótano del nº 21 se conservan arranques de gruesos muros. Continúa, por el lado este, una obra del siglo XVIII con cuerpo inferior de sillería, abierto en tres puertas adinteladas y otras tantas ventanas, con enmarques planos de orejetas. Encima de las puertas extremas se observan pequeños escudos de la ciudad acompañados de rocallas y con corona abierta por timbre. Se sobreponen a este primer cuerpo tres bloques de ladrillo, cada uno de ellos compuesto de dos cuerpos y ático.

El nº 11, frente al antiguo castillo, corresponde a una casa de la segunda mitad del siglo XVII, con cuerpo inferior de sillar, otros dos más de ladrillo con balcones y ático con galería de arquillos dobles. Haciendo esquina con la c/ Algarrada se alza el monumental palacio de Unda y Garibay, de la segunda mitad del siglo XVII, formando un gran bloque con tres fachadas en las que se suceden dos cuerpos de sillería y ladrillo, más ático también de ladrillo, reservando en sus tres frentes una galería de arquillos dobles con balconajes. Asomando a la c/ Algarrada se observa un blasón de la segunda mitad del siglo XVII de campo cuartelado y con yelmo por timbre. Esta casa conserva en el interior un patio de luces de planta cuadrada y desarrollado en tres cuerpos, los dos superiores de balcones adintelados con enmarques de fajas planas con orejetas. Está cubierto por media naranja con linterna sobre pechinas. Entre la c/ Algarrada y la Mayor, el nº 3 luce en su cuerpo inferior un arco apuntado, hoy ciego, del siglo XVI, elevándose otros dos de ladrillo con balcones de forja antigua. El nº 1 exhibe un blasón de la segunda mitad del siglo XVII, con cartela de cueros retorcidos en orla y timbrado en yelmo.

El nº 19 de la c/ Mayor corresponde al palacio de la familia Añoa y Busto, obra barroca del siglo XVIII que se caracteriza por su desarrollo en anchura. El primer cuerpo y la entreplanta son de sillería y el segundo es de ladrillo con largo balcón con rica forja, rematándose por ático con galería de arquillos con balconajes de forja barroca y coronado por alero de madera de dobles ménsulas talladas. En el interior se conserva una escalera barroca. El escudo de la fachada, de la primera década del siglo XVIII, aparece orlado de espectaculares follajes envueltos en roleos con mascarón inferior entre niños desnudos y por timbre tiene una cruz potenzada y sobre ella otra cruz flordelisada bajo capelo con diez borlas a cada lado, encuadrado por cabezas de querubines. Los nºs 42 y 40 son de tipo barroco con fachada estrecha, un primer cuerpo de sillar y sobre él cuerpos y ático de ladrillo con dos hileras de balcones. Los nºs 7, 9 y 11 corresponden a un gran palacio barroco del siglo XVIII en estado ruinoso. El nº 30, la Casa de los Ripa, es un original edificio del siglo XVIII de tres cuerpos y ático.

Destaca el balconaje corrido de forja antigua que distingue como piso principal al tercer cuerpo. El nº 18 luce un blasón del siglo XIX con orla de guirnaldas de laurel y yelmo por timbre. Junto a la iglesia de Santa María se sitúa la Casa de los San Cristóbal, de comienzos del siglo XVII, alzándose sobre un primer cuerpo de sillería abierto en portal de medio punto de arquivoltas cajeadas con rombos. Le siguen dos cuerpos de ladrillo con vanos de medio punto con rejería antigua. En el interior conserva una escalera de dos pisos de tramos perpendiculares, con florón de yeserías del siglo XVII, que culmina en cúpula con linterna. La casa tiene bodegas medievales del siglo XIII con dos cámaras de planta rectangular en dos niveles, donde pueden verse marcas de cantero. El nº 16 presenta un primer cuerpo y entreplanta de sillería, con gran portalón adintelado entre altos vanos, y un segundo cuerpo y ático de ladrillo. A esta casa le siguen otras tres del siglo XVIII, con cuerpo inferior de sillar y los superiores y el ático de ladrillo. En los nºs 12 y 10 se observa un blasón rococó de la segunda mitad del siglo XVIII, con yelmo por timbre y campo cuartelado. El escudo de la casa contigua es de estilo neoclásico del siglo XIX, con orla de guirnaldas de laurel, rodeando cartela de cueros y timbrado por yelmo. En el nº 8 se emplaza la Casa de los Ichaso, del siglo XVIII, con aparatosas rejas en sus balconajes corridos, con grandes soles, y un alero en cuarto de cañón con lunetos, bajo los cuales se abren los vanos del ático.

