Politikariak eta Kargu publikoak

Zamacola Ocerin, Simón Bernardo (2003ko bertsioa)

Acabada la "zamacolada" el Señorío lo envió nuevamente, en 1805, a la Corte a fin de que consiguiera el restablecimiento de la foralidad aunque Zamácola declinó la oferta "por sus indisposiciones y por lo que en su honor e intereses había padecido" (Labayru, p. 95). Finalmente aceptó, en octubre. Según relata su hermano Juan Antonio, que residía en Madrid como escribano real de la Corte, el 16 de enero de 1806, volviendo de la audiencia con Godoy, experimentó un ataque de locura que Juan Antonio atribuye a una gota mal cuidada. El agente del ayuntamiento de Bilbao, Mendizabal, la achaca a "no haber sido recibido del Señor Generalísimo como él pensaba". No está nada claro si las cosas fueron de una u otra manera; el caso es que Zamácola abandonó la casa de su hermana Ramona y se estableció en una fonda de Madrid, donde su extraña conducta hizo que su amigo Aranguren lo trasladara al convento de Santa Bárbara a fin de que fuera debidamente atendido. El agente de Bilbao informa que "sigue mal y moralmente se cree imposible su cura" (3 de marzo de 1806). Al volver al Señorío el 20 de marzo, las autoridades lo enviaron a recibir baños de mar a Saturrarán y, finalmente, un tratamiento en París, ciudad en la que empeoró. Devuelto a Dima, murió el 23 de enero de 1809, a los 50 años, cuando las tropas francesas ocupaban casi toda España y su hermano Juan Antonio desempeña importantes cargos en la corte de José I. Las desavenencias con sus hermanos quedaron en evidencia por las dificultades que experimentó su viuda, María Díaz de Basurto, con la que no tuvo descendencia, para reclamar la herencia del escribano que poseyó seis inmuebles, algunos montes, y participaciones en ferrerías vizcainas y navarras.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA