Sailkatu gabe

GIPUZKOA (HISTORIA: EDAD MEDIA)

Frontera de malhechores (1200-1321).

El establecimiento de una frontera entre Navarra, por un lado, y guipuzcoanos y alaves, por otro, trajo consecuencias desastrosas. Surge la incursión armada de robo de ganado en esa zona incontrolada. La más antigua memoria que se conoce de esta lucha de frontera es de 1261 en que se celebran en Eznatea entrevistas entre los representantes de Castilla y de Navarra para entender y averiguar lo que alli sucedía y que era objeto de continuas quejas. En las montañas navarras de los valles de Burunda y de Arakil y en sus inmediaciones se refugiaban los perseguidos por la justicia procedentes de Navarra. La frontera guipuzcoano-navarra se convertía, asi, en un refugio de bandidos y malhechores apoyados, muchas veces, por los jefes de linaje. Los guardadores de la frontera actuaban también, a su modo, desde los castillos de Ausa, Ataun, Gaztelu y Gorriti. Las medidas adoptadas por Castilla y Navarra carecían casi siempre de eficacia. En 1279 los guipuzcoanos tuvieron cercado el castillo de Ataun destruido después por un incendio en 1290. Las entrevistas de representantes de Castilla y de Navarra para atajar ese estado de cosas fueron varias, entre ellas las de Berrenos, Eznatea y Uli (1298). Se convino que los proscritos navarros no fueran acogidos en Guipúzcoa. Entre los aprehendidos por los merinos navarros figuran muchos guipuzcoanos, alaveses y hasta vizcaínos. En 1304 se celebró entrevista entre el merino de Iruña y Pedro López de Salzedo, merino de Guipúzcoa. Hacia 1306 el merino de Iruña, Juan de Nekuesa, entró en Guipúzcoa con ocho jinetes y trescientos peones acompañado de las comunidades de la tierra de Larraún y de las montañas tratando de liberar al gobernador del castillo de Gorriti, prisionero de los guipuzcoanos. En estas expediciones se ajusticiaba a cuanto malhechor caía en manos enemigas. En una de las emboscadas los guipuzcoanos mataron, entre otros, al merino de Iruña y a su hijo. Los jefes del linaje guipuzcoano de Oñaz toman parte en estas luchas y se organizan poderosamente para el robo de ganado. En 1309, Juan Lópiz de Urroz, merino de Iruña, peleó en la cumbre del Aralar con los guipuzcoanos de Oñaz, matando a Lope Périz de Baliarréin y a Lope Martínez, todos calificados entonces de bandidos, ladrones y malhechores pésimos. En 1314 se hicieron treguas entre la villa de Huici y los de Oñaz, pero los desmanes se sucedían. En el mismo año los guipuzcoanos tenían cercada la villa de Leiza. Las bandas de Oñaz concurrían a las empresas castellanas contra los musulmanes en donde adquirian botín y medios de vida, pero cuando éstos faltaban se veían abocados al saqueo y robo de ganados en tierra navarra. En una de esas incursiones se llevaron toda la vacada de Santa María de Roncesvalles.