Villes

Bilbao. II República y Guerra Civil 1931-1937

El pluralismo político de la sociedad bilbaína fue muy intenso en los años treinta. A él contribuyeron dos grandes partidos electorales de masas, el PNV y el PSOE, con sus potentes sindicatos afines (STV y UGT), cuyo mayor arraigo y rivalidad se dio en la villa del Nervión y su hinterland. En el Bilbao de los años treinta actuaban fuerzas políticas muy diversas y la mayoría de ellas se expresaban a través de bastantes periódicos. La prensa de la época se caracterizaba por ser de opinión política y en buena medida de partido. Así, de los ocho diarios existentes, el único verdaderamente independiente era El Noticiero bilbaíno, de la familia Echevarría.

A diferencia de la mayor parte del resto de Euskadi, en Bilbao las derechas estaban representadas no por el carlismo o Comunión Tradicionalista (CT), que era débil y no disponía de ningún diario en la capital vizcaína (tenía los semanarios El Fusil y Oriamendi), sino por el monarquismo alfonsino, vinculado a la gran burguesía industrial y financiera, al igual que en la Restauración. La organización que sirvió de enlace entre los viejos partidos conservador y liberal, desaparecidos con la proclamación de la República, y Renovación Española, el nuevo partido alfonsino de carácter autoritario y antidemocrático nacido en 1933, fue la Juventud Monárquica de Bilbao, que llegó a contar con unos mil afiliados y se integró en 1934 en Renovación Española. Los monárquicos , dirigidos por José Félix de Lequerica, Pilar Careaga y el joven José María de Areilza, se expresaban por medio de los diarios El Pueblo Vasco, de los Ybarra, y El Nervión, de los Gandarias, enemigos de la República. Apenas quedaron monárquicos que mantuvieran sus convicciones liberales y democráticas: fue el caso de Gregorio Balparda, ex alcalde de Bilbao y ex diputado a Cortes.

El periódico derechista más influyente y de mayor tirada era La Gaceta del Norte, inspirado por José María de Urquijo, cuya impronta esencial era el catolicismo militante, que se plasmó en un marcado antirrepublicanismo, sufriendo por ello varias multas y suspensiones gubernativas. Este diario era el portavoz de los católicos neutros o independientes y preconizaba la unión de todos los católicos vascos, nacionalistas y no nacionalistas, en las elecciones. Esto lo consiguió en 1931 con la coalición del PNV y la CT pro Estatuto de Estella; pero no en 1933, año en que apoyó la candidatura del PNV, ni en 1936, cuando el periódico de Urquijo atacó duramente al PNV (había roto con él en el verano de 1934) y se sumó al Bloque contrarrevolucionario de carlistas, alfonsinos y cedistas.

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), el partido católico conservador fundado por José María Gil Robles en 1933, se constituyó al año siguiente en Bilbao con el nombre de Acción Popular y bajo la presidencia de Miguel Goldaracena, pero tuvo escasa fuerza y careció de un periódico propio. Igualmente, fue un grupo muy minoritario Falange Española, creado por José Antonio Primo de Rivera en 1933. En Euskadi nunca se presentó a las elecciones y en Bilbao apenas superó el centenar de afiliados, jóvenes en su mayoría, entre ellos el mencionado Areilza y el escritor Rafael Sánchez Mazas.

El nacionalismo vasco se hallaba dividido en dos partidos (PNV y ANV), más un pequeño grupo radical e independentista escindido del PNV en 1934, liderado por Elías Gallastegui (Gudari) y conocido por el nombre del semanario bilbaíno Jagi-Jagi, órgano de la Federación de Montañeros (Mendigoxales) de Bizkaia. Por su debilidad no concurrió a las urnas.

El PNV era con diferencia el partido con mayor implantación, organización y prensa en Bilbao. Publicaba tres diarios: su portavoz oficial Euzkadi (con unos 25.000 ejemplares de tirada en 1936), el vespertino La Tarde y el deportivo Excelsius, además de varios semanarios políticos (Bizkaitarra, Mendigoxale, Euzko, Aberri) y la revista cultural Euzkerea. Contaba con la pujante Juventud Vasca de Bilbao, con una nutrida organización femenina (Emakume Abertzale Batza), con numerosos grupos satélites de todo tipo y con batzokis en bastantes barrios. En 1936 el PNV tenía trece centros y 12.500 afiliados en Bilbao, donde se ubicaban también su dirección nacional (el EBB) y su sede principal (Sabin Etxea). Los nacionalistas navarros se quejaban del "centralismo bilbaíno" en el seno del partido. A lo largo de la República el PNV evolucionó desde posiciones integristas hacia planteamientos demócrata-cristianos, fruto de la nueva generación encabezada por José Antonio Aguirre y Manuel Irujo.

