Territoires

Álava-Araba

La Provincia de Álava tiene una extensión de 3.47,29 kilómetros cuadrados. Pero a lo largo de su existencia, y cual un ser vivo ha ido unas veces creciendo y otras disminuyendo a medida que iban cambiando sus límites. Si hiciéramos caso a algún historiador, tendríamos que afirmar que allá por los siglos ocho y nueve de la era cristiana, Álava extendía un territorio hasta las tierras de Cellorigo, Lara, Cameros y alguna otra de lo que hoy es la Rioja Castellana. Pero esto tan sin probar, bueno es que lo pongamos en cuarentena, sobre todo si tenemos como tenemos, noticias que pueden darse por auténticamente ciertas, de cuáles eran los límites de esta Provincia en el siglo décimo. Con ocasión de la Batalla de Simancas (hecho acaecido en el año 934), el conde Fernán González tuvo un señalado éxito "auxiliado de los varones alaveses", y formuló el llamado "Voto de San Millán" para agradecer a este Santo la protección otorgada al Conde y los suyos juntamente con el Apóstol Santiago. Con tal motivo, años después se confeccionó un censo en el que se comprendían todos los pueblos obligados al pago del Voto y -dejando aparte si es o no apócrifo, como algunos pretenden, este interesante documento confirmado por los Reyes siglos después- por él podemos deducir no sólo la extensión de Álava en dicho siglo, sino el número y nombre de los pueblos que la componían, de todo lo cual da expresión sobrada el mapa que ilustra este trabajo.

El siglo XI pasa sin otras alteraciones que el señalar como alavés al pueblo de Bayas, bien que dividido en Bayas de Arriba y Bayas de Abajo, ambos al otro lado del Ebro. Con el siglo XII se introducen cambios en la Provincia que si no son sensibles en cuanto a su extensión, sí que tienen importancia por sus repercusiones políticas y de población. La fundación, por los Reyes, de las Villas de Vitoria, Salvatierra, Treviño y Lapuebla de Arganzón, hace que estas localidades, hasta ese momento aldeas pertenecientes a la llamada Cofradía de Arriaga, se constituyan en lugares de realengo y se separen de la Cofradía en cuanto se refiere a la propia localidad, aunque no a los territorios que al presente forman parte de sus respectivos municipios, mermándose por tanto en unos kilómetros la extensión de Álava en dicho siglo. Todo el territorio del actual Condado de Treviño (incomprensible enclave dentro de la provincia de Álava), se separa por causas desconocidas, de la Provincia siguiendo la ilustración que nos proporcionan varios documentos, entre los que puede citarse la Real Provisión firmada por Alfonso X, y fechada en Segovia el 18 de agosto de 1258, que se conserva en el Archivo de Vitoria. En este mismo siglo Vitoria ve aumentado su territorio con la incorporación de algunas aldeas, mermando por tanto jurisdicción de la Provincia de Álava. En el siglo XIV aparece unido a la Provincia de Álava el vasto territorio de Campezo, puesto que en el documento de la voluntaria entrega de Álava a la Corona de Castilla se alude al solar de Piédrola como uno de los solares alaveses, y éste se hallaba enclavado y era cabeza de todo Campezo. Por el contrario, en el año 1332, se conceden a las Villas de Vitoria y Salvatierra hasta un total de 49 aldeas y a la vez que ensanchan sus territorios se les merma en la misma proporción a la Cofradía de Arriaga.

