Concept

Estibadores portuarios

Todo hace pensar que antes de que existieran trabajadores especializados en la carga y descarga de los buques, estas labores las hacían las tripulaciones de las embarcaciones, dirigidos por los oficiales. Estas tareas eran manuales con muy escasos medios auxiliares, exigiendo un gran esfuerzo físico sin que fuera necesaria una cualificación apreciable. Según algunos autores, en ocasiones, los marineros manejaban las mercancías a bordo y otros trabajadores en tierra.

Esta emergente división de las tareas acabó dando paso a la especialización de trabajadores locales por razones técnicas y económicas. Entre las primeras destacan las dificultades de los barcos para llegar a algunos puertos, que obligaban a cargar y descargar a barcazas, asumiendo esas tareas sus tripulantes y entre las segundas, el menor coste, consecuencia de la abundante oferta de mano de obra.

Esos trabajadores, como era habitual desde la Edad Media, acabaron formando gremios que reunían a todos los que ejercían la misma actividad, inicialmente con la finalidad básica de atender sus necesidades más apremiantes. Pero este espíritu de ayuda mutua se fue sustituyendo, poco a poco, por la eliminación de la competencia hasta imponer su monopolio.

La historia de los principales puertos europeos recoge las luchas entre los agremiados y la numerosa mano de obra, que había abandonado el campo, dispuesta a trabajar por un salario menor y que contaba con el apoyo de dueños y capitanes de los barcos.

Otra característica de los gremios era su especialización según los productos que manipulaban, repartiéndose el trabajo e impidiendo que lo llevaran a cabo cualquiera que no perteneciera a la agrupación u oficio.

Un ejemplo de especialización es el de los cargadores de turba del puerto de Amsterdan en 1619. En este gremio se distinguían cuatro grupos, los llamados recogedores que a bordo de las barcazas que habían acercado la mercancía a la ciudad, la recogían en pequeñas cestas, los levantadores que una vez en el puerto las vaciaban en cubas estandarizadas, los rellenadores que medían su contenido y lo situaban al borde de la embarcación y los transportadores de turba que la cargaban sobre sus hombros y las llevaban por la urbe.

Con el transcurso de los años los gremios empezaron a exigir el aprendizaje práctico y el cumplimiento de determinadas condiciones para alcanzar el grado de maestro, mientras mantenían un sistema de ayudas a los asociados o sus familiares en los casos de mayor necesidad. No puede olvidarse que los accidentes, incluso los mortales, eran muy frecuentes.

Estas corporaciones llegaron a tener una gran importancia, como se pone de manifiesto a finales del siglo XVIII, en 1798, cuando el gobierno holandés decidió modernizar la estructura económica del país, entre otras medidas decidió suprimir los 1388 gremios existentes, de los cuales hasta sesenta y dos, eran de cargadores y estibadores. A pesar de la prohibición algunas de estas asociaciones siguieron funcionando hasta avanzado el siglo XIX y en alguno casos hasta los primeros años del XX.

A partir de mediados del siglo XIX se registran grandes cambios en el trabajo portuario, con la construcción de muelles nuevos e importantes innovaciones técnicas, como grúas y elevadores, así como la sustitución paulatina de la navegación a vela por la de vapor, desde el inicio del siglo XX. La aceleración de la evolución tecnológica con la introducción de montacargas, grúas y elevadoras de horquilla específicamente construidos para el trabajo portuario y más tarde la paletización y sobre todo los contenedores, en detrimento de la carga general, supuso una creciente mecanización del trabajo y cambios fundamentales como la reducción del número de estibadores y una notable cualificación de su trabajo.

En Gran Bretaña, el número de estibadores, pasó de cerca de 60.000 en 1967 a menos de 10.000 en 1989, y la tendencia se sigue manteniendo a pesar del gran aumento del volumen de mercancías que se ha registrado en los puertos británicos, lo que es extensible a los del resto del mundo. En la cualificación profesional, los cambios son evidentes con creciente importancia de la formación y los conocimientos técnicos.

Los sindicatos de estibadores que en su primera fase, avanzado el siglo XIX, heredaron en buena medida el funcionamiento de los gremios se fueron adaptando a las nuevas situaciones y negociando con las organizaciones de los empresarios y cada vez en mayor medida con las Administraciones Públicas. Su evolución fue tan rápida que en Inglaterra desde finales del siglo XIX ya existían organizaciones que agrupaban los trabajadores en distintos puertos del país y en 1896 la ITF englobaba a marinos y estibadores portuarios de varios países.

Uno de sus objetivos básicos siguió siendo el mantenimiento del monopolio, en la asignación del trabajo, que históricamente habían mantenido las organizaciones de los cargadores y estibadores.

Pero en las últimas décadas las políticas liberalizadoras están aplicándose cada vez a un mayor número de actividades y entre ellas a las portuarias. En este sentido la Comisión de la Unión Europea ha presentado en el Parlamento un proyecto de directiva proponiendo la apertura al mercado de los servicios de estiba, que no ha sido aprobada.