Lexique

MANZANA

La manzana en el País Vasco. Historia y extensión actual. El manzano, en euskera "Sagarrondoa" o "Sagartzen, es conocido en todo el País Vasco desde tiempo inmemorial. La manzana (sagarra) y la sidra (sagardoa) han sido pieza básica en la dieta alimenticia de los vascos. De la importancia que ha tenido el manzano en el País Vasco a lo largo de la historia dan fe los más de 70 apellidos existentes derivados de su nombre en euskera entre los que podríamos citar Sagarzazu, Sagardoy, Sagardía, Sagarminaga, Sagarribay, Sagasta, Sagastume..., así como las frecuentes alusiones al manzano en citas de autores nacionales o extranjeros al hablar del País Vasco, en documentos de carácter privado o en la propia legislación. En primer lugar veremos la legislación referente al manzano, no analizaremos la legislación referente a la sidra, que aparece en los textos legales de casi todo el País Vasco y da fe de la importancia que se daba al cultivo del mismo. El Fuero Viejo de Vizcaya dedica dos leyes (la 2.° y la 3.° del Título XXV) a regular el cultivo de los manzanos: "Manzanas que producen los manzanos plantados en la heredad agena a media ganancia entre el plantador y el dueño de la heredad, como se han de cuidar, cavar, estercolar, partir y dividir". También se establece que la distancia entre árbol y árbol ha de ser de 5,58 metros. (Aparece también en los Fueros Guipuzcoanos). Las Ordenanzas de Zumaya prohíben la importación de manzana en estos términos: "Ningún vecino ni morador ni extraño, traiga a esta villa, ni a su jurisdicción vino ni sidra ni manzana, so pena del pedimiento del tal vino, sidra o manzana". Las leyes navarras legislan sobre los daños a manzanales. En 1457 el rey castellano Enrique IV ratifica a la provincia de Guipúzcoa una ordenanza regulando el plantío de árboles en la que se aprecia una defensa del manzano frente a otras especies como robles, hayas... En la carta constitutiva de la Hermandad de las Marismas fechada en 1296 y formada por diversas villas de la costa cantábrica se acuerda que todas las villas indemnicen a aquella de entre ellas que por defender sus fueros sufriera daños en "vinnas, caserías o manzanales". En la Crónica de Alfonso XI los habitantes de Bizkaia solicitan al rey con motivo de un viaje de éste a Bermeo "que les guardase que las gentes (del rey) no les feciesen mal en los parrales, nin en los pannes nin en los manzanales". En el Cuaderno de Ordenanzas de la Hermandad de Guipúzcoa en 1397 se establecen penas severísimas sobre los que causen daño a frutales. También en textos de carácter privado aparece reflejada la importancia de los manzanales. Ya Estrabón señalaba la importancia de la manzana y de la sidra en la dieta alimenticia de los vascos. En el año 952 aparecen citados manzanales en el Cartulario de San Millán lo que constituye una de las primeras menciones de la existencia de manzanales en Álava. En la donación al monasterio de San Juan de la Peña de un monasterio que llamaban Olazabal en Altzo (Gipuzkoa) que incluye la primera referencia conocida a Gipuzkoa aparece reflejada la existencia de manzanales (año 1025). También se mencionan en un inventario de los vecinos de Balmaseda donde se citan los bienes de la villa con vistas a hacer la derrama para contribuir a los gastos de la guerra contra Granada en 1487. Recogemos un contrato agrario del monasterio de Arrazúa fechado en el año 1418 en el que se conceden tierras a un matrimonio con las siguientes condiciones: "que plantades a media ganancoa en los dichos lugares morturos, manzanos e manzanales según fuero de Vizcaya conbiene a saber que plantades, e fagades plantar por premia en los dichos lugares e comarca a media ganancia de oy día que esta carta es fecha dos años primeros cumplidos seguientes doscientos manzanos...". También en la literatura aparece reflejado esto. En el "poema de Fernán González" se dice "Fue dado por cabdiello Don Lope el vizcaíno, bien rico de manzanas, pobre de pan e vino". En la "Suma de Geographía" de Martín Fernández de Enciso se dice que Vizcaya y Guipúzcoa "tienen muchas frutas silvestres e grandes manzanares e otras arboledas" y también que son "Tierras de montañas, de poco pan e vino, comen pan de mijo que llaman borona e hacen vino de manzanas que llaman sidra...". La abundancia de manzanos llamó asimismo la atención de viajeros extranjeros de paso por nuestra tierra. Por ejemplo en 1524 el veneciano Andrea Navajero decía hablando de Gipuzkoa: "En esta tierra no hay vino y el trigo que se cría es poco...; en lugar de viñas se siembran manzanos, lo que primero se hacen almácigas y cuando ya son grandes los trasplantan con orden... y semejan bosques, con las manzanas hacen un vino que llaman sidra y que es lo que bebe la gente común...". De todas estas citas que hemos entresacado de las muchísimas existentes se desprende la importancia que tenía la manzana para nuestros antepasados. Aunque en la actualidad sigue siendo mayoritaria entre las especies de frutales que se plantan en nuestra tierra la extensión del terreno dedicado a manzanal decreció desde el siglo XVIII debido a factores como el avance de la agricultura, el problema de la vecería, la dedicación de las tierras a productos que ofrecían una rentabilidad mayor a corto plazo y otros motivos variados. No obstante el análisis de las cifras de manzanos existentes y de producción de sidra nos permiten afirmar que sigue siendo una actividad de primer orden en nuestra tierra.