La fachada conserva un escudo de estilo rococó tardío, provisto de mascarón inferior con palmetas y yelmo por timbre entre cuernos de la abundancia con flores, colgando bajo ellos guirnaldas de laurel. En el interior, gran escalera con cúpula. En la plaza de los Fueros se localiza el Ayuntamiento, edificio barroco iniciado en 1657 y cuya mayor parte se construyó entre 1686 y 1692; es un gran prisma de sillería de marcada horizontalidad, abierto en pórticos de medio punto en la parte inferior y balcones adintelados en correspondencia con las arquerías bajas en la superior. Los alzados están recorridos por pilastras, todas ellas de capiteles toscanos, diferenciadas en sus fustes. La fachada culmina con un monumental escudo labrado en piedra con las armas de la ciudad, provisto de rica cartela con leones, follajes y corona imperial por timbre. En los extremos del edificio se alzan torres de ladrillo con pilastras lisas y entre ellas medios puntos -hoy ciegos- con balaustrada de piedra, rematados en óculos. Corresponde al Ayuntamiento el busto relicario de Santa María Magdalena, patrona de la ciudad; es de madera y chapeado en plata parcialmente dorada y con las partes de carne en coloración natural.

En la esquina de la Rúa de San Pedro se alza un edificio de dos fachadas con el primer cuerpo de sillería porticado, dos cuerpos de ladrillo abiertos en balcones de esquema recto y un ático con galería de arquillos y pequeños balcones, culminando en alero de madera tallada sobre ménsulas. Cercana al Ayuntamiento se encuentra la Casa de los Múzquiz-Aldunate, de la segunda mitad del siglo XVIII, que combina sillería y ladrillo en sus alzados. En la fachada se exhibe un vistoso escudo rococó timbrado por yelmo y campo cuartelado. En el interior guarda escalera de tres pisos, con media naranja con linterna octogonal elevada sobre anillo de tacos y pechinas rematando su caja. El nº 3 de la Rúa de San Pedro repite tres líneas de balcones y luce blasón rococó de finales del siglo XVIII, con mascarón inferior, leones portantes y yelmo por timbre encuadrado por ángeles. El nº 9 repite este escudo y cuenta con cuerpo bajo y entreplanta de sillería, otros dos cuerpos de ladrillo con parejas de balcones y ático con pequeñas ventanas. Semejante es el nº 11, luciendo un blasón del siglo XVII con cartela de cueros retorcidos y orla de follajes terminados en grandes rosetas.

El nº 10, la Casa de los Estanga, es de fachada barroca, con dos cuerpos con balcones corridos y un doble ático de balconcillos. En el centro, un escudo neoclásico del siglo XIX, con guirnaldas de laurel y yelmo por timbre, dividido en cuatro cuarteles. Los nºs 14 y 16 corresponden al siglo XVII. El nº 20, antigua Casa de los Acedo, nos ofrece cuerpo inferior de sillería, abierto en portal de medio punto descentrado, sobre el que monta un pequeño escudo y dos cuerpos superiores de ladrillo revocado. El nº 22 es una obra barroca, marcada por una sola línea de balcones, con ático con tres dinteles doblados, formando galería cuyos vanos conservan rejería antigua. Sigue el nº 24, llamado palacio de los Dicastillo. Es barroco del siglo XVII con un primer cuerpo de sillar muy alto con un portalón de medio punto descentrado de rosca cajeada, un segundo cuerpo de ladrillo, perforado en cuatro vanos adintelados, y un ático con galería de arquillos doblados de medio punto con rejería.