Es, no obstante lo apuntado hasta el presente, el siglo XV el que nos ofrece mayores y más radicales cambios en límites y extensión de la Provincia. En 1463 se aprueban en Rivadellosa las Ordenanzas por las que se rigió la Provincia hasta la supresión del sistema foral y en el histórico documento se hace mención de todas las Hermandades asistentes del acto y que formaron la Junta General de Hermandades Alavesa. Por él sabemos que componían la Provincia "Las Hermandades de la dicha Ciudad de Vitoria y de la Villa de Salvatierra, y de la Villa de Miranda, y de la Villa de Pancorbo, y de la Villa de Saja e las Hermandades de Villa Real y de Villalba y de Valderejo y de Valdegovía y de Lacusmonte y de la Robera y de Arines y de Hueto y de Cuartango y de Urcabustaiz y Zuia y del Valle de Orduña y de Ayala, e de Arceniega y de Cigoitia y de Badayoz y de Arrazua y de Ubarrundia y de la Junta de escuderos de la Ciudad de Vitoria y de Gamboa y de Barrundia y de Eguilaz y Junta de San Millán y de Haguiles, Junta de Araya y de Arana y de Arraia con La Minoria y de Iruraez y de Las Losas de Suso, y de todas otras tierras que agora eran en la Hermandaz". Y aún se le agregaron en este mismo siglo las Villas de Salinas de Añana y el Valle de Aramayona y el de Llodio y todo el territorio de Laguardia, que es tanto como decir toda la Rioja Alavesa, salvo Labastida, que ya pertenecía a la Provincia desde siglos pretéritos, y Labraza con Barriobusto, que se unió en el siglo XVI. Este mismo siglo XVI es el que señala el fin de los cambios en la extensión y límites de la Provincia de Álava con la incorporación y segregación, unos años después, de todo el Valle de Orozco, la separación de las Hermandades de Miranda, Pancorbo y Saja, por baladíes motivos y las de Losa y Villalba por causa desconocidas; y a la vez la incorporación de Labraza y su Barrio de Busto así como la certeza de ser alavesas las Hermandades de Berantevilla y Armiñón, juntamente con Portilla.

Y así es como Álava ha ido creciendo y disminuyendo hasta llegar al momento actual en el que presenta el incomprensible, a todas luces, enclave de Treviño, en el corazón de la Provincia, perteneciente a Burgos, a cuya Provincia pertenece también el casi enclave de Valpuesta y San Millán, dentro del Valle de Valdegovía, si hacemos caso a la geografía; sin que pueda olvidarse en este capítulo a las tierras de San Vicente de la Sonsierra, Abalos, Peciña, Rivas y Briñas, situadas todas ellas, al igual que la Rioja Alavesa, en la margen izquierda del Ebro, límite de la Provincia desde su entrada en Sobrón hasta muy cerca de Logroño, o ese otro territorio que forma la Ciudad de Orduña y sus aldeas, pertenecientes a la Provincia de Vizcaya, pero rodeado todo él de la Provincia de Burgos y de la de Álava, que hace pensar en la necesidad de una revisión en los límites de esta Provincia de Álava como de tantas otras de España. Si tan variado ha sido el ir y venir de la extensión de la Provincia a lo largo de los siglos, nada de extraño tiene el que la población haya sufrido también cambios que, sobre todo en los tiempos actuales, pueden calificarse de extraordinarios. Prácticamente nos hallamos sin datos fehacientes hasta el año 1857, en que se confeccionó el primer censo oficial por la Comisión de Estadística del Reino, en cuyo momento Álava tenía 96.398 habitantes, de los que 46.382 eran mujeres.

