Kontzeptua

Revolución de Octubre

El 4 de octubre Lerroux constituyó un nuevo gabinete en el que dio entrada a tres elementos de la CEDA. El hecho fue interpretado como una provocación y los comités revolucionarios dieron la consigna insurreccional tan esperada. Al día siguiente se inició una huelga general seguida en las cuatro provincias vascas, especialmente en Guipúzcoa y Vizcaya (5-12 de octubre), y una insurrección armada en los cinturones industriales de Bilbao y San Sebastián y zona armera que durante varios días fueron controlados por mineros y obreros. La huelga fracasó en Bilbao y fue más violenta en San Sebastián. La detención del comité de Pamplona determinó, asimismo, su escasa duración en esta capital. La agitación fue especialmente importante en la zona minera, margen izquierda de la ría bilbaína, Barakaldo, Pasajes, Rentería, Hernani, Alsasua y Cortes de Navarra y produjo víctimas mortales en Eibar y Mondragón donde resultaron muertos el ex-alcalde de Azkoitia, Carlos Larrañaga, Marcelino Oreja Elósegui, Dagoberto Resusta y Eugenio Edurra, estos últimos miembros de la dirección de la Unión Cerrajera de Mondragón. El restablecimiento de la situación corrió a cargo del ejército, como en Asturias, y de la fuerza pública que acabó con el movimiento incluyendo un conato de guerrilla en Galdamiz. En San Sebastián murieron dos personas, en Trintxerpe, durante el asalto a un destructor, otras siete. En Alsasua también hubo, además de los consabidos heridos, un muerto. Todo ello, sin alcanzar el grado de Asturias, trajo consigo una dura represión con cierre de medios de difusión, centros clausurados, exiliados y presos.