Preside la fachada un blasón con cartela de cueros retorcidos y yelmo por timbre, del siglo XVII. El edificio nº 17, de finales del siglo XVII, cuenta con un primer cuerpo de sillería con portalón recto de potente almohadillado alternante, al igual que el nº 30. Al costado se localiza el palacio barroco mandado construir por José Pérez de Lanciego en 1729, con primer cuerpo de sillería con portales adintelados de enmarques planos de orejetas y otros dos cuerpos y ático de ladrillo. En el centro se sitúa un blasón con castillo inferior, flanqueado por espada y palma, rica orla de follajes, niños tenantes y por timbre cruz entre ángeles y bajo capelo del que parten cordones a cada lado con cinco borlas. Hay que reseñar también el Palacio de los Pujadas, del siglo XVII, construido en sillería y ladrillo y compuesto de dos cuerpos y ático. Encabeza el conjunto un saliente alero de madera con ménsulas dobles de volutas. En el interior se conservan un amplio zaguán, varios salones y una gran cocina antigua. La fachada luce un blasón sobre cartelas de cueros retorcidos y timbrado con yelmo. El nº 33 de la c/ San Pedro conserva portal almohadillado del siglo XVIII. El nº 25 se compone de cuatro cuerpos de sillar y ladrillo con pilastras, las inferiores cajeadas, con puerta de entrada adintelada con orejetas. Los nºs 21 y 23 muestran portalones de medio punto moldurados del siglo XVI, ostentando la clave del segundo un escudo liso sobre cartela.

Del siglo XVI, son, asimismo, las casas nºs 13 y 11 con primer cuerpo de sillar con portalones de medio punto y el portal de medio punto del nº 3. El edificio nº 26 de la c/ Santa María tiene un cuerpo inferior de sillar con el típico medio punto de ingreso y dos cuerpos de ladrillo, rematados en ático de pequeños arquillos. El nº 42 de la c/ de Abajo de Santa María presenta un primer cuerpo de sillería sobre el que se alza otro de ladrillo con escudo del siglo XVII, de forma oval, con cartela de cueros retorcidos y yelmo. El escudo que se exhibe en la casa nº 25 es de la misma época, con cartela de cueros retorcidos y timbrado por yelmo. Los nºs 23 y 18 lucen un típico portal del siglo XVI con rosca moldurada y escudo en la clave. El inmueble nº 20 tiene un primer cuerpo de sillería abierto en portal recto de orejetas y uno superior de ladrillo con dos balcones de repisas de gallones, mientras que el tercero sólo tiene uno en el centro; se fecha en el siglo XVIII y en la fachada permanece un escudo rococó con rica orla de follajes y timbrado por yelmo.

El nº 8 es una casa barroca con portalón adintelado de orejetas y una sola línea de balcones en sus cuerpos superiores. Destaca especialmente el inmueble nº 4 con un primer cuerpo de sillería y portalón de medio punto descentrado con rosca y jambas cajeadas, abierto entre esbeltas pilastras de fuste con acanaladuras que soportan un friso corrido; las enjutas se utilizan para ojos de buey. Este cuerpo sirve de pedestal a otro de ladrillo, culminando la fachada una galería de arquillos de medio punto con doble cornisa de labores de ladrillo. El Portal de la Solana muestra al exterior un robusto muro con escudo imperial sobre cartela de cueros retorcidos con águila bicéfala, collar del toisón de oro en la orla y corona abierta por timbre. Hacia atrás se abre en medio punto hallándose en el interior un nicho recto entre dobles pilastras toscanas con pedestales y frontón triangular con una talla de la Inmaculada Concepción del siglo XVII. En las cercanías se encuentra un escudo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII, con cartela inferior con árbol y oso rampante atado, orla de rocallas sobre cuatro banderas con medias lunas en diagonal y yelmo por timbre.

