Lexikoa

PARTIDO (SISTEMA DE PARTIDOS EN HEGOALDE)

Fuerzas políticas antes de 1876. Las implicaciones ideológico-políticas que a lo largo de buena parte del s. XIX tuvieron la crisis del Antiguo Régimen y la emergencia del liberalismo, así como el particular impacto de las guerras carlistas en el País Vasco, contribuyeron a conformar un sistema bipolar que tuvo sus elementos básicos en el carlismo y el liberalismo. El carlismo -movimiento de defensa de unos principios y de afirmación de una legitimidad- constituyó, durante el reinado de Isabel II, una fuerza política minoritaria pero influyente en los medios rurales. En los años 1860 experimentó una revitalización -al calor del planteamiento de la «cuestión romana» y del acceso a su jefatura de Carlos VII- que lo convirtió en la primera fuerza electoral del País Vasco-Navarro tras la revolución de 1868: en las elecciones celebradas entre 1869 y 1871 obtuvo 14 o 15 escaños de los 17 disputados (no fueron carlistas Tudela, San Sebastián y, en alguna ocasión, Amurrio), para después abstenerse en los comicios y optar por la vía insurreccional. El liberalismo, durante el mismo período, se caracterizó probablemente por su proclividad hacia el moderantismo (tendencia política predominante en las Juntas y entre los representantes en Cortes), por el cariz progresista que adquirió en los núcleos urbanos y por su vocación fuerista: el fuerismo, como ideología de corte liberal y defensora de la peculiaridad institucional vasca, cristalizó precisamente entre 1844 y 1868. Por otra parte, la capacidad de adaptación a las situaciones políticas españolas que tuvieron las élites vascas durante el reinado isabelino, se prolongó durante el Sexenio: en las elecciones de 1872 y 1873, sin la participación carlista, fueron los zorrillistas (14 actas de 17, en 1872) y los federales (11 actas en 1873) los que obtuvieron la mayoría de los escaños de las cuatro provincias.