Pero antes de dicha fecha contamos con datos que, si bien no pueden gozar de la exactitud que puede darse a los computados con métodos más científicos, sí nos suministran luz sobre el estado o número de la población alavesa en tiempos pretéritos. Así el "Libro de Fuegos" de la Cámara de Comptos de Navarra, nos señala el número de 332 como los "Fuegos" existentes en la Hermandad de Laguardia, es decir, en toda la extensa Región que comprende la Rioja Alavesa -salvo Labastida y Labraza- que es tanto como decir 1.650 habitantes aproximadamente. En el año 1527 se verifica por las Junta Generales de Álava, el primer "Acoplamiento" de que tenemos noticias en la Provincia, y por él se señalan como 3.513 las "Fogueras" existentes en la misma, y -dice el documento-, "siguiendo el número de "fogueras viejas" en que se computa a cuatro vecinos por pagador se viene en conocimiento de que en dicho año se computó Álava por 14.052 vecinos". Es decir, aproximadamente 70.260 habitantes. Téngase en cuenta que en Álava se ha entendido siempre por "vecino" al cabeza de familia con casa abierta y cocina aparte, siendo sinónimas, pues, las voces: "foguera", "vecino" o "pagador", reservándose la de "medio pagador" para viudas, no labradores o "moradores". En 1583 se redujo a 13.479 pagadores y medio los existentes en la provincia, aunque ya en 1627 se cuentan 14.000, cifra que se reduce a 8.500 en el año 1632; es decir, que en sólo el transcurso de cinco años perdió la Provincia unas 16.500 personas, dándose como único motivo de tan importante reducción "las enfermedades y epidemias que sobrevinieron en Álava, que sin duda alguna fueron terribles, al decir de los historiadores, tomando parte en la disminución los continuados servicios de armas que la Provincia ofreció voluntariamente a los Reyes, en las Guerras de la época".

Cien años después (en 1683), se computan 10.945 pagadores en la Provincia, y en el año 1780 se censan 71.399 habitantes, que suben a 77.475 en 1823, para descender (sin duda por las Guerras Carlistas), a 70.167 en el año 1840. Los primeros datos oficiales nos indican que la Provincia de Álava contaba en 1860 con 97.934 habitantes, que descienden a 92.915 en 1887 (otra guerra carlista por medio), y pasan a 96.385 en el año 1900. Desde entonces la Provincia va aumentando progresivamente su población en cada uno de los censos realizados cada década del presente siglo, como puede contemplarse en el cuadro número uno hasta el censo de 1960, en el que se observa un crecimiento rápido que aumenta considerablemente año tras año hasta llegar al momento actual en que el censo de 1968 nos da un total de 193.858 habitantes en la Provincia.

En la Capital existen 123.921, pudiéndose atribuir con facilidad como causa de este crecimiento en una importantísima parte al movimiento expansivo que en la industria ofrece Vitoria, que ve crecer su población día a día, de forma altamente significativa, sin olvidar otros puntos neurálgicos de la industrialización provincial como son Llodio, Amurrio y Oyón, por citar a los más importantes en cuyos puntos la población aumenta como puede contemplarse en el cuadro número dos. Junto a este crecimiento casi patológico en la Capital y el de algunos puntos aislados de la geografía provincial nos encontramos con el fenómeno contrario de la disminución de la población en la mayoría de los ayuntamientos alaveses en los que el fantasma de la emigración está a la orden del día, creando, sin duda alguna, problemas de despoblamiento, que si bien es verdad que cada día la mecanización del campo (en cuyo aspecto Álava presenta un halagüeño panorama), requiere menos mano de obra en el agro, el señuelo de la Capital, las dificultades de medios de cultura, comodidades, distracción, etc., hacen que el labrador alavés deje el campo para engrosar el número de inmigrantes en las ciudades, principalmente Vitoria, Bilbao, Miranda de Ebro y Logroño. Esta población alavesa se hallaba históricamente agrupada en siete "Cuadrillas": Vitoria, Salvatierra, Ayala, Laguardia, Zuya, Mendoza y Añana- que recogían a las 53 "Hermandades" existentes en la Provincia, formadas por la agrupación de Concejos en número de 445. El número de Ayuntamientos es en la actualidad de 63, el de Concejos 333 y el de Entidades de Población dependientes de otro Concejo o del Ayuntamiento, 36. Si bien estos números están llamados a variar en poco tiempo, debido a que el constante aminoramiento de la población del campo y la creación de nuevas cargas en los Ayuntamientos, hace que tengan que desaparecer muchas Entidades administrativas fusionándose a las limítrofes para -agregadas en una- poder subsistir con personalidad propia, o, de lo contrario, desaparecer de la geografía, constituyendo desde entonces los llamados "mortuorios" de los que tanto abundan en la provincia, quedando tan solo el nombre del término o de alguna ermita de lo que en tiempos pretéritos fueran pueblos con su Concejo, sus problemas, sus inquietudes, sus ilusiones y sus alegrías.