El nº 34 de la c/ del Portillo cuenta con dos cuerpos de sillería con amplio portalón gótico tardío. El nº 32 conserva blasón del siglo XVII y otro de forma circular de difícil fechación. El nº 3 de la c/ San Felices ofrece amplia fachada barroca con portal adintelado en su cuerpo inferior y tres hileras de balcones en los pisos superiores con herrajes originales. El Portal de San Felices conserva únicamente restos de un arco del siglo XVI y de unos pilares. A su lado se localiza una hornacina con imagen de Virgen de finales del siglo XVI. El Portal de San Miguel, del siglo XVII, presenta arco rebajado de sillería y pequeño ático de sillarejo, culminando en frontón triangular con pirámides en su remate. Bajo un amplio arco de medio punto alberga una hornacina barroca con una talla de San Miguel del siglo XVIII. El nº 28 de la c/ San Miguel es un inmueble del siglo XVIII con primer cuerpo y entreplanta de sillería y cuerpo superior de ladrillo, culminando el conjunto una galería de arquillos dobles, coronada en alero de madera. Los nºs 26 y 22 corresponden al siglo XVII, localizándose en este último un blasón enmarcado en cartela de cueros retorcidos y timbrado por yelmo.

Continúa el nº 20, con un solo cuerpo de sillería del siglo XVI y portalón de medio punto con vano recto abocinado. El nº 16, típico con ático de arquillos, luce escudo de la segunda mitad del siglo XVII enmarcado por mascarón inferior entre guirnaldas, cartela de cueros retorcidos, rica orla de follajes y yelmo. El Palacio de Urra es un monumental edificio barroco de finales del siglo XVII. La fachada, de sillería, comprende cuerpo bajo y entreplanta articulados por pilastras toscanas extremas de fustes con almohadillados, al igual que en la pareja de portales y ventanas. Los dos cuerpos superiores llevan pilastras acanaladas y balcones con marcos moldurados de orejetas. Cuenta con forja en ventanas y balcones y un alero de madera volado con grandes ménsulas talladas. En la entreplanta se exhibe un aparatoso blasón barroco dentro de abigarrada orla de follajes aristados y envueltos en roleos y con yelmo por timbre. El nº 6 pertenece a un inmueble barroco con dos cuerpos y ático de arcos carpaneles. La casa nº 26 de la c/ de Tidón, del siglo XVI, presenta primer cuerpo de sillería, otros dos de ladrillo y ático, también de ladrillo, con galería de arquillos. El nº 24, del siglo XVIII, conserva portalón adintelado con baquetones moldurados y orejetas. El nº 18 luce en la clave de su portal un blasón del siglo XVI de campo cuartelado.

El nº 16, conocido como "El Palacio", data del siglo XVII y presenta un cuerpo de sillar y otros dos de ladrillo, coronándose por alero de madera sobre ménsulas de diversas figuras. Conserva blasón del mismo siglo con cartela de cueros retorcidos y yelmo. El nº 14 corresponde al siglo XVI y cuenta con una hermosa portada renacentista provista de puerta de medio punto con pilastras y rosca cajeadas, entre esbeltas columnas de fuste acanalado, salvo en el tercio bajo. El nº 10 muestra un escudo con el jarrón de lirios de la parroquia de Santa María y el nº 8 incorpora otro escudo del siglo XVII semejante. El Portal de Santa María presenta al exterior muro de sillería con arco rebajado y ático superior y conserva una hornacina de diseño renacentista con arco de medio punto moldurado entre columnas toscanas y bajo frontón recto. Apoya la estructura del portal en el edificio o Casa del Diezmo de Santa María, de tres cuerpos de sillar y ladrillo abiertos en diversos vanos de esquema adintelado. En la c/ Serapio Urra se encuentra el edificio de Las Carnicerías, con dos cuerpos de sillería, luciendo en el centro y extremos escudos de la ciudad con ricas orlas de follajes y coronas abiertas en el timbre. Se puede afirmar que la ciudad de Viana resulta ser uno de los conjuntos urbanísticos más importantes de la Edad Media en Navarra, conservándose prácticamente inalterado su casco antiguo. (Ref. Catálogo Monumental de Navarra, Municipio de Estella).