Acción Nacionalista Vasca (ANV), pequeño partido aconfesional y de izquierda moderada, nació en Bilbao en 1930 separándose del PNV por divergencias en la cuestión religiosa y en la política de alianzas. Después de Barakaldo, en donde se llamaba Juventud Vasca de Barakaldo, su núcleo principal estuvo en la capital vizcaína, cuyo centro (Euzko Etxea) reunía a más de medio millar de socios. En Bilbao publicó los efímeros periódicos Nacionalista y Acción Vasca y dispuso de redacción su diario Tierra Vasca, impreso en San Sebastián en la República y en la villa del Nervión en la Guerra Civil. El bilbainismo de ANV le llevó a calificar a Bilbao de "cerebro y capital de Euskadi". ANV fue en buena medida una creación bilbaína, obra de profesionales liberales como el doctor Justo Gárate, el periodista José Olivares Larrondo (Tellagorri) y el arquitecto Tomás Bilbao, el sustituto de Manuel Irujo como ministro del Gobierno republicano en la Guerra Civil.

Las izquierdas estaban muy arraigadas en Bilbao, distrito controlado por la Conjunción republicano-socialista desde 1910. Su fortaleza estribaba en la constante alianza electoral entre los republicanos de clases medias y el movimiento obrero socialista, que se mantuvo de 1931 a 1936. La izquierda era el sector que tenía menos periódicos, pero contaba con el principal diario de Bilbao y del norte de España, El Liberal. En esos años, cuando la familia de Indalecio Prieto se lo compró al capitalista republicano Horacio Echevarrieta, tiraba unos 30.000 ejemplares y fue el mejor defensor que tuvo la II República en Euskadi.

Los republicanos , con dirigentes autonomistas como Ramón Madariaga y Ramón Aldasoro, se agrupaban en el Partido Republicano Autónomo de Bizkaia, que alcanzó unos 2.000 miembros. Tras la instauración del nuevo régimen en abril de 1931, los partidos republicanos españoles crearon sus propios centros en las provincias vascas y los denominados autónomos tendieron a incorporarse a ellos. En el caso de Bilbao, el Partido Republicano Autónomo ingresó en bloque en 1932 en Acción Republicana de Manuel Azaña, que se transformó en Izquierda Republicana en 1934. Ésta fue la principal organización republicana en Bilbao, donde también existían el Partido Radical de Juan Gallano, el Partido Radical Socialista de Vicente Fatrás y la Unión Republicana de Alfredo Espinosa. Los republicanos editaron el semanario Frente y, en la Guerra Civil, el diario Unión.

El PSOE era el partido más importante de las izquierdas en Bilbao, con cerca de mil afiliados, el semanario La Lucha de Clases y un gran líder, Indalecio Prieto, ministro de varios Gobiernos españoles en 1931-33 y en 1936-38. El socialismo bilbaíno -y vasco en general- era sinónimo de prietismo, esto es, un socialismo democrático, reformista y republicano. El único sector del socialismo vasco que se adhirió al ala radical de Francisco Largo Caballero fueron las Juventudes Socialistas, que tenían 3.500 miembros en Bizkaia al fusionarse con las Comunistas para formar las Juventudes Socialistas Unificadas en 1936.

Las organizaciones obreras revolucionarias eran claramente minoritarias en Bilbao. La CNT contaba con unos centenares de sindicados y el PCE no alcanzaba los 200 militantes en 1935, cuando se creó el Partido Comunista de Euskadi en Bilbao. En el comunismo vizcaíno destacaron el viejo dirigente histórico socialista Facundo Perezagua, Leandro Carro y Dolores Ibárruri (Pasionaria). Ambas organizaciones no publicaron periódicos en Bilbao durante la República, pero sí en la Guerra Civil. CNT del Norte y la revista Horizontes, los anarquistas; Euzkadi Roja, los comunistas.