De la diligencia al autobús. Según consigna Arazuri (1974) la pionera en cuanto al transporte en autobús («carruajes automóviles») fue Navarra ya que, tanto los primeros empresarios como los capitales, a nivel de Estado español, fueron pamploneses: Vicente Galbete, Javier Ureta, Francisco Aldaz y Eladio Maisonnave que constituyeron la «Compañía General de Automóviles». El estreno de la nueva empresa fue la línea motorizada de Pamplona-Estella, en 1899. El autobús funcionaba con un motor a vapor alimentado con carbón coque. La expectación que causaron estos primeros autobuses fue tremenda; fueron apedreados en varios puntos y, en Pamplona, la «mocina» acostumbró correr delante de ellos como si fuera un encierro. También por esos años la Sociedad Vitoriana poseía tres omnibuses-automóviles de 20 plazas, a vapor, que hacían el recorrido Vitoria-Lemona. En Bilbao, Donostia y su área, entre el tranvía y el autobús se interpuso el trolebús que desapareció a finales de los 60-70 de este siglo. En los centros urbanos y las carreteras el autobús se generaliza en esas décadas.