Lexikoa

NAVE

Nao. Como nave de carga y ballenera resultaba ideal; como nave de guerra, no tanto, porque pecaba de lenta. Se distinguía de otras embarcaciones similares europeas, aparte de su técnica constructiva y de sus buenas condiciones marineras en los peores mares, porque a igualdad de manga su quilla era corta, lo mismo que su eslora, aunque su puntal era mayor, además de tener un gran lanzamiento de proa. La relación entre sus dimensiones fundamentales se mantuvo indefectible en todos los astilleros vascos, siendo: manga, 1; quilla, 1,8 a 1,9; eslora, 3 a 3,1; puntal, 0,66 a 0,68. Su sistema de propulsión se componía de tres mástiles y bauprés. Trinquete y mayor con mastelero, aparejaban velas cuadras; el mesana, vela latina, y si contaba también con mastelero, en éste una pequeña vela cuadra. El bauprés, a partir del primer cuarto del siglo, aparejó una vela cuadra denominada cebadera. En proa, el bataller no sobrepasa la coda y sigue la curva del casco donde está integrado. En popa la chimenea o tolda llega hasta el palo mayor. En principio sobre la tolda no había toldilla; luego, sí. Aparte de las embarcaciones construidas para la pesca costera, el pequeño cabotaje y el tráfico y pesca fluvial, en diversas épocas se construyeron en mayor o menor número los tipos siguientes: Siglo XV: Carabela, fusta, galera, pinaza (también siguieron construyéndose en el s. XVI). Siglo XVI: Galeaza, galeón (también en el s. XVII), galeoncete, galeota, galizabra, zabra. Siglo XVII: Felipote o filibote, lugre, pingue, patache, urca (patache y urca también en s. XVI; filibote, lugre y pingue también en el s. XVIII). Siglo XVIII: Balandra, bergantín, bergantín-goleta, bricabarca, cachemarín o quechemarín, fragata, goleta, navío de línea, paquebot, polacra (en su mayor parte también en el s. XIX).

Miguel LABURU MATEO.