Concept

Forjadores de bielas de bicicletas

La industria situada en el triángulo formado por Mondragón, Elgoibar y Eibar se caracterizó hasta mediada la década de los años veinte del siglo pasado, por el gran predominio de la producción de armas, lo que ha hecho que se conozca a esta zona como armera.

Pero a partir de esta fecha comienza la fabricación de bicicletas (GAC, Orbea, Beistegui), con lo que se inicia la diversificación industrial tan buscada por políticos y empresarios, sobre todo en Eibar, para evitar las graves consecuencias negativas que conllevaban las fortísimas fluctuaciones de la demanda internacional de armas, dependiente de las políticas arancelarias proteccionistas o liberales de cada país.

La fabricación de bicicletas supuso una gran novedad, al exigir el dominio de tecnologías, en buena medida, desconocidas y por lo que suponía la rotura, en muchos casos, con los hábitos tradicionales.

Pero al menos dos circunstancias favorecieron el cambio. Por un lado el funcionamiento, sólo en Eibar, de casi tres centenares de talleres dedicados a la transformación metálica y de una cincuentena considerados auxiliares, además de cinco fundiciones y tres forjas, en su gran mayoría ligadas a la producción de armas y por otro, el asesoramiento de técnicos franceses (de la región de Saint-Ètienne, con estructura industrial parecida a la eibarresa), que tenían una larga experiencia en la fabricación de bicicletas. En las empresas eibarresas dedicadas a esta actividad ha quedado un buen número de palabras de indudable origen francés considerados actualmente como propias.

Asimismo es obligado destacar la buena preparación y destreza de los trabajadores eibarreses, que supieron adaptar una buena parte de los medios productivos disponibles, a la fabricación de las nuevas y complejas piezas.

Una de las partes importantes de la bicicleta que fue necesario empezar a fabricar fueron las bielas, nombre por el que se conoce la pieza que une el pedal con el eje, conocido como de "pedalier". Existían bielas de distintas clases (básicamente derecha e izquierda) y también de diversos tamaños. Estas piezas se obtenían por el procedimiento de la forja, consistente en dar forma a las piezas de metal por medio de golpes. Los eibarreses tenían experiencia en esta técnica y ello facilitó su fabricación. La tarea era de notable dureza, tanto por el esfuerzo físico que exigía, como las condiciones en que se llevaba a cabo.