JOJ

Índices de crecimiento de la población de hecho, por municipios
Base 1900 = 100
MunicipiosCenso de 1900Censo de 1960DiferenciaÍndices 24 meses
Alegría64766922103,40
Amurrio1.2074.0392.832334,63
Antoñana362341- 2194,20
Aramayona2.0561.887- 16991,78
Arceniega1.1061.1093100,27
Arlucea425229- 19653,88
Armiñón374307- 6782,09
Arrastaria634587- 4792,59
Arrázua-Ubarrundia513906393176,61
Aspárrena2.1402.016- 12494,20
Ayala3.1672.750- 41786,83
Baños de Ebro4334341100,23
Barriobusto347290- 5783,57
Barrundia1.304909- 39569,71
Berantevilla755725- 3096,03
Bergüenda8031.306503162,64
Bernedo625542- 8386,72
Cigoitia1.283967- 316752,37
Corres164104- 6063,0
Cripán3023086101,99
Cuartango1.013855- 15884,40
Elburgo467341- 12673,02
Elciego1.5601.268- 29281,28
Elvillar762633- 12983,07
Foronda871747- 12485,76
Gauna28133150117,79
Huetos (Los)241221- 2094,70
Iruña35538126107,32
Iruraiz62370279112,68
Labastida1.583928- 65558,62
Labraza243180- 63741,07
Lagrán567406- 16171,60
Laguardia2.4702.095- 37584,82
Lanciego1.147858- 28974,80
Lapuebla de Labarca806806-100,00
Leza461350- 11175,92
Lezama1.5211.176- 34577,32
Llodio2.2367.2395.003323,75
Maestu---1.3051.305---
Marquínez249236- 1295,16
Mendoza313267- 4685,30
Moreda de Alava540506- 34933,70
Nanclares de la Oca6031.323720219,40
Navaridas345276- 6980,00
Oquendo779757- 2297,18
Orbiso384251- 13365,36
Ocio12497- 2778,23
Oyón9841.275291129,57
Peñacerrada866554- 31263,97
Pipaén271191- 8070,490
Quintaria287221- 66773,00
Ribera Alta1.1691.19021101,80
Ribera Baja582887305152,41
Salcedo65575398114,96
Salinas de Añana783569- 21472,66
Salinillas de Buradón487275- 21256,47
Salvatierra1.3932.4111.018173,08
Samaniego431335- 9677,73
San Millán1.9071.496- 41178,45
S. Román de Campezo205156- 4976,10
Sta. Cruz de Campezo1.0861.071- 1598,62
Urcabustaiz1.2091.048- 16186,68
Valdegovía3.0052.314- 69177,00
Valderejo323111- 21234,17
Valle de Arana---70670688,03
Villabuena de Alava478419- 5987,66
Villarreal de Alava1.4361.270- 16688,44
Vitoria30.70173.70143.000240,06
Yécora513453- 6088,30
Zalduendo de Alava252242- 1096,03
Zambrana386692306179,27
Zuya2.2501.634- 61672,62
Total96.835138.93442.5461441,14

Clasificación de los municipios de la provincia por el número de habitantes de hecho
HabitantesAños
190019101920
N.º municipiosTotal habitantesN.º municipiosTotal habitantesN.º municipiosTotal habitantes
De 100 y menos------
De 101 a 5003812.0573811.8453911.771
De 501 a 1.0002416.3792417.2862417.494
De 1001 a 20001519.9241518.5391519.963
De 2001 a 3000511.152613.600614.655
De 3001 a 500026.17213.018--
De 5001 a 10000------
Más de 10000130.701132.893134.785
Total8596.3858597.1818598.668

