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Arqueta. Arte e Historia

Es una cajita relicario, del siglo XIX, de 19 cms. de largo por 12 de ancho y 10 de alto sin contar la cubierta, que es una pirámide truncada. Es de madera, forrada con chapas de plata, con estrellas hundidas en el fondo y en el borde de cada chapa. En la de la tapa hay un medallón ovalado y dorado con filetes perlados, con un relieve de Cristo en la Cruz, la Virgen y San Juan sobre mensulitas, y el sol y la luna sobre los brazos horizontales de la Cruz. En la chapa inferior a la de la tapa, hay varios medallones, uno igual al descrito y tres de ellos con la Santísima Virgen y el Niño, uno colocado en la cerradura en la época del renacimiento, representando a la Virgen del Carmen labrada por cincel magistral, en estilo plateresco y con el letrero Dilecti Carmeli, y los otros dos medallones iguales con una orla ilegible en caracteres anteriores a la letra gótica-alemana. En letras capitales lleva repetido el letrero AVE MARIA en la unión con la cubierta. En la chapa contraria a esta descrita hay dos medallones circulares con el Cordero Pascual y la inscripción alrededor: "Ecce agnus Dei qui tollis pecata mundi". Por último, en las chapas de los lados, hay dos círculos con un león rampante con corona condal. Cuatro apéndices clavados en la cubierta contrastan en esta bella joya.

El religioso agustino y arqueólogo Padre Pedro Vázquez, dijo en un trabajo publicado en 1910 en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Vizcaya, que esta cajita es románica, como lo indican los dientes de sierra de la Cruz y el que el Cristo tiene la faja carta; como se empezó a usar en el siglo XIV, y que tiene tres clavos y el movimiento de la figura propio de la época. A la Virgen sedente de los medallones la sitúa en el último periodo románico, con el Niño en la rodilla y la diadema más adornada que las bizantinas. Del Cordero Pascual y los leones dice que tienen más movimientos que los de los sellos de los diplomas del siglo XIII. Este relicario es el que donó a San Agustín de Echebarría, el presbítero D. Pedro Juan, que vivía a principios del siglo XIV, según consta por documentación.

Ref. Ybarra, Javier: Catálogo de Monumentos de Vizcaya, Bilbao 1958, p. 459.