Concept

Inspección educativa en Euskal Herria

Las visitas de inspección en Gipuzkoa, realizadas por Juan María Eguren, desde 1860 hasta 1876 son destacables por su celo profesional, pero también por el ahínco en ejercer su autoridad, sobre todo con respecto al fomento del castellano en las escuelas de este territorio. Si la historia sobre la represión del euskara en las escuelas hubiese de encontrar a un culpable, Juan María de Eguren sería uno de los máximos responsables en esta labor, como se demuestra, no solamente a través de las advertencias continuas a los maestros sobre la utilización al máximo del castellano en las escuelas, sino también en su propia trayectoria vital y en su fecunda actividad en pro del aprendizaje del castellano: 16 años de intervención en la inspección de las escuelas de Gipuzkoa, es tiempo suficiente para que pueda desarrollarse toda una política a favor del castellano. Aunque, también es cierto que la elaboración por parte de este inspector de métodos de enseñanza del castellano a partir del euskara, favorecía un cierto bilingüismo escolar.

A pesar de la accidentada topografía de Gipuzkoa, este inspector recorre casi el 90% de las escuelas existentes en 1860 y en los siguientes años de su ejercicio. De sus informes se desprende que la asistencia de los alumnos a las escuelas, como era frecuente, solía decrecer en los meses de verano, debido a la necesidad de ayuda por parte de los niños y niñas en las tareas del campo. En este sentido el inspector insistirá a muchos maestros para que recuerden a los padres la necesidad de que sus hijos asistan a la escuela. El método adoptado en la mayoría de las escuelas era predominantemente el simultáneo, y en menor medida el mixto, (modificado por el mutuo en escuelas con gran asistencia de alumnos) o con el individual en las pequeñas escuelas rurales. El sistema de premios y castigos, utilizado por los maestros y maestras de Gipuzkoa parece que se ceñían tanto al Reglamento, como ocurría en los informes de los de Bizkaia y Álava.

No obstante, las advertencias más insistentes se refieren a la enseñanza del castellano (con la enseñanza bilingüe del catecismo en algunos casos, aunque en otros también indique que se enseñe el catecismo en castellano). El fomento del castellano que tantas veces advertirá a los maestros, es reforzado en muchos casos con la nota: "que sólo hable en castellano a los niños en la escuela", "que hable siempre a los niños en castellano".

El estado de la enseñanza, por lo general, en la provincia de Gipuzkoa si nos atenemos a los informes de las visitas de inspección de 1886, puede decirse que estaba en "buen estado", "no desmerece", es "satisfactorio", "no dejan que desear", "es brillante el estado de la enseñanza"; que "ha mejorado" o que los maestros demuestran "celo e interés por la enseñanza", calificaciones de este tipo que son las más usuales ofrecidas por el inspector Luis Santa María, que ejerció la inspección desde 1883 a 1888.

Con respecto a la introducción del castellano en las escuelas, las advertencias de los inspectores continuarán siendo insistentes, si bien con una salvedad: que la doctrina cristiana se enseña en vascuence. Por lo demás la fórmula casi estereotipada es: "que fomente la enseñanza del castellano a fin de que los niños entiendan lo que estudian y leen" o "que todas y cada una de las enseñanzas las dé y explique en castellano, a fin de que los niños tengan idea completa de lo que leen y estudian", "falta de instrucción de los niños en lengua castellana", "que para facilitar tanto el lenguaje castellano como la ortografía aprendan las reglas de la gramática", o esta otra alabanza a una maestra de San Sebastián: "los alumnos han adelantado bastante en el castellano".