HabitantesAños
193019401950
N.º municipiosTotal habitantesN.º municipiosTotal habitantesN.º municipiosTotal habitantes
De 100 y menos------
De 101 a 500308.659319.293288.412
De 501 a 1.0002417.7932518.8382417.629
De 1001 a 20001621.9501521.5771520.925
De 2001 a 3000511.959410.250614.946
De 3001 a 500013.17413.16613.894
De 5001 a 10000------
De 10001 a 50000140.641149.752--
Más de 10000----152.206
Total77104.17677112.87675118.012

HabitantesAños
19601968
N.º municipiosTotal habitantesN.º municipiosTotal habitantes
De 100 y menos197190
De 101 a 500277.656206.141
De 501 a 1.0002216.2582115.423
De 1001 a 20001418.3581521.416
De 2001 a 3000511.58637.546
De 3001 a 500014.039--
De 5001 a 1000017.21915379
De 10001 a 50000--114.222
Más de 10000173.7011123.921
Total72138.93463193.938

JOJ

A lo largo del siglo XX Álava registró el mayor crecimiento de su historia. Si en 1900 no alcanzaba por poco los 100.000 habitantes, en la actualidad supera los 300.000. Durante la primera mitad de ese siglo los valores demográficos denotan una situación de casi estancamiento con un débil incremento de 16.073 habitantes y una tasa del 0,30%. Este débil crecimiento se explica por su papel migratorio en esta época con un saldo claramente negativo, ya que la dinámica natural resulta positiva. A partir de 1950 la segunda oleada industrializadora que afecta de lleno a la provincia, aunque de un modo segregado en el espacio que benefició a Vitoria-Gasteiz y, en menor medida, a otros núcleos como Llodio y Amurrio, abre una nueva etapa decisiva en la evolución de la población alavesa que se prolonga hasta 1975. Esta etapa se caracteriza por el elevado crecimiento demográfico. La tasas de crecimiento rozan el 3% y su volumen poblacional se duplica. A este extraordinario crecimiento contribuyeron tanto la dinámica natural como la migratoria. La llegada masiva de inmigrantes convierten a Álava en la provincia con mayor tasa de crecimiento anual de todo el País Vasco y de España. La crisis económica que se deja sentir a partir de 1975 produce una fuerte regresión de las tasas de crecimiento, si bien la población continúa con su tendencia al alza aunque ya de forma muy moderada.

Este proceso de expansión demográfica presenta contrastes comarcales muy marcados. Durante el período 1900-1950 las únicas comarcas que obtienen ganancias demográficas son aquellas que se incorporan a una incipiente industrialización, la Llanada y la Cantábrica. Las demás registran pérdidas de carácter moderado. Los mayores contrastes entre áreas urbano-industriales y áreas rurales tienen lugar en la época álgida de la industrialización, entre 1950 y 1975. Las comarcas antes citadas se convierten en unas de las más dinámicas del País Vasco con tasas de crecimiento superiores al 3%, centrado en particular en los núcleos de Vitoria-Gasteiz, Llodio y Amurrio. Sin embargo el resto de las comarcas alavesas se despueblan, llegando algunas, como la Montaña o los Valles Occidentales, a perder la mitad de su población. A partir de 1975, con la crisis económica y el paso progresivo a una sociedad de servicios, se aminoran los contrastes comarcales de la anterior etapa. El crecimiento, siempre con valores moderados, abarca ahora a todas las comarcas excepto la de la Montaña. Otra comarca que en la anterior época había registrado una explosión demográfica, la Cantábrica, se mantiene tras la crisis industrial en una situación de práctico estancamiento. El proceso de crecimiento generalizado que incluye a las zonas rurales se refuerza con las formas de urbanización difusa que van suplantando a la urbanización concentrada.

