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La superficie agraria total del valle de Allín ascendía a 4.135 hectáreas en 1999, aumentando en 660 desde 1989 y estaba repartida en 88 explotaciones, resultando un tamaño medio de 47 Ha. por explotación, notablemente inferior al obtenido en el anterior censo, dado que el número de explotaciones descendió un 24%. El 52% de la superficie tenía la categoría de "otras tierras", ocupadas principalmente por especies arbóreas forestales, 1.697 Ha., eriales, espartizales y matorrales, 460, y "otras superficies", 30. El 48% restante es lo que se denomina S.A.U. o superficie agrícola utilizada y se dividía en 1.502 Ha. de tierras labradas y 460 de pastos permanentes.

Los cereales para grano llenaban 1.222 Ha. de las tierras de cultivo (S.A.U.). El resto de los cultivos herbáceos lo formaban 57 Ha. de leguminosas para grano, 37 de cultivos industriales, 35 de forrajeros y 19 de hortalizas. Los barbechos que en 1989 sólo ocupaban 9 Ha. en diez años aumentaron hasta 103. Por otra parte, la patata y los huertos familiares desaparecieron completamente, 23 Ha. de frutales, cuatro de olivar y una de viñedo completaban las tierras labradas del valle. El uso de tierras en regadío era mínimo con sólo 45 Ha..

Régimen de tenencia

En 1999, 3.163 Ha. se encontraban bajo el régimen de tenencia de propiedad, 778 lo hacían en arrendamiento y 195 en "otro régimen de tenencia". Los terrenos en aparcería, contrato en el que la renta pagada no se entrega en dinero sino en especie, desaparecieron y fueron los contratos en arrendamiento u "otro régimen de tenencia" los que crecieron desde 1989.

Unidades de trabajo año en la agricultura (U.T.A.)

El total de unidades de trabajo año en la agricultura (U.T.A.) fue de 50 en 1999, 10 menos que en la década anterior. La mano de obra familiar ocupaba 29 unidades, de las cuales 24 eran a cargo del propio titular del terreno, una del cónyuge y cuatro de otros miembros de la familia. La mano de obra no familiar la constituían 19 unidades con dedicación fija y exclusiva y 3 eventuales.

La ganadería constituye un punto fuerte en la economía del valle de Allín. El censo agrario de 1999 consignaba 7.444 cabezas de ganado porcino repartidas en 13 explotaciones con un tamaño medio de 572 cabezas. Entre 1989 y 1999 se perdieron 11 explotaciones, sin embargo estas fueron muy pequeñas dado que el número de cerdos sólo disminuyó en 91.

Tanto el ganado ovino como el bovino vieron crecer de manera notable su cabaña en la década de los 90, así mientras en 1989 se registraban 489 cabezas vacas y 2.489 ovejas, diez años más tarde el resultado fue de 1.016 y 4.586 respectivamente. La gran superficie dedicada a pastizales y terreno forestal así como el aumento de los barbechos contribuyen al mantenimiento de la ganadería. Por otra parte, las aves de corral, que en 1989 se elevaban a 7.000, desparecieron casi totalmente, quedando 256 aves en 16 explotaciones para consumo doméstico.

El desarrollo industrial del valle se reducía a tres empresas generadoras de 76 puestos de trabajo. Destacaba la actividad de los tintes, teñidos y acabados que ocupaba a 68 personas en una planta situada en Artavia, las otras dos empresas, de cuatro trabajadores cada una, se dedicaban a materiales plásticos y a la fabricación de muebles y se ubicaban en Zubielqui y Larrión.

Parque de vehículos

El número total de vehículos en 2001 era de 582, de los cuales 427 turismos, 107, furgonetas y camiones, 35 motocicletas, 4 tractores industriales y 9 sin clasificar. Desde 1994 el parque de vehículos incrementó en 94 unidades, principalmente fueron turismos y furgonetas y camiones.

Los datos recogidos por el padrón de 1996 arrojaron un población económicamente activa de 324 personas,. Los ocupados se elevaban a 275, 45 los parados con empleo anterior y 4 que no habían trabajado anteriormente. El 74% de la población ocupada eran hombres y el total de parados mujeres.

La población inactiva ascendía a 494 personas, de ellas 229 eran jubilados, 140 escolares, 98 personas dedicadas a labores del hogar (todas ellas mujeres), 7 pensionistas, 3 incapacitados y 17 en "otra situación".

La mayoría de los puestos de trabajo provienen de la industria, 95 empleos, sobre todo en empresas cuya actividad económica se dedicaba al cuero, calzado y tratamiento y producción textil, ocupando a 41 trabajadores y empresas de maquinaria y equipo con 12 empleados. El sector agrario ocupaba a 34 personas y 33 trabajaban en la construcción. El comercio y la hostelería generaban 37 puestos de trabajo, principalmente comercio al por menor. El sector terciario o servicios contaba con 76 trabajadores, destacando el área de sanidad y educación.

Según sexo, en el sector primario el 85% de los trabajadores estaba formado por varones, 82% en el caso de la industria y 94% en la construcción. En comercio y hostelería y sector servicios, el porcentaje sufre una notable disminución, 49% y 62% respectivamente.

Las profesiones u ocupaciones más numerosas fueron: trabajadores de la industria con 46, trabajadores en la construcción 36, agricultores y ganaderos 33 y técnicos y profesionales 31. Según sexo, trabajadores en la construcción era la profesión que más hombres ocupaban y en el caso de la mujeres la de empleadas de comercio y hostelería.

Según la situación profesional, 136 trabajadores tenían un contrato fijo, estos suponían el 50% de la población ocupada, tasa que se asemeja al 50'3 del total de Navarra. Los empleados temporales eran 51, el 18% frente al 23% de Navarra, autónomos 52, cooperativistas 19 y empresarios 11.

EL número de parados registrado por el Servicio Navarro de Empleo en Agosto de 2002 era de 12, 9 hombres y 3 mujeres. Entre los varones el 78% de los parados tenían edades comprendidas entre 20 y 44 años.

La evolución del desempleo durante los años 90 ha sido sorprendente. Se pasó de 46 parados en 1988 a 18 en el año 2000. (cifras I.N.E.M.)

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