La economía ha girado históricamente en torno a la pesca del bacalao, origen de la población del archipiélago y de su fuerte componente vasca, y que tomará dimensión industrial en la década de 1940. Lo sigue siendo en gran medida, ocupando al 25 por ciento de la población.
Respecto al turismo, se ha potenciado la atracción de Île aux Marins, convertido el islote en el Musée Archipélitude, dedicado a la pesca, principal museo de los seis con que cuenta la Colectividad, así como la colonia de focas de la laguna Grand Barachois, los faros, el entorno natural y las antiguas fortificaciones. Sector en pleno auge, recibe un 50 por ciento de canadienses continentales, un 30 de Terranova, un 10 de estadounidenses y un 10 por ciento de europeos.