El crecimiento de la población, centrada sobre todo en el período 1950-1975, no sólo se explica por la llegada de inmigrantes sino por una transición demográfica tardía. Desde el inicio del siglo XX la mortalidad continúa con su trayectoria descendente, sólo interrumpida por dos períodos de sobremortalidad, la epidemia de gripe de 1918 y los años 1936-1937 en plena contienda civil. La natalidad por su parte muestra una recuperación lenta en la inmediata posguerra que se acelerará a partir de mediados de los años 50 cuando comienza la llegada de inmigrantes mayoritariamente jóvenes. En la mitad de la década de los 70 se produce la etapa final de la transición demográfica: la natalidad se reduce de manera fulminante y la mortalidad alcanza valores mínimos difíciles de mejorar. Las tasas de natalidad descienden desde el 18 por mil al finalizar la fase de la industrialización hasta valores inferiores al 8 por mil en la primera mitad de los 90, uno de los momentos álgidos de la crisis económica. Más tarde se experimenta un ligero repunte que logra colocar esta tasa en torno al 9 por mil. Además de otros factores socioeconómicos, la natalidad se retrae por el intenso descenso de la nupcialidad y el progresivo retraso de la maternidad. A su vez la tasa de mortalidad obtiene sus cifras más reducidas en los años 80, en torno al 6 por mil. El envejecimiento de la población provoca en los decenios siguientes un ligero incremento de dicha tasa hasta alcanzar valores alrededor del 8 por mil. Todo ello desemboca en un crecimiento natural muy débil y un envejecimiento progresivo de la población.

El auténtico motor del crecimiento demográfico alavés fue la inmigración. Sin embargo, la conversión de Álava en territorio de acogida de población se produce con notable retraso respecto de las provincias vascas litorales, acorde con su industrialización más tardía. Durante la primera mitad del siglo XX los saldos migratorios son negativos, era en conjunto una provincia emigrante. Pero a partir de los años 1950 la transformación es radical. Se inicia un auge inmigratorio que se prolonga durante los años del desarrollismo. El saldo migratorio de esos años, en concreto durante el período 1962-1975, señala un valor positivo de 37.506. El fin de la industrialización corta la fase álgida de la inmigración y aunque los saldos siguen siendo positivos, sus valores son ya muchos más modestos. La procedencia de los inmigrantes ha sido doble. Por un lado, la más importante en cantidad es la que llegaba de regiones españolas interiores y rurales, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Andalucía. Por otro la inmigración de vizcaínos y sobre todo guipuzcoanos que se trasladaban sobre todo a Vitoria-Gasteiz junto con las fábricas que se deslocalizaban de los estrechos valles atlánticos en busca de espacios e infraestructuras más adecuados. No hay que olvidar tampoco el efecto succión de Vitoria-Gasteiz y otros focos industriales sobre la propia población rural alavesa. El éxodo rural interno fue muy acusado.

Las posteriores tendencias refuerzan la importancia relativa de la migración intraregional. Salvo con algunas regiones españolas, Castilla y León, Asturias, Cataluña, Galicia y Navarra, en las que el saldo migratorio continúa siendo positivo, con el resto los valores se tornan negativos. Una parte de los que se marchan constituía una migración de retorno. La llegada de vascos de otras provincias han contrarrestado sobradamente las pérdidas estimadas en los flujos migratorios con las demás regiones. También aumenta la movilidad intraprovincial, debido a motivos fundamentalmente residenciales, a la urbanización del campo. Otra tendencia que gana de manera progresiva protagonismo es la inmigración extranjera y las modificaciones en su composición. Hasta finales del siglo pasado el número de extranjeros, mayoritariamente europeos, carecía de importancia estadística. El cambio de siglo coincide con la intensificación de esta corriente. Los extranjeros ocupan un porcentaje creciente de la población alavesa. La mayor parte de este colectivo se instala en ámbitos urbanos, en especial en la capital. De forma paralela se produce una diversificación de orígenes. Los inmigrantes europeos han pasado de ser los más numerosos a ocupar el tercer lugar, precedidos por los latinoamericanos y los africanos. Esta nueva migración ha reforzado la proporción de población joven y productiva, ha fortalecido el débil crecimiento anterior y ha recuperado la baja natalidad. También como consecuencia de todo el conjunto de movimientos inmigratorios resulta el elevado porcentaje de población nacida fuera de Álava que sobrepasa el 40%.

El movimiento natural y espacial explica la estructura poblacional por edades. El retroceso de la mortalidad infantil y de la mortalidad general junto con el descenso de la fecundidad favorece el aumento porcentual de la población de más edad, el envejecimiento progresivo. No obstante, los movimientos migratorios, a causa de su carácter selectivo respecto a la edad de los migrantes, pueden introducir cambios significativos en la estructura de edades. Aunque la relación de sexos está equilibrada en el conjunto del territorio se detectan importantes contrastes entre las comarcas. En muchos municipios alaveses, sobre todo los de las comarcas de los Valles y de la Montaña, que han sufrido una historia de despoblamiento y éxodo rural, la proporción de nombres es muy superior a la de mujeres. Estas áreas a su vez son las más envejecidas. Las áreas urbanas, industriales e inmigrantes y comparativamente más jóvenes, poseen una relación de masculinidad más equilibrada con ligero predominio femenino.

Las transformaciones que tuvieron lugar el último cuarto del siglo XX en Álava provocaron cambios notables en su estructura socioeconómica. El crecimiento de la población motivó un incremento de la población activa. A pesar de la posterior ralentización del crecimiento, la población activa ha continuado su expansión ya que entraron en edad de trabajar los grupos nacidos en los años más natalistas, al mismo tiempo que se incorpora la mujer al mercado laboral. Sin embargo la tendencia señala un descenso progresivo de los activos fruto del envejecimiento demográfico. Si la población activa general tiende a descender, la femenina ha registrado un avance espectacular en gran parte debido al cambio de actitud de las mujeres ante la maternidad. Asimismo se ha producido una incorporación cada vez más tardía al mercado laboral, como consecuencia del alargamiento del período formativo y de las dificultades para encontrar el primer trabajo, y una salida del mismo más temprana con el adelantamiento de las jubilaciones. En las décadas precedentes el desempleo ha experimentado cambios de gran trascendencia. Durante el período desarrollista las cifras de paro eran muy reducidas, técnicamente se podía hablar de pleno empleo. Pero las crisis económicas que cierran dicho período y provocan una reestructuración de la economía desatan el desempleo que alcanza valores superiores al 22% en el primer quinquenio de los años 1990. La recuperación y estabilización económica posterior ha conseguido rebajar esas cifras por debajo del 6,5%.

Como todas las sociedades avanzadas, también Álava ha experimentado una profunda evolución en la estructura sectorial de su población activa y ocupada, aunque con un desfase temporal muy nítido. Desde los inicios de la industrialización se ha pasado de un estadio caracterizado por el predominio agrario a otro en que los servicios se sitúan como el sector más dinámico, tras una etapa intermedia de predominio industrial. En 1950 la agricultura era el sector que más empleo proporcionaba, 42,4%, muy por encima de las provincias vascas del litoral. La industria y la construcción sólo concentraba al 30,5% de los activos alaveses y los servicios al 27,1%. Con la plena incorporación al proceso industrializador el número de empleos industriales aumenta de forma espectacular de modo que en 1976 más de la mitad de los activos trabajaban en este sector, superando a las provincias vascas de vieja industrialización. Más adelante la sociedad alavesa se terciariza y la proporción de empleados en los servicios ronda el 60%. Sin embargo, la industria todavía retiene a un importante contingente de trabajadores, superior al 32% del total. La actividad agraria por su parte sólo reúne alrededor del 2% de los ocupados y su tendencia continúa siendo decreciente. En definitiva, las estructuras sectoriales del empleo siguen mostrando una consistente especialización industrial y una terciarización más retardada.